Venezuela cuenta con las reservas probadas de petróleo más grandes del mundo, pero cada vez enfrenta más dificultades para venderlo.
Y todo indica que se volverá más difícil: el pasado 24 de mayo, el embajador de India en Estados Unidos, Harsh Vardhan Shringla, informó en una reunión con periodistas que su país había detenido la compra de crudo venezolano.
El país sudamericano registra desde hace tres años una caída sostenida de la producción de crudo que ha pasado de 2,4 millones de barriles diarios en diciembre de 2015 a 830.000 barriles diarios en abril pasado.
Esa cifra es la más baja desde enero de 2003, cuando en la petrolera estatal venezolana, Pdvsa, hubo una inédita huelga en la que participaron miles de trabajadores que se oponían al entonces presidente Hugo Chávez.
Desde que en enero pasado Estados Unidos decidió sancionar al gobierno del mandatario Nicolás Maduro con la suspensión del pago de las ventas de crudo -lo que en la práctica equivale a la paralización de las importaciones de petróleo- la producción venezolana ha caído en casi 400.000 barriles al día, según cifras de la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos.
La medida de la Casa Blanca significó un golpe fuerte para las finanzas del gobierno venezolano, pues Estados Unidos era para la época el principal comprador del crudo y su mayor fuente de divisas en efectivo.
“Antes de las sanciones, entre 40% y 50% del petróleo venezolano iba a EE.UU. y el resto iba principalmente para India y para China, que importaban un poco más de 20% cada uno”, explicó Hari Seshasayee, analista del Wilson Center, a BBC Mundo.
La decisión de Washington otorgó a India una posición de gran relevancia para la economía venezolana, al convertirle en el primer comprador de su crudo.
Considerando las grandes necesidades de energía importada que tiene la economía de India, inicialmente los analistas contemplaron la posibilidad de que ese gigante asiático pudiera absorber los casi 500.000 barriles diarios que le compraba Washington a Caracas.
Esa hipótesis, sin embargo, pronto quedó descartada y ahora, tras el anuncio del embajador indio en Washington, lo que parece estar sobre la mesa es el cierre del mercado de India al crudo venezolano.
Detención del flujo
El vínculo energético entre Venezuela e India se estableció en torno a 2005, cuando el entonces presidente Chávez suscribió con el país asiático un acuerdo de cooperación en ese sector que contemplaba proyectos conjuntos de exploración y explotación petrolera en el país sudamericano.
Fue también en esa época cuando el crudo venezolano empezó a fluir en dirección a India a través de dos empresas Reliance Industries y Essar, esta última compañía fue adquirida por la empresa rusa Rosneft en 2017 y rebautizada como Nayara Energy.
De acuerdo con datos de la embajada de India en Caracas, las exportaciones petroleras hacia ese país alcanzaron su cénit en 2013-2014, cuando representaron ventas anuales por US$14.000 millones.
Sin embargo, desde el anuncio de las sanciones estadounidenses la exportación de crudo venezolano a India en lugar de aumentar se ha enfrentado con crecientes dificultades.
En marzo pasado, Reliance desechó abiertamente la posibilidad de incrementar las compras de petróleo venezolano.
El anuncio se produjo poco después de que el secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo, se reuniera con el secretario de Relaciones Exteriores de India, Vijay Gokhale, para solicitarle que su país no sea “el salvavidas económico del régimen de Maduro”.
“Nuestra filial en EE.UU. ha parado por completo todos los negocios con la petrolera estatal de Venezuela, Pdvsa, y su matriz global no ha incrementado las compras”, afirmó un portavoz de la empresa india en un correo enviado entonces a la agencia de noticias AFP.
Reliance también informó que había suspendido la venta a Pdvsa del diluyente que esa empresa requiere para poder comercializar el crudo extra pesado, que conforma la mayor parte de las reservas de Venezuela.
Posteriormente, en abril pasado, la empresa india divulgó una nota de prensa en la que negó que estuviera participando en un esquema para pagar a través de terceros las compras de petróleo a Pdvsa.
Reliance explicó que desde antes de la imposición de las restricciones estadounidenses compraba crudo venezolano a empresas como Rosneft, las cuales tienen derecho a recibir petróleo de ese país como parte de un esquema para el pago de una deuda existente.
“Desde que fueron impuestas las sanciones, Reliance ha hecho esas compras con el pleno conocimiento y aprobación del Departamento de Estados de EE.UU. y Reliance le ha informado de forma específica sobre las transacciones y los volúmenes. Esas transacciones no conllevan a ningún pago a Pdvsa y no violan las sanciones y políticas de Estados Unidos”, apuntó.
Caída libre
Sin embargo, el mayor golpe a las perspectivas de venta de petróleo venezolano a India vino la semana pasada, cuando el embajador Harsh Vardhan Shringla, en una reunión con periodistas para hablar de la victoria electoral del primer ministro Narendra Modi, dijo que su país había suspendido la compra de crudo venezolano. En esa misma reunión anunció el cese de importaciones del crudo desde Irán.
El diplomático, sin embargo, no aclaró si se refería a toda la importación de crudo procedente de Venezuela (incluyendo el que se adquiere a través de Rosneft) o no.
En cualquier caso, empresas especializadas en seguimiento al transporte global de petróleo por vía marítima como ClipperData han publicado información según la cual, al menos hasta abril pasado, el crudo venezolano seguía siendo transportado hasta China, India y algunos países europeos.
Hari Seshasayee explicó a BBC Mundo que cuando Washington anunció las sanciones contra Venezuela, Reliance negoció con las autoridades estadounidenses una reducción gradual en lugar de una paralización inmediata de las importaciones del petróleo venezolano.
“Yo creo que esa reducción ya puede haber ocurrido”, dijo Seshasayee, quien apuntó que Reliance era la empresa india que compraba mayor cantidad de crudo de venezolano, al importar entre 80% y 90% de todo el petróleo venezolano que entraba en el país.
De acuerdo con ClipperData, las exportaciones de petróleo venezolano hacia India promediaron los 300.000 barriles diarios en 2018.
Pero, ¿qué implicaría para Venezuela el cese absoluto de sus exportaciones petroleras a India?
“Sería un impacto muy grande. Después de las sanciones, India se convirtió en el primer comprador de petróleo venezolano”, apunta Seshasayee, quien destaca que mientras las ventas a India son una fuente de dinero fresco para Venezuela, la mayor parte del crudo enviado a China se usa para pagar deudas previamente contraídas con Pekín.
Matt Smith, director de investigación de materias primas de ClipperData, coincide en que la suspensión de las compras de crudo por parte de India tendría un impacto notable.
“Si ellos dejaran de comprarlo, parece poco probable que podrán colocarlo en algún otro sitio“, afirma.
“La economía de Venezuela ya se encuentra en caída libre, por lo que la pérdida de India como destino para su crudo solamente aumentaría la agonía”, advierte.
Fuente: www.bbc.com