Un banquero y experto en inversiones, estaba en el muelle de un pequeño pueblo caribeño, cuando llegó un pescador en su bote.
Dentro del bote había varios atunes amarillos bastante grandes y el banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó:
–¿Cuánto tiempo le tomó pescarlos? –Muy poco tiempo, respondió el pescador.
–¿Por qué no se quedó más tiempo pescando? podría haber traído más peces. –Preguntó el banquero. –Sí, seguramente, pero esto es suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de mi familia, dijo el pescador.
–Pero permíteme que te pregunte, dijo el banquero ¿qué haces con el resto de tu tiempo?,
–Después de pescar, descanso un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta, luego acompaño a mi esposa a hacer las compras y por las noches me reúno con los amigos para pasar un buen rato conversando. Llevo una vida tranquila y despreocupada, dijo el pescador.
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