Por qué los japoneses pueden comer tantas algas y tú no

Las algas han dejado de ser vistas como esas cosas molestas que se te enredan en la pierna cuando vas a la playa.
Con el boom de la comida japonesa, el resto del mundo las contempla ahora como parte esencial de platos tan populares como el sushi o la sopa miso.
Además, su bajo contenido calórico ha hecho que ganen popularidad como un alimento dietético.
Supermercados y puntos de venta especializados en productos naturales ofrecen tallarines, barritas y snacks crujientes a base de algas.
Su consumo puede reportar muchos beneficios, ya que se trata de un alimento que aporta nutrientes esenciales y pocas calorías.
Sin embargo, si quieres incorporarlas a tu dieta debes hacerlo de forma controlada.
Las algas son difíciles de digerir, pueden contener niveles altos de arsénico y registran una alta presencia de yodo, lo que ha dado origen a estudios que la han asociado con disfunciones en la tiroides y hasta con el cáncer.

El boom de la comida japonesa ha popularizado las algas como alimento.
Si tienes herencia japonesa, en cambio, lo tienes más fácil.
Enzimas marinas
Las algas forman parte de la dieta diaria de los japoneses.
Uno de los motivos es que, en la mayoría de países, la población tiene al pan, los lácteos, el pescado y la sal como sus principales fuentes de yodo.
Pero en Japón, estos alimentos se consumen menos y la obtención de yodo se reserva el nori, el wakame y el kombu, las algas más populares, como explican expertos de la rama japonesa de la Red Global de Yodo (IGN por sus siglas en inglés) en un artículo publicado en la página web de esta organización.

Además, los japoneses cuentan con ayuda. Su flora intestinal contiene una bacteria que no se encuentra en la del resto de personas: la Bacteroides plebeius.
Esta bacteria contiene enzimas de origen marino que desintegran las algas. Esto les permite digerirlas mejor, aprovechándolas al máximo y obteniendo así más nutrientes, según descubrieron hace seis años científicos de la Estación Biológica de Roscoff, en Francia.

Las algas contienen varias vitaminas, pero también altos niveles de yodo y, a veces, de arsénico.
Según los investigadores, la bacteria adquirió estas enzimas de las propias algas que consumían los antiguos japoneses, en un proceso evolutivo que debe se desarrolló a lo largo de varias generaciones.
Fibra y energía
Las algas tienen entre sus componentes vitaminas beneficiosas para nuestra salud.
Una de ellas es la tiamina o vitamina B1, cuya carencia puede provocar enfermedades como la beriberi.

También aporta riboflavina (B2) y retinol (A), fundamentales para mantener una buena vista, y C, que previene el escorbuto.
Algunas variedades incluso incluyen la codiciada B12, esencial para que el cuerpo produzca energía y que no encontrarás en las verduras.
Su bajo contenido en lípidos y ácidos grasos ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, según explica la Fundación Española de la Nutrición en su página web.

Dos rollos de sushi superan la cantidad diaria de yodo recomendada.
A esto se suman varios micronutrientes y altos niveles de fibra, que las hace ideales para facilitar el tránsito intestinal.
Ni dos rollos de sushi
Pero su alto contenido de yodo ha levantado las alarmas.
Por ejemplo, un sólo rollo de sushi con alga contiene 92 microgramos de yodo, según la agencia de seguridad alimentaria de Australia y Nueva Zelanda, la Food Standards Australia New Zealand (FSANZ).
La cantidad diaria de yodo que un adulto debe consumir es de 150 microgramos, según esta misma entidad.
Es decir que sólo dos rollos de sushi ya sobrepasan la suma recomendada para todo el día.
En el caso de los menores de ocho años, un único rollo ya supera los 90 microgramos diarios que la FSANZ establece.
El consumo excesivo de yodo se considera un factor de riesgo para enfermedades como el cáncer de tiroides.
Médicos españoles de la Fundació Sant Hospital, en Cataluña, explicaban en una carta publicada en 2006 en el semanario Medicina Clínica el caso de una mujer de 51 años con osteoporosis que optó por una dieta natural.

