Archives septiembre 2017

El cargador de agua Reflexion

Un cargador de agua de la India tenía dos vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía tantas grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad de agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para lo fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación. Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador y diciéndole:

“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir”. El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: “cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”.

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces: “¿te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino?”, siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello.

Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro.

Si no fueras exactamente cómo eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear está belleza.

Cada uno de nosotros tiene su propia grieta. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

Colaboración de Saso
Guatemala

“Nunca me había desesperado tanto”: la angustiante incomunicación que vive Puerto Rico una semana después del paso del huracán María

“Desde que empezó la tormenta, no he sabido nada de mis hijos ni de mi nieta. Es un horror. No puedo dormir, es un sinvivir”, dice a BBC Mundo Aixa Acevedo desde España.
Sus hijos, Erick Alexander Ramírez Acevedo, de 27 años, Karixa Norelis, de 26, y su nieta, Joyce, de 4, estaban en su casa en Aguada, en el oeste de Puerto Rico, en el momento en que el huracán María tocó tierra el martes de la semana pasada.
“Cuando empezaron los fuertes vientos y la lluvia, mi hija me llamó y me dijo que se había ido la luz. Desde entonces no he sabido nada más. Yo espero que no estén muertos, que estén bien. Pero estoy muy desesperada”, cuenta a BBC Mundo.
Una de sus familiares que vive a unos 15 kilómetros fue a buscarlos, pero no están en su casa. “He agotado todos los recursos posibles: me metí a la aplicación Zello, he posteado en Facebook, he llamado a las autoridades, pero no contestan ningún teléfono”, dice Acevedo con la voz entrecortada.

Todavía hay mucha gente que no sabe cómo están sus familiares y amigos en la isla. Otros se van comunicando poco a poco, pero de una forma intermitente.
El huracán más fuerte en casi 90 años en impactar Puerto Rico, dejó al menos 16 muertos en la isla, colapsó la red eléctrica y el 90% de los móviles quedaron sin servicio, de acuerdo a la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos.
La conectividad celular se ha ido restableciendo poco a poco, hasta llegar el jueves a un 28,5%, según la Junta Reglamentadora de Telecomunicaciones de Puerto Rico.
Su presidenta, Sandra Torres, aseguró que la comunicación seguirá mejorando y denunció que el trabajo se ha visto retrasado por robos de las líneas de cobre y el diésel de los generadores de energía de las antenas.

Señales de vida
“Tardé seis días en escuchar la voz de mi padre. Cuando lo escuché, volví a vivir, antes mi alma estaba pendida de un hilo”, cuenta a BBC Mundo Astrid Rivera desde Miami.
Su padre está en el pueblo de Hormigueros, en el oeste de Puerto Rico. Tuvo que caminar unos cinco kilómetros a un mirador donde encontraron que el celular de su esposa tenía recepción. “Antes de saber de él no dormía, sólo lloraba”, dice.
Rivera sirvió también de enlace entre su padre y su hermana en diferentes lugares de Puerto Rico. Con su hermana, que estaba en Aguadilla, se comunicaba en el celular de su suegra. Ahí tenían un aparato con recepción, pero el problema era la electricidad. Lo cargaban en el coche, pero también con mucha mesura por la falta de gasolina.
“Mi hermana tuvo que pasar doce horas formada en una fila para que le vendieran US$20 de gasolina. Después, en la casa tienen poca comida y agua para beber, no hay suministro en las tiendas. Dicen que están bien, vivos, pero están pasando por una situación terrible”.
Rivera también está preocupada porque no ha sabido de una de sus amigas que tiene a su hijo enfermo de cáncer: “Estoy muy alarmada, no sé si están bien”.
Con otros puertorriqueños se organizó para enviar víveres, pero dice que están en el puerto, sin poder ser distribuidos.

María ha sido el huracán más destructor en Puerto Rico en los últimos 90 años.
Comunicación por Facebook
Facebook ha sido una de las formas más recurrentes para los puertorriqueños para comunicarse y mandarse mensajes.
“No tengo forma de comunicarme con mi madre y mi hermana en Puerto Rico. Tenemos boletos para que salgan, pero no sirven de nada hasta que pueda decirles. Si tienes forma de ayudar a verificar cómo están y darles esta información, por favor envíame un mensaje. Gracias”, publicó en Ramón Gómez desde Nueva Jersey en su cuenta en esta red social.
Unas horas después, un familiar en Puerto Rico con acceso a internet pudo avisarles, confirmó Gómez a BBC Mundo.

