Una mujer soñó que estaba en una tienda recién inaugurada y para su sorpresa, descubrió que Dios se encontraba tras el mostrador.
– ¿Qué vendes aquí?, le preguntó.
– Todo lo que tu corazón desee, respondió Dios.
Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear.
– Deseo Paz de Espíritu, Amor, Felicidad, Sabiduría y ausencia de todo temor…….
Tras un instante de vacilación, añadió:
– No sólo para mí, sino para todo el mundo……
Dios se sonrió y le dijo:
– Creo que no me has comprendido.
– Aquí no vendemos frutos, únicamente vendemos semillas.