Muchos de nosotros hemos visto a niños que llegan a una fiesta como seres humanos razonables y educados, comen copiosas cantidades de pasteles y golosinas y se transforman en diablitos sobrexcitados… ¿cómo se explica eso?
Se dice a menudo que el alboroto se debe a la cantidad de azúcar que han consumido. Y, para tratar de que las fiestas sean más calmadas y relajantes, algunos padres hacen eventos libres de azúcar, ofreciendo agua y emparedados de garbanzo en vez de gaseosas y bizcochos.
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