También los teléfonos satelitales han sido de mucha ayuda. Los periodistas de CNN han estado prestando el suyo entre directos para que la gente se comunique con sus familiares fuera de la isla.
“Los puertorriqueños que van desde Estados Unidos están rentando teléfonos satelitales ahora que son menos costosos”, cuenta Malule González, ejecutiva de medios.
La comunicación, cuando se tiene, es intermitente: depende si la antena está disponible o si la gente tiene batería en el celular, cuenta. Algunas veces la comunicación se tiene que triangular. En su caso, ella desde Miami, ha tenido que llamar a la persona que distribuye el diésel a su hermana, cuando los dos están en Puerto Rico.
Televisión y boca a boca

Hay largas filas para comprar diésel y gasolina.
La televisora WAPA TV, que transmite por cable en Puerto Rico y Estados Unidos, ha ofrecido sus servicios 24 horas para ayudar a la gente a recibir mensajes de su familia.
“Nely Díaz Negrón desde Kissimmee busca a sus hermano en Juana Díaz” o “Wanda Pérez Ramos desde Boston busca a su hijo quien está confinado en la cárcel Guayama 1000”, son ejemplos de lo que transmiten.
“Estamos en condiciones terribles en Puerto Rico y entendemos la gran necesidad de la gente de saber de su familia, por eso estamos volcados en ayudarles”, explica a BBC Mundo desde San Juan Kike Cruz, director de noticias de WAPA TV.
Y aunque muchos todavía no han podido hablar directamente con los suyos, se han enterado por sus conocidos o vecinos de cómo están.
Las personas se han ayudado unas a otras. Tal es el caso de Carlos Calvo, camarógrafo de Telemundo que estaba cubriendo el terremoto en México cuando llegó el huracán a Puerto Rico y le cortó la comunicación con su familia.
“En mis 32 años de carrera, he cubierto tragedias en todo el mundo, pero nunca me había desesperado tanto, esta vez me ha tocado el corazón”.
Pasó cinco días incomunicado hasta que por medio de unos colegas periodistas que fueron a su pueblo le dijeron que su madre, sobreviviente de cáncer, estaba bien.
“No sé nada más, pero ya estoy aliviado. Cuando estás incomunicado temes lo peor, vives en un luto”.

EE.UU. ordena al 60% de su personal abandonar la embajada de Cuba y cancela emisión de visas

El gobierno de Estados Unidos ordenó que el 60% de su personal abandone la embajada de Cuba y se cancele de “forma indefinida” la emisión de visas tras alegados “ataques sónicos” contra sus diplomáticos.
El Departamento de Estado anunció este viernes que tomó la decisión luego que 21 miembros de la legación diplomática se vieran afectados por problemas de salud de origen desconocido, que incluyen la pérdida de la audición, mareos y náuseas.
“Hasta que el gobierno de Cuba pueda asegurar la seguridad del personal del gobierno de Estados Unidos, nuestra embajada se reducirá a personal de emergencia”, explicó un vocero.
Las denuncias de “ataques sónicos” fueron rechazadas por el gobierno de Cuba, que niega cualquier responsabilidad en el caso y asegura que lleva a cabo una investigación para determinar sus causas”.

El vocero del Departamento de Estado informó que la medida incluye la cancelación de la emisión de visasy la emisión de una alerta recomendando a los estadounidenses no viajar a la isla.
El funcionario explicó que las medidas responden a que la embajada no contará con suficiente personal para procesar las visas y a que los “ataques” contra los diplomáticos ocurrieron también en hoteles donde se alojaron estadounidenses durante su visita a Cuba.
Una fuente oficial dijo a la televisora CNN que Estados Unidos también pedirá que el gobierno cubano reduzca el personal de su embajada en Washington.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, anunció la pasada semana que la Casa Blanca valoraba el cierre de la embajada en La Habana por los supuestos ataques.
Ambos gobiernos se reunieron el martes en Washington en una reunión de la Comisión Bilateral, en la que, según el Departamento de Estado, se abordó también el tema.
En el encuentro, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, negó nuevamente que su país estuviera involucrado en el ataque a los diplomáticos y alegó que el gobierno de Estados Unidos está “politizando” los hechos.
Los ataques continuaron

