Archives 2018

Los asombrosos resultados de un estudio que muestra cómo los alérgicos al maní pueden llegar a tolerarlo

Emily, una niña británica de 6 años, está más contenta que nunca: por fin podrá comer pastel en las fiestas de cumpleaños de sus amigos.

Hasta ahora ingerir aunque fuese solo un bocado de pastel le hubiese podido provocar graves consecuencias: Emily es muy alérgica al maní, cuyos trazos se pueden encontrar en una gran cantidad de alimentos.

Antes no podía tomar ni 10 miligramos (mg) de maní, pero ahora puede tolerar hasta 30 veces más.

“Es sorprendente la cantidad de alimentos en los que puede haber trazas de maní, en particular los que están dirigidos a niños, como pasteles, galletas y helados”, explica Sophie, la madre de Emily.

La niña pudo solucionar en parte su problema gracias a un estudio en el que participaron 500 niños de entre 4 y 17 años de Reino Unido y Estados Unidos y que le permitió generar tolerancia a ese alimento.

El estudio estaba basado en el principio de la insensibilización. Se trata de un procedimiento que hasta ahora se había utilizado con alérgicos al polen o a las picaduras de abeja. La exposición progresiva a la sustancia que les provocaba la alergia aumentaba su tolerancia.

Tras generar tolerancia a cierta cantidad de maní, Emily por fin podrá comer pastel en las fiestas de cumpleaños de sus amigos.
Así, aplicaron el procedimiento a los alimentos: durante un año los niños recibieron a diario proteína de maní en dosis que aumentaban progresivamente.

En la última fase del estudio, dos tercios de los participantes podían comer hasta dos manís.

Emily estaba entre el 50% de los participantes que toleraba comer hasta 7. Todo un éxito: aunque estas cantidades parezcan insignificantes para personas sin alergias, permiten que estos niños puedan llevar una vida casi normal.

George Du Toit, especialista en pediatría y líder del estudio en Reino Unido, visitó el estudio de “The Today Programme” de la BBC, donde aseguró: “Los resultados de este innovador estudio son muy prometedores y sugieren que podremos evitar que los niños alérgicos al maní tengan una reacción severa tras una exposición accidental”.

Eso no significa que Emily ya no sea alérgica, pero sí que sus padres pueden respirar tranquilos: ahora puede ingerir hasta siete manís sin tener ninguna reacción, por lo que se reduce al mínimo el riesgo de que tenga una reacción severa si ingiere el alimento accidentalmente, algo que les aterraba.

Muchos alimentos contienen trazos de maní.
“Las familias viven con miedo a la exposición accidental, ya que las reacciones alérgicas pueden ser muy graves e incluso pueden provocar la muerte”, asegura Du Toit.

Lo confirma la madre de Emily, que asegura: “El proceso fue muy estresante, pero Emily tuvo tan pocos efectos secundarios que estábamos convencidos de que no le estaban dando dosis de maní, sino placebo”.

Y añade: “Estamos exultantes. Este estudio nos cambió la vida. Ahora tenemos una libertad que nunca antes habíamos tenido”.

Cuando le preguntan a Emily qué pastel querrá para su cumpleaños, lo tiene claro: “Muchos pasteles de gustos distintos”

Mucha mas que un anillo de compromiso Reflexion

Un muchacho entró con paso firme a la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran. El joyero le mostró una hermosa piedra solitaria que brillaba como un pequeño sol resplandeciente. El muchacho contempló el anillo, preguntó el precio y con una sonrisa se dispuso a pagarlo.

¿Se va usted a casar pronto? – Preguntó el joyero.

¡No! – respondió el muchacho – Ni siquiera tengo novia.
Es para mi mamá – dijo el muchacho. Cuando yo iba a nacer estuvo sola; alguien le aconsejó que me matara antes de que naciera, así se evitaría problemas. Pero ella se negó y me regaló la vida que hoy puedo disfrutar. Fue padre y madre. Amiga, hermana y maestra. Me hizo ser lo que soy. Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso. Ella nunca tuvo uno. Yo se lo doy como promesa de que si ella hizo todo por mí, ahora yo haré todo por ella.

 

El joyero, sorprendido, no dijo nada. Solamente ordenó a su cajera que hiciera al muchacho el descuento especial que sólo se hace a los clientes importantes.

Moraleja:

Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.

Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.

Tenemos más medicinas, pero menos salud.

Hemos multiplicado nuestras fortunas, pero interiormente estamos vacíos.

Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.

Hemos llegado a la luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.

Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.

Tenemos mayores ingresos, pero menos moral y felicidad.

Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría.

 

Con más comida, pero menos nutrición.
Son días en los que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.

Son tiempos de casas más lindas, pero más hogares rotos.

Por eso, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas; pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos en el campo, en la playa; come tu comida preferida; visita los sitios que te gustan.

La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es sólo para sobrevivir.

Escribamos aquella carta que pensábamos escribir.

Digamos hoy a nuestros familiares y amigos cuánto los queremos.

No retrases nada que agregue alegría y felicidad a tu vida.
Cada día, hora y minuto pueden ser especiales.

5 emociones que no son exclusivas de los