“La decisión importa, pero importa mucho más para Estados Unidos que para el resto del mundo”, le dijo a la BBC John Ashton, quien fue representante especial para cambio climático de la cancillería británica.
La decisión a la que se refiere es la Donald Trump, que anunció el jueves que Estados Unidos abandonará el Acuerdo de París sobre cambio climático que 195 naciones firmaron en 2015.
“La decisión -agregó Ashton- perjudicará más a Estados Unidos, a su economía y su capacidad para influir en el resto del mundo, que en los esfuerzos globales para responder al cambio climático”.
El anuncio de Trump provocó extensas condenas internacionales, pero al mismo tiempo parece haber incitado una nueva determinación del resto del mundo para seguir adelante en la lucha contra el cambio climático.
“Nada podrá detenernos y nada nos detendrá”, declaró la canciller alemana Angela Merkel refiriéndose al Acuerdo de París.
Y aunque calificó de “extremadamente lamentable” la decisión de Donald Trump de abandonar el pacto, indicó que el camino trazado en pacto de París, era “irreversible”.
La industria de energía solar emplea a mucha más gente en Estados Unidos que la industria del carbón.
Entonces, ¿realmente importa la decisión que tome Donald Trump? ¿Es un ‘desastre’ que su país abandone el Acuerdo de París?
“Estados Unidos es el segundo emisor de gases contaminantes del mundo. Pero no puede, por sí solo, destruir un acuerdo que ya ha sido ratificado por 146 países”, asegura Paul Lomas, presidente de la organización no gubernamental Practical Action, basada en Reino Unido, que promueve las tecnologías sustentables para minimizar el cambio climático.
“Ciertamente esto plantea un desafío más grande para todos”, le dijo el experto a BBC Mundo.
“Pero el anuncio de Trump ha provocado que muchos alrededor del mundo, líderes y organizaciones, se centren en lo que es el asunto fundamental: la mitigación del cambio climático y la búsqueda de formas para mitigarlo”.
“Casi podríamos decir que Trump nos ha hecho un favor”, agrega.
Nuevo liderazgo
En efecto, tanto China como la Unión Europea ya indicaron que tomarán el liderazgo en la lucha del cambio climático y que “no hay vuelta atrás en el Acuerdo de París”.
“Eso es fantástico”, dice Paul Lomas. “De cierta forma, esto coloca ahora a Estados Unidos en el asiento trasero y nos hace pensar que hay más posibilidades de que la gente que no tiene electricidad hoy en día pueda tener acceso a ella de forma sostenible y asequible con energías renovables”.
En este sentido, China está ahora al frente de esta tecnología renovable, como le dijo a la BBC Laurence Brahm, quien fue asesor de cambio climático del gobierno chino para el Acuerdo de París .
“El acuerdo es ahora la base de la política de cambio climático del país, y se están llevando a cabo enormes inversiones en sistemas de energía renovable y sistemas de conservación de agua”.
Brahm destaca, por ejemplo, la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda, que propuso el presidente Xi Jingping para cooperación entre países euroasiáticos.
Ésta reúne a 70 países de la región para intercambio de infraestructura de energía limpia que China ha obtenido con la cooperación tecnológica con Europa.
Esa cooperación, indica Brahm, ya ha conducido a una reducción drástica en el costo de los sistemas de energía renovable y a avances tecnológicos en sistemas de conservación que han llevado a que muchos más países utilicen ahora fuentes de energía renovable.
Tal como señala la revista Foreign Affairs, no sólo China está al frente de las energías renovables. Otros países también se han unido ya a esta “revolución verde”.
“China planea invertir US$340.000 millones en fuentes de energía renovable para el 2020. Arabia Saudita está invirtiendo US$50.000 millones”, dice la publicación.
“El año pasado solamente India duplicó su capacidad solar y está instalando paneles solares tan rápido que el primer ministro Narendra Modi estableció el audaz objetivo de alcanzar 100 gigawatts de capacidad solar para 2020”.
“Esto ya no es un sueño imposible”, dice Foreign Affairs.
Hubo protestas frente a la Casa Blanca cuando Trump hizo su anuncio el jueves.
Paul Lomas está de acuerdo: “Las energías renovables son ahora un buen negocio”, le dice a BBC Mundo.
“Ya no son sólo una forma de prevenir el cambio climático. Ahora se han convertido en una opción sumamente costo efectiva. Además de que ahora hay muchos más empleos en la economía verde que los que hay en la industria del carbón”.
Y con los avances tecnológicos en los procesos de conservación de energía se espera que los costos de la energía renovable continúen disminuyendo.
Incluso dentro de Estados Unidos, muchos se muestran optimistas de que tras la decisión de Trump, el futuro no es tan “calamitoso”.
China parece estar dispuesta a asumir el liderazgo en la lucha contra el cambio climático.
Varios estados y compañías en ese país ya anunciaron que continuarán con sus propias políticas de cambio climático a pesar del anuncio de Trump.
“Ya hay 29 estados que tienen mandatos para el uso de electricidad renovable y muchos tienen exenciones de impuestos y otras ayudas para tecnologías que reduzcan las emisiones”, dice el diario Financial Times.
“California será crucial. Es la sexta economía más grande del mundo y ha establecido una meta para reducción de emisiones de 40% desde los niveles de 1990 para el 2030”, agrega el diario.
Así, tal como señala John Ashton, “la decisión de Trump parece haber colocado a la actual administración estadounidense -y no a muchas ciudades, estados y compañías de ese país- en el lado equivocado de la historia”.