Los japoneses incluyen las algas en su dieta diaria. Para ellos, estas son la principal fuente de yodo.
La paciente tenía varias fracturas óseas causadas por su enfermedad cuando empezó a comer preparados que tenían dos clases de algas: kombu y Fucus vesiculosus.
Tres meses después, había desarrollado un hipertiroidismo que despareció otros tres meses después de suspender el consumo de algas.
Los facultativos sólo fueron capaces de encontrar entonces otros tres casos similares, pero aseguraron que “probablemente haya más no diagnosticados”.
Según ellos, el “uso indiscriminado” de plantas o algas cuyos beneficios y potenciales efectos secundarios no se conocen requiere de una “correcta educación sanitaria” para evitar que se conviertan en un “verdadero problema de salud pública”.
Cuatro años después, las autoridades australianas mostraban su preocupación por el aumento de casos de hipertiroidismo asociado a las algas. Pusieron en alerta a sus servicios médicos e incluso retiraron del mercado productos a base de algas que contenían un nivel de yodo demasiado alto.
Hace dos años, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) incluyó a las algas en su lista de 18 problemas emergentes en Europa.

El mercado mundial de algas comestibles está valorado en US$5.000 millones.
La institución consideró necesario comenzar a recolectar información sobre sus niveles de producción para el consumo humano y el posible riesgo de que estuvieran contaminadas con radiación.
Un mercado en alza
Sin embargo, las algas continúan ganando popularidad.
El mercado mundial de algas comestibles se ha disparado en los últimos años hasta el punto en que la demanda ha superado la oferta, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).
Países asiáticos como Japón, Corea y China han sido durante siglos los consumidores tradicionales de algas.
No es de extrañar entonces que el 96% provenga de este continente, con China a la cabeza.
Aunque ya hay territorios menos típicos, como Escocia, intentado subirse a la ola de un sector valorizado en US$5.000 millones, según la FAO.

La tecnología para poner todas las vacunas de un solo pinchazo

Un equipo de investigadores estadounidenses desarrolló una tecnología que podría hacer que un niño reciba todas las vacunas con una única inyección.
Su invento almacena las vacunas en cápsulas microscópicas que sueltan la dosis inicial, así como las dosis adicionales en días específicos tras la inyección.
La estrategia ya ha sido probada con éxito en ratones, según los resultados de un estudio publicado en la revista científica Science.
Los investigadores creen que el uso de esta tecnología podría ayudar a pacientes en todo el mundo.
Durante los primeros años de vida, los niños deben vacunarse contra muchas enfermedades, como la difteria, el tétanos, la polio, la hepatitis, la tos ferina, la meningitis, el sarampión, las paperas, la rubeola y otras, y muchas de estas inmunizaciones requieren de dosis múltiples, espaciadas cada pocos meses.

¿Cómo funciona?

Muchas de las vacunas requieren de dosis múltiples, espaciadas cada pocos meses.
El equipo científico, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), diseñó un nuevo tipo de micropartículas comparables con una cápsula de café: estos contenedores diminutos están llenos de las distintas vacunas y sellados con una tapa.
El aspecto clave de este invento es que el diseño de esas cápsulas puede ser preprogramado para que puedan romperse y soltar su contenido en momentos precisos.
En uno de los experimentos con ratones los científicos comprobaron que las sustancias se liberaban exactamente a los nueve, 20 y 41 días tras la inyección.
“Primera vez”
“Estamos muy emocionados con este trabajo”, dijo el investigador del MIT, Robert Langer.

Las micropartículas son comparables con una cápsula de café: estos contenedores diminutos están llenos de las distintas vacunas y sellados con una tapa.
“Por primera vez podemos crear una biblioteca de diminutas partículas de vacunación, cada una de ellas programada para liberarse en un momento preciso y predecible, para que la gente pueda potencialmente recibir una única inyección que ya incluiría revacunaciones múltiples”, explicó.
“Esto podría tener un gran impacto para los pacientes de todo el mundo, particularmente de países en desarrollo”.
Esta tecnología desarrollada por el equipo del MIT se diferencia de inventos anteriores con los que los medicamentos se liberan poco a poco a lo largo de un gran periodo de tiempo.
En este caso la idea es que las cápsulas suelten las vacunas de una manera rápida y brusca, para imitar el efecto de los programas de inmunización.
Otro de los investigadores involucrados en el estudio, el doctor Kevin McHugh, dijo que en el mundo en desarrollo esa puede ser la diferencia entre no estar vacunado y recibir todas las vacunas de una vez.

