La agencia espacial estadounidense, la NASA, está planeando financiar el desarrollo de una impresora tridimensional capaz de producir comida.
Su empresa asociada pretende crear impresoras que tomen los nutrientes básicos en polvo y, al depositarlos en capas, construir productos comestibles, con distintos sabores, del mismo modo en que las impresoras 3D construyen productos plásticos.
Los nutrientes en polvo tienen una vida muy larga en los estantes, por lo que son apropiados para prolongadas misiones espaciales, Pero la compañía afirma que la tecnología también podría resolver problemas en la Tierra, donde el crecimiento de la población amenaza con sobrepasar a la producción de alimentos.
El proyecto aún se encuentra en su fase inicial.