El gobierno de EE.UU. cree que los “ataques” también se realizaron en hoteles donde se hospedaban estadounidenses.
Fuentes del gobierno de Estados Unidos les dijeron a las televisoras CNN y CBS que ocurrieron al menos 50 “ataques sónicos” desde 2016 y el último reportado tuvo lugar en agosto pasado, cuando ya se investigaban los hechos.
Algunos diplomáticos entrevistados por CNN rechazaron la medida, por considerar que se tomaba antes de que se esclareciera la responsabilidad de los hechos y en un momento en el que Cuba se prepara para una posible sucesión del presidente Raúl Castro.
Barbara Stephenson, presidenta de la Asociación de Servicio Exterior de Estados Unidos, que representa a los diplomáticos de ese país, afirmó que organización rechazaba la medida.
Funcionarios del Departamento de Estado, por su parte, explicaron a CNN que la medida se tomó ante la falta de progreso de las investigaciones sobre los hechos y tras valorar una serie de posibles medidas desde cerrar la embajada hasta reducir el número de personal que podría estar “en riesgo”.
Un año atrás
Los empleados de la embajada estadounidense comenzaron a notar los síntomas a finales del año pasado.

La actual sede de la embajada de Estados Unidos en Cuba (hasta 2015, Oficina de Intereses) fue por año epicentro de las protestas de Fidel Castro contra Estados Unidos.
Los afectados, algunos de los cuales abandonaron Cuba, fueron tratados en Estados Unidos y por médicos estadounidenses en La Habana.
Los medios de Estados Unidos alegaron que la pérdida auditiva de los diplomáticos pudo haber estado vinculada a unos aparatos de sonido que emiten ondas inaudibles que pueden causar sordera.
Analistas de seguridad creen que un tercer país pudo haber estado involucrado, pero el incidente todavía está lleno de incógnitas.
Respuestas y represalias
Estados Unidos anunció a inicios de agosto pasado que había expulsado en mayo a dos diplomáticos cubanos como respuesta a los “incidentes” ocurridos en la isla.
“Algunos miembros de nuestro personal tuvieron la opción de dejar Cuba por razones de salud. Como resultado de eso, invitamos a dos funcionarios cubanos a abandonar Estados Unidos y ya lo han hecho”, afirmó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
La portavoz de Asuntos Globales de Canadá, Brianne Maxwell, confirmó también que los funcionarios de la embajada canadiense fueron afectados por estos hechos, que ninguno de los tres gobiernos ha aclarado en qué consistieron.

Estados Unidos expulsó a dos diplomáticos cubanos en mayo pasado, a menos de dos años del restablecimiento de las relaciones bilaterales.
Maxwell indicó que empleados de varias agencias del gobierno canadiense “están conscientes de los síntomas inusuales que afectaron al personal diplomático canadiense y estadounidense y a sus familias en La Habana” y aseguró que las autoridades trabajan en su esclarecimiento.
“Nuestro gobierno está trabajando activamente, incluso con las autoridades de Estados Unidos y Cuba, para determinar la causa”, afirmó.
La Habana y Washington restablecieron sus relaciones diplomáticas en agosto de 2015, en un proceso de acercamiento que se selló durante una visita del entonces presidente Barack Obama a Cuba.
No obstante, la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump supuso una nueva escalada de tensión entre los dos países.
En mayo pasado, la Casa Blanca anunció una serie de sanciones al gobierno de Cuba, aunque mantuvo las principales políticas impulsadas por Obama, entre ellas, la apertura de las embajadas.
El gobierno de Raúl Castro, por su parte, consideró el anuncio de Trump como un “regreso a la retórica de Guerra Fría”.

Ni China, ni Rusia, ni Estados Unidos: ¿quiénes lideran la nueva y feroz carrera espacial?

Desde sus comienzos con el lanzamiento del satélite Sputnik en 1957 y el vuelo de Yuri Gagarin en 1961, la exploración humana del espacio estuvo dominada por la rivalidad de la Guerra Fría entre Estados Unidos y lo que se conocía entonces como la Unión Soviética.
A lo largo de esta tumultuosa lucha por dominar el espacio, el sector privado tuvo un papel subsidiario. Eran los gobiernos los que pagaban y promovían estos esfuerzos.

Cómo ha cambiado la carrera espacial desde la Guerra Fría
Pero en la actualidad estamos presenciando una revolución: Los avances tecnológicos están cambiando los modelos tradicionales de las misiones al espacio.
Un grupo de empresas promete acceso más barato al cosmos, con innovaciones tales como cohetes reutilizables y sistemas horizontales de lanzamiento.
Los satélites se están volviendo cada vez más pequeños y su construcción, más barata. Ya hay cerca de 1.500 en órbita.
La economía de la exploración espacial
US$200 millones
Costo promedio del lanzamiento de un satélite
22 Número de lanzamientos en Estados Unidos en 2016.
US$5 millones El precio que tendría un futuro lanzamiento espacial, según la empresa Rocket Lab.

Un torrente de datos e imágenes está llegando desde el espacio y nuevos actores procesan, interpretan y comercializan está revolución informática.
La inversión está llegando a chorros al sector espacial. En 2016, la economía espacial global alcanzó un valor de US$329.000 millones. Tres cuartas partes de esa suma provenía del sector privado, no de los gobiernos.
Los magnates y sus cohetes
Los cohetes son nuestra llave de entrada al cosmos. Y aquí también los multimillonarios están liderando el camino.
La firma Space X, de Elon Musk, usa sus lanzadores Falcon 9 para enviar suministros a la Estación Espacial Internacional, mientras que Blue Origin, de Jeff Bezos, el dueño de Amazon, está trabajando en los cohetes New Shepard y New Glenn.

Jeff Bezos, el magnate de Amazon, es uno de los grandes emprendedores del espacio.
Ambas empresas han desarrollado técnicas revolucionarias que permiten el aterrizaje vertical, un paso significativo en la creación de lanzadores reutilizables.

Mientras tanto, el Grupo Virgin de Richard Branson está trabajando tecnologías para lanzar satélites desde el aire, junto con sus planes para vuelos turísticos suborbitales.
Y un nuevo actor que espera cambiar la forma de explorar el espacio es Rocket Lab, de Nueva Zelanda.
Todavía en su infancia, es la única empresa de cohetes del mundo con su propio complejo de lanzamiento, en la península de Mahia, en la Isla Norte neozelandesa.
No es otro más
Aunque los cohetes no han cambiado tanto desde que los soviéticos colocaron el Sputnik en órbita en 1957 -siempre deben lograr que su cargamento supere la fuerza de gravedad de la Tierra y entre en órbita-, sería un error pensar en Rocket Lab como otro fabricante más de lanzadores tradicionales, afirma su fundador, Peter Beck.

Los satélites serán cada vez más pequeños.
En la actualidad, el costo promedio de un lanzamiento por satélite es de unos US$200 millones, y en Estados Unidos, por ejemplo, el año pasado sólo hubo 22.
Beck dice que una vez que su cohete esté en funcionamiento, el costo de viajar al espacio será de US$5 millones y que la frecuencia de las misiones “podría llegar a una vez por semana”.

En el corazón de la estrategia comercial de Rocket Lab se encuentra sulanzador Electron, especialmente diseñado para poner en órbita pequeños satélites.El cohete es principalmente de fibra de carbono y sus motores están todos impresos en 3D.
Mientras que normalmente llevaría meses producir un motor, “podemos producirlo en 24 horas”, dice Beck.
En su primer vuelo de prueba en mayo, el cohete llegó con éxito al espacio pero no alcanzó la órbita. Rocket Lab planea ahora otras dos misiones.
Brecha por llenar
Los fabricantes necesitan maneras flexibles de organizar viajes al espacio.
Este es precisamente el problema que Rocket Lab quiere solucionar, según Beck. En lugar de esperar un lugar adecuado en un gran cohete, “ahora puedes ir en línea y hacer clic y has reservado un espacio en un lanzamiento espacial”, dice.

Rocket Lab: la “start-up” que busca revolucionar la industria espacial haciendo cohetes de bajo costo
Una empresa que desea utilizar el cohete Electron de Rocket Lab es Planet Labs de San Francisco, que diseña y construye su propio “cubo satélite” en miniatura, el cual pesa sólo 4 kg.
A diferencia de los satélites de comunicaciones comerciales que operan en órbitas geoestacionarias altas, a 35.700 km de la superficie de la Tierra, las unidades de Planet Lab (llamadas Doves) vuelan mucho más bajo, a sólo 500 km.
Esta órbita inferior significa que un satélite puede utilizar cámaras más pequeñas y obtener resoluciones de imagen decentes, reduciendo el peso y el costo a una fracción de los que implican los aparatos tradicionales.

Eso significa no sólo precios más bajos para los clientes; también permite que los datos estén disponibles para un número mayor de personas.
Revolución informática
Sin embargo, mientras que la evolución de los cohetes y los satélites -el hardware del espacio- a menudo se lleva los titulares, los cambios más importantes se han producido en los usos prácticos de la información que se ha recogido.
Los agricultores y las compañías de petróleo, gas y minería ya están utilizando estos datos.

La anterior carrera espacial fue llevada a cabo por naciones.
Los agricultores pueden ser advertidos acerca de los problemas en las condiciones del suelo, lo que les permitiría prepararse para malas cosechas; los pescadores pueden ser informados sobre las temperaturas del océano y, por tanto, saber con más precisión dónde encontrar pescado.
Y con fotografías cada vez más detalladas sería posible rastrear árboles individuales (un recurso muy valioso para controlar la deforestación).
Los grandes premiosofrecidos a las empresas del sector también están impulsando la innovación.
El Ansari XPrize animó a los inventores a desarrollar una nave espacial tripulada reutilizable.

Team Indus, la empresa india sin experiencia en el espacio que quiere mandan un robot a la Luna
Y ahora el galardón conocido como Google Lunar XPrize ofrece US$20 millones para el primer equipo que consiga enviar a la Luna una nave robot que pueda trasladarse 500 metros y transmitir imágenes.
Hoy se plantea una visión de un mundo en el que la industria espacial se caracterizará por satélites de bajo costo, transportados en cohetes asequibles que se lanzan cuando uno lo desea, todo ordenado con un clic y sin necesidad de esperar el lento movimiento de las misiones espaciales financiadas por los gobiernos.
Los desafíos
Sin embargo, esta carrera espacial también presenta sus propios retos, dice Gareth Morgan de la firma británica de análisis de información espacial Terrabotics.
El gran volumen de imágenes y datos del espacio significa que los sistemas de inteligencia artificial que se usan para analizarlos automáticamente deben ponerse al día.

Mucha información nueva llegará del espacio.
Tener más información puede ser una buena cosa, pero deben evaluarse también las consideraciones éticas. Hay que recordar que todo el mundo puede ser potencialmente fotografiado desde el espacio en cualquier momento. ¿Y quién tiene acceso a estos datos?
A medida que proliferan los satélites privados y avanza la gran revolución de los datos, los críticos argumentan que debe haber un debate sobre los roles públicos y privados en el espacio.
Aunque las recompensas potenciales para los inversionistas pueden ser grandes, también lo son los riesgos.
“Los cohetes no son la forma de ganar dinero con el espacio”, afirma Matt Perkins, quien durante 10 años fue director ejecutivo de Surrey Satellites y ahora se desempeña como jefe de Innovación de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.

Planet Labs, la innovadora empresa con más de 200 satélites que fotografía la Tierra desde el espacio
Perkins asegura que la forma de ganar dinero está en los productos, mediante el uso de toda la información procedente del cosmos.
A medida que todo se vuelva más barato, habrá nuevas oportunidades de negocios y surgirán maneras de utilizar los datos que la gente hasta ahora no se imaginaba.
Como dice el jefe de Surrey Satellites, hay una amplia gama de información sobre el espacio.
Y en esta nueva frontera de negocios, todo dependerá del ingenio de los seres humanos para sacar provecho de sus ventajas comerciales.

Por qué los argentinos comen ñoquis el 29 de cada mes y qué tiene que ver eso con los empleados ?

Abuelas y madres argentinas recibirán de sus hijos este viernes más visitas de las acostumbradas. Es 29, día de ñoquis.
Y, como buenos italianos, los argentinos creen que nadie cocina mejor que la nonna o, en su defecto, la mamma.
Debajo del suculento plato de bollitos de papa y harina de trigo con, quizá, salsa de tomate las cocineras pondrán un billete. No muy alto ni muy bajo: 100 pesos, digamos, unos US$6.
Todo con la esperanza de un mes de más riqueza. Y menos pobreza.
Es difícil saber cuán extendida está, pero la costumbre se replica en Uruguay y Paraguay,ha pasado por el famoso show de entrevistas “Almorzando con Mirtha Legrand” y se celebra en restaurantes donde incluso premian al “ñoqui de oro”.
Pero esto no solo no es solo folclor culinario: “Ñoqui” también se le suele decir al empleado que no trabaja durante todo el mes, pero aparece el 29 y cobra lo que cree que le corresponde.
Es casi un insulto, usado mucho para los empleados públicos. Un sinónimo de “parásito” o, al menos, de “charlatán”. Y su uso es, según algunos, una forma de discriminación a los trabajadores.

Los ñoquis son unos de los platos principales en Argentina. Tanto que lo daban en las protestas por los despidos de los supuestos “ñoquis”, o empleados públicos fantasma.
Del cristianismo al nuevo mundo
Pero antes de entrar al truculento mundo de la política argentina contemporánea, vamos al siglo III.
Fue entonces cuando un estudioso llamado Pantaleón llegó a la península itálica desde la metrópolis de Nicomedia, hoy Turquía.
Dice la literatura que en el país europeo el filósofo y médico cristiano se encontró con una familia de campesinos a la que pidió refugio y comida y, tras las atenciones, prometió un año de buena pesca y cosecha.
La profecía, dice la historia, se cumplió. Y fue un día 29.
Desde entonces muchos italianos celebran ese día con un plato de comida austera pero llenadora, en busca de mejores pescas y cosechas para el mes siguiente.
Aunque en el siglo III la papa, un producto originario de América, no había llegado a Europa.

Ñoqui es en Argentina una palabra con mucho contenido histórico, cultural. Y político.
Fue más de un milenio después, hacia 1600, que una mala cosecha, una plaga y la subida del precio del trigo decretada por un señor feudal que los italianos empezaron a mezclar papa con harina en pequeñas bolitas que luego llamaron gnocchi (en italiano, “grumo”).
Pasaron dos siglos más para que miles de italianos, en medio de guerras y pobreza, vinieran al sur de América.
Argentina entonces era un país rico, pero en los últimos 30 años ha sufrido todo tipo de problemas económicos.
Y una alternativa culinaria de ingredientes baratos como los ñoquis para fin de mes –sobre todo si tiene contenido supersticioso–­ ha resultado económica, social y, veremos, políticamente apropiada.

A principios de 2016, Macri, recién asumió, ordenó el despido de miles de empleados públicos que consideraba “sobrecontratación”. La medida generó decenas de protestas.
Llenador pero poco nutritivo
Además de la gesticulación, parte de la culinaria o el amor por sus nonnas, los argentinos heredaron de los italianos el poder del verbo.
En pocos dialectos como el lunfardo, desarrollado en el Río de la Plata a fines del siglo XIX, hay tantos sinónimos del miembro masculino, tantas formas de insultar al prójimo y tantas maneras retóricas de convencer a alguien de algo objetivamente erróneo.
En ese mar de metáforas y composiciones está “ñoqui”, definida en el diccionario del neo-lunfardo como “aquel que cobra un sueldo fijo por un trabajo que no realiza ya que es un ‘acomodado’”.

Para muchos defensores de los trabajadores, “ñoqui” se suele usar como un estilo de insulto para los trabajadores de parte que la clase pudiente.
Hace un año, con la llegada de Mauricio Macri al poder, la palabra inundó los medios de comunicación. Los empleados fantasma fueron el argumento del mandatario para despedir, en medio de protestas (en las que regalaban ñoquis), a más de 100.000 empleados públicos.
El sustantivo sigue en los titulares, debido a que la campaña de Macri para depurar a uno de los Estados más robustos de América Latina continúa, generando elogios e insultos de lado y lado de “la grieta”.

Pero “ñoqui” no solo es el empleado vividor. También es el charlatán, que vive de la labia y nada más. Como el plato: llenador pero poco nutritivo.
En esa línea va El Ñoqui, un cuento del famoso humorista argentino Roberto Fontanarrosa cuyo protagonista es un personaje que interrumpe todos los relatos de sus contertulianos con historias mejores sobre los supuestos hermanos desconocidos de ídolos ya establecidos, como el cantante José Luis “el Puma” Rodríguez.
“Y te digo una cosa, el que cantaba bien, pero verdaderamente bien, que apuntaba para fenómeno, era el hermano del Puma, el Pumita”, dice El Ñoqui, mientras bracea y menea el torso. Como buen italiano.
Al final, uno de los presentes se enfurece, se para y le dice al Ñoqui: “¿Sabés lo que sos vos? Un charlatán. Un charlatán de feria, querido…”
A lo que el Ñoqui responde: “Si vos decís que yo soy un charlatán (…) vos tendrías que conocer a mi hermano… ¡Ese sí que es un charlatán! Vos tendrías que conocerlo”.