Si hay un lugar donde las diferencias entre la cultura occidental y la japonesa son dramáticas, ese es la oficina.
Y es que a ojos de un occidental, la cultura laboral japonesa resulta de lo más llamativa y en ocasiones extrema.
Te compartimos cinco aspectos peculiares de la cultura japonesa del trabajo.
1. Karoshi
En español, ‘karoshi’ significa ‘muerte por exceso de trabajo’.
Y aunque parezca difícil de creer, describe un fenómeno que padece la sociedad japonesa y que ha sido reconocido desde 1987, pues ‘matarse a trabajar’, literalmente, es algo que le ha ocurrido a miles de personas.
En una cultura en la que lo normal es estar toda la vida en el mismo trabajo, para algunos empleados puede ser muy difícil renunciar.
Contrario a lo que muchos imaginarían, la causa del karoshi no es en sí el estrés ni la falta de sueño —aunque ciertamente son problemas para la salud a largo plazo—, sino problemas físicos derivados del exceso de horas en el lugar de trabajo.
Al analizar los hábitos y la salud de más de 600.000 personas, una investigación de un grupo de profesores finlandeses publicada en la revista científica The Lancet apunta a que quienes hacen muchas horas extraordinarias corren mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
Las muertes por exceso de trabajo han llegado a convertirse en un problema de salud pública hasta tal punto que si un juez determina que se trata de un caso de karoshi, su familia recibe una compensación de unos US$20.000 por parte del gobierno y una indemnización de la empresa, que ha llegado a ser de hasta US$1,6 millones.
2. Horas extra
Muchos de nosotros hemos tenido permanecer en el trabajo horas de más para terminar algún proyecto o tal vez para dar una buena impresión al jefe.
Más raro es eso de haber trabajado tanto tiempo extra como para poner en peligro su salud.
El exceso de horas de trabajo ya tiene consecuencias en la salud pública de Japón.
Según datos del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, el 9,3% de los empleados en trabajos corporativos y 13,6% de las personas que trabajan de manera independiente laboraron más de 60 horas a la semana.
También, 58,4% de los empleados en trabajos corporativos y 61% de los trabajadores independientes dijeron tener problemas y estrés relacionado con su trabajo.
Aunque se han estado tomando medidas para reducir la posibilidad de muertes debido al exceso de trabajo, resulta difícil romper con una cultura laboral en la que es mal visto que un empleado se marche a casa antes que su jefe.
Como una posible solución, a principios de 2017 el gobierno implementó los Viernes Premium, con los que se exhorta a las empresas a que dejen salir temprano a sus empleados —a las 3 pm— el último viernes de cada mes.
3. Inemuri
En las sociedades occidentales no está demasiado bien visto eso de quedarse dormido en un lugar público o en el despacho, pero en Japón es de lo más común ver a gente durmiendo en los trenes subterráneos, asientos públicos o áreas de trabajo sin que cause ninguna sorpresa.
Se trata del inemuri, una especie de duermevela que no implica dormir ni hacer siesta.
La palabra, que se compone de dos caracteres: “I”, que significa “estar presente” o estar alerta en una situación, y “nemuri”, que significa “sueño”, implica que la persona tiene que ser capaz de volver a una situación social cuando se requiera.
Aunque es común ver a gente descansando en público, el “inemuri” no es lo mismo que el sueño o una siesta.
¿Y por qué no está mal visto el inemuri?
“Dado que el cansancio y la enfermedad a menudo son vistos como el resultado de los esfuerzos laborales, inemuri -o incluso simular inemuri cerrando los ojos- se ve como una señal de que una persona ha estado trabajando duro, pero aún tiene la fuerza y la virtud moral necesaria para mantenerse a sí mismo y sus sentimientos bajo control”, señala Brigitte Steger en un artículo de BBC Future.
4. Miedo a renunciar
Mientras algunas personas hartas de su trabajo o de sus condiciones laborales sueñan con el momento en el que puedan decir “renuncio”, a otros la idea de acercarse a su jefe para dar el último aviso les puede resultar extremadamente abrumador.
Al punto de preferir que alguien más lo haga en su lugar y hasta pagarle.
Hay empleados que se pueden sentir como malas personas por querer renunciar.
Es así como cada vez más empresas ofrecen un servicio personalizado a los empleados que desean renunciar pero necesitan ayuda en el proceso de dejar su trabajo.
“La mayoría le tienen miedo a sus jefes”, dijo Yuichiro Okazaki en el episodio de Ghosting at Work del programa de radio de la BBC Business Daily.
“Ellos saben que sus jefes les van a decir: ‘No, no puedes renunciar’. Creo que es por la cultura de Japón, renunciar es algo malo. Cuando quieren renunciar se sienten como una mala persona”.
En un contexto laboral en el que lo normal es trabajar para la misma empresa toda la vida para ir ascendiendo, muchos empleados se pueden sentir malas personas por querer renunciar.
Ahí es donde entran empresas que por unos US$400 llaman al jefe del cliente y entregan una renuncia por poder.
5. Cero felicitaciones
Para referirse a la retroalimentación positiva o feedback, como se le conoce en inglés, en el lenguaje tradicional japonés no existía ninguna palabra.
Nada, ningún vocablo para referirse a la opinión que un interlocutor nos da sobre algo que hacemos.
¿Por qué? Porque simplemente es algo que no se hacía.
En la tradición japonesa el “nomikai” consiste en jefes y colegas discuten asuntos de trabajo entre copas.
Por el contrario, de acuerdo con Sharon Schweitzer, directora ejecutiva de Protocol and Etiquette Worldwide y experta en la integración de directivos en países extranjeros, “si tu jefe en Japón no te dice nada, significa que lo estás haciendo bien”.
“Y si te pide una revisión del proyecto, entonces significa que no lo estás haciendo tan bien”, señaló en un reportaje de Eric Barton de BBC Capital.
Esto es algo con lo que pueden batallar ejecutivos extranjeros en Japón que, al buscar felicitar a un empleado por algo que hicieron bien pueden quedar mal y hacer quedar mal al empleado.
La mejor manera de discutir el rendimiento de alguien es una tradición japonesa que se conoce como nomikai, en la cual colegas y jefes salen a beber juntos para discutir asuntos de trabajo.