Descubren un nuevo uso potencial de la aspirina: reparar las caries

¿Te imaginas un futuro sin empastes?
Esa es la visión de un equipo de científicos de la Universidad Queen, en Belfast, Irlanda del Norte, que acaba de descubrir que la aspirina podría revertir el efecto de la caries sobre los dientes.
Los investigadores encontraron en ensayos en laboratorio que la aspirina, compuesta por el fármaco ácido acetilsalicílico, puede estimular las células madre de los dientes y así favorecer la regeneración de los mismos.
Lsa caries son la enfermedad dental más común en todo el mundo. Se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente y puede generar una inflamación del nervio dental que causa dolor.
Los dientes tienen naturalmente una cierta capacidad regenerativa: pueden producir una fina capa de dentina cuando la pulpa dental se queda expuesta.

La dentina es el tejido intermedio entre el esmalte y la pulpa (en la ilustración en amarillo).
La dentina, también llamada marfil o sustancia ebúrnea, es el tejido intermedio entre el esmalte dental, la capa externa más fuerte, y la pulpa, el tejido conectivo en el interior del diente.
Pero esa capacidad regenerativa natural es limitada: no puede reparar una gran cavidad.
¿Un futuro sin empastes?
Ikhlas El Karim, profesora de la facultad de Medicina, Odontología y Ciencias Biomédicas de la Queen´s University de Belfast, centró su trabajo de investigación en las células madre que hay en los dientes, que pueden utilizarse para la regeneración de tejidos.

La capacidad de regeneración natural de los dientes es limitada.
Sus resultados muestran que el ácido acetilsalicílico puede potenciar la función de esas células madre y contribuir así a la autorreparación de las estructuras del diente.
Según sus conclusiones, que acaban de ser presentadas en la conferencia anual de la Sociedad Británica para la Investigación Oral y Dental, en el futuro quizás no haya necesidad de hacer tantos empastes, el tratamiento actual para rellenar la cavidad dental causada por la caries.
“Esperamos poder desarrollar una terapia para que los dientes se puedan autorreparar”, dijo la doctora que lideró la investigación.
“Pero esto va a ser algo gradual, no se van a acabar los empastes enseguida”, matizó.

“Una solución innovadora”
Mediante el análisis de estudios anteriores, los investigadores identificaron que el compuesto de la aspirina puede inducir la firma genética necesaria para que se genere más dentina.
Después los científicos trataron las células madre con aspirina en una placa de Petri y encontraron “evidencias genéticas y materiales de que podían producir dentina”.

Las caries son la enfermedad dental más común en todo el mundo.
El siguiente paso, según la doctora El Karim, será desarrollar con expertos en farmacología una manera de aplicar el fármaco. Aplicarlo sobre la cavidad o directamente sobre el diente afectado no sería eficaz porque se lavaría enseguida. “Hay una manera científica de hacerlo”, matizó.
“Hay que hacerlo de manera que pueda ser liberado durante un período de tiempo largo”, explica la especialista, que desaconseja que los pacientes lo hagan por su cuenta.
Y una vez desarrollado ese vehículo para el fármaco, habrá que hacer ensayos clínicos con pacientes.
Pero en este caso no estamos hablando de muchos años de espera: según El Karim el hecho de que la aspirina es un medicamento que ya tiene licencia para uso humano debería agilizar el desarrollo del tratamiento.
“Nuestros resultados iniciales en laboratorio sugieren que el uso de aspirina, un fármaco ya con licencia para consumo humano, podría ofrecer una solución innovadora e inmediata que permitiría que nuestros dientes se autorreparen”, dijo El Karim.
Esta nueva estrategia de tratamiento podría incrementar la vida de los dientes y potencialmente ahorrarle mucho dinero a los sistemas de salud de todo el mundo, ya que la aspirina es un fármaco muy barato y los empastes necesitan ser reemplazados con frecuencia.
El Karim le dijo a BBC Mundo que todavía están en vías de publicar todos los detalles de su investigación en una revista especializada y revisada por pares.

Envenenamiento por monóxido de carbono y otros 4 impactos para la salud pública que tienen los grandes huracanes como Irma

Aunque el huracán Irma ya pasó, la salud de millones de personas en las islas del Caribe y en el estado de Florida seguirá estando en riesgo durante las próximas semanas y meses.
Más que los daños directos, el impacto más grave que un fenómeno meteorológico devastador como el huracán Irma tiene para la salud pública está relacionado con los daños a las infraestructuras, que pueden tardar años en ser reparados.
De hecho, ciertas partes de Florida necesitaron 20 años para recuperarse totalmente tras el paso del huracán Andrew, en 1992, según un artículo de UN Dispatch, una agencia de noticias de Naciones Unidas.
Estas son algunas de las consecuencias que puede dejar el huracán Irma:
1. Enfermedades relacionadas con aguas contaminadas como diarrea y fiebre tifoidea
Las aguas causadas por las inundaciones pueden contaminar el agua potable. Aunque las autoridades recomienden hervir el agua antes de su consumo muchas personas no tienen acceso a electricidad para hacerlo ni al abastecimiento de gas, que puede estar restringido por motivos de seguridad.
La falta de agua limpia contribuye a la expansión de enfermedades como la diarrea, que para un adulto saludable con acceso a un baño limpio puede no ser más que un fastidio pero que puede ser “un desastre de higiene” en lugares sin acceso a un retrete y a agua potable, especialmente para la población más vulnerable como los ancianos y los niños más pequeños.
Además, en los lugares donde ya está presente, el agua contaminada puede contribuir a la difusión de la fiebre tifoidea (distinta del tifus) e incluso del cólera.
El artículo de UN Dispatch enfatiza que si estos males no existían en las zonas antes del paso del huracán entonces no tendrían por qué aparecer con la devastación.
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa producida por bacterias del género de la Salmonella, que está presente en algunos países del Caribe, como Cuba, Haití y República Dominicana.
Según la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), “con la interrupción del servicio normal de abastecimiento de agua y eliminación de aguas negras, así como del control sanitario de los alimentos y el agua, puede haber transmisión de la fiebre tifoidea y brotes en gran escala si en una población desplazada hay casos o portadores activos”.
2. Envenenamiento por monóxido de carbono
Según el departamento de Salud de Florida en 2005 el envenenamiento por dióxido de carbono causó el 13% de todas las muertes relacionadas con huracanes. Asimismo tras el huracán Sandy en 2012 nueve personas murieron de igual manera, según un informe estatal sobre los efectos para la salud de las tormentas tropicales.
Esto se debe a que mucha gente que no tiene acceso a la electricidad recurre al uso de generadores. Pero si no se utilizan debidamente, en espacios seguros y ventilados, pueden causar incendios, explosiones y envenenamientos por dióxido de carbono.
3. Zika, el dengue, malaria y otras enfermedades transmitidas por mosquitos

La fiebre tifoidea se contagia a través de agua y de alimentos contaminados con excrementos.
Tras el paso de una tormenta o huracán y la recesión de las inundaciones suelen quedar muchos lugares de aguas estancadas, que constituyen hábitats ideales para la proliferación de mosquitos que pueden transmitir enfermedades como el dengue o el zika.
En algunas islas del Caribe afectadas por el huracán Irma existe además riesgo de chikungunya y en la República Dominicana y Haití riesgo de malaria.

4. Alergias y trastornos crónicos por contaminación ambiental
Según el artículo de UN Dispatch, desde el ácido de las baterías de plomo al combustible de los barcos, todo es diseminado por los vientos huracanados y cuando las inundaciones retroceden atrás queda suelo contaminado.

Miles en República Dominicana se quedaron sin electricidad tras el paso del huracán Irma.
El documento dice que tras el paso del huracán Harvey, el mes pasado, en Estados Unidos más de 40 vertederos con materiales peligrosos para la salud dejaron escapar sustancias contaminantes.
La contaminación no suele causar muertes directas pero sí puede está relacionada con alergias y enfermedades crónicas.
5. Falta de acceso a la sanidad
El mayor impacto para la salud pública tras un devastador huracán como Irma es la falta de acceso a los servicios de salud, asegura el análisis de la agencia de noticias de la ONU.
Los hospitales y centros de salud cuyas infraestructuras están dañadas difícilmente pueden atender a pacientes con cáncer o con ataques al corazón. Asimismo los daños en la red de transporte pueden interrumpir el acceso a medicamentos, y en algunos casos esperar 24 horas puede tener repercusiones graves o incluso ser fatal.

Qué hace al bostezo contagioso e inevitable (y por qué saberlo puede ser bueno para la salud)

Descifrar cómo se activa el impulso incontrolable y contagioso del bostezo puede ayudar a curar enfermedades relacionadas con tics nerviosos como el síndrome de Tourette o la epilepsia, según un reciente descubrimiento de un grupo de científicos de la Universidad de Notthingham, en Reino Unido.
Y estos científicos descubrieron que el acto involuntario del bostezo se activa por reflejos primitivos en la corteza motora primaria del cerebro, que se ocupa de los movimientos del cuerpo.
El contagio que todos hemos experimentado cuando vemos a alguien bostezar, es una forma de lo que se conoce como ecofenómeno: la imitación automática de las palabras (ecolalia) y las acciones (ecopraxia) de otra persona.
Este fenómeno no es exclusivo de los humanos y se puede ver en otros animales como los chimpancés o los perros.
Y aprender a controlar los ecofenómenos es lo que puede ayudar a curar condiciones clínicas que tengan relación con el incremento de la excitabilidad de la corteza motora o, por el contrario, en la disminución de la inhibición fisiológica o contracción de músculos.
Algunas de estas enfermedades en las que se están presentes los ecofenómenos son la epilepsia, la demencia, el autismo o el síndrome de Tourette, caracterizado por tics físicos y vocales.
Excitabilidad
La clave para mitigar y tratar estas dolencias está en reducir la excitabilidad que desencadena los ecofenómenos.
Durante la investigación, publicada en la revista Current Biology, los científicos de la universidad británica monitorizaron a 36 voluntarios que observaron a otras personas bostezar.

La corteza primaria del cerebro controla los movimientos.
Lo que descubrieron es que la capacidad para resistir un bostezo es limitada, sobre todo cuando alguien que tenemos cerca abre la mandíbula de forma desmesurada.
Los científicos también pidieron a los participantes que intentasenreprimir sus ganas de bostezar y esto, sólo aumentaba su deseo de hacerlo, es decir, su excitabilidad.
Según el equipo investigador, no hay nada que podamos hacer para evitar un bostezo.
Además, usaron “estimulación magnética transcraneal” para poder incrementar la excitabilidad en la corteza primaria y, por tanto, la tendencia de los sujetos para bostezar.
Revertir el proceso
Tras el experimento, los científicos comprobaron que aumentando la excitabilidad se aumentaban los bostezos y, por el contrario, para reducirlos habría que disminuir el estímulo.
Curar las enfermedades relacionadas con este tipo de movimientos voluntarios consistirá en reducir los actos involuntarios e inevitables.

Los investigadores usaron estimulación magnética transcraneal en el estudio.
Georgina Jackson, profesora de neuropsicología cognitiva aseguró que el estudio puede tener muchos más usos.
“En el síndrome de Tourette, si podemos reducir la excitabilidad quizás podamos reducir los tics, y eso es en lo que estamos trabajando”, dijo.
“Si podemos entender cómo las alteraciones en la corteza primaria dan lugar a los desórdenes neuronales, es posible que podamos revertirlos”, añadió el profesor Stephen Jackson, quien también participó en la investigación.
Los científicos que lideraron el estudio quieren encontrar una cura a estas enfermedades que no implique la utilización de fármacos.
“Estamos buscando tratamientos personalizados que no requieran medicamentos. Usar la estimulación magnética craneal puede resultar a la hora de modular los desequilibrios en el cerebro”, dijo Jackson.

Está demostrado que el bostezo es contagioso pero aún se desconoce por qué.
El doctor Andrew Gallup, un psicólogo de la Universidad de Nueva York en Albany, llevó a cabo una investigación sobre la conexión entre la empatía y el bostezo y dijo que usar la estimulación magnética era un “enfoque novedoso” en el estudio del contagio en el bostezo.
“Seguimos sabiendo relativamente poco sobrepor qué bostezamos. Varios estudios hablan de que hay una relación entre el bostezo contagioso y la empatía pero, los resultados apoyando esta teoría son diversos e inconsistentes”, dijo Gallup.
“Este último estudio (de la Universidad de Nottingham) todavía aporta más pruebas de que bostezar no tiene nada que ver con un proceso empático”, sentenció.