Nadie llega a la meta con su primer intento, ni se perfecciona la vida con una simple rectificación, de la misma manera que nadie alcanza la altura deseada con un solo vuelo.
Nadie camina por la vida sin haber pisado en falso muchas veces…nadie recoge una cosecha sin trabajar duramente, sembrar la semilla y abonar la tierra.
Nadie mira la vida sin acobardarse en algunas ocasiones, ni se sube a un barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar lo necesario.
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.
Nadie puede edificar evitando el martillo, ni se cultiva una amistad con Dios, sin renunciar a uno mismo.
Nadie llega a la otra orilla sin pasar a través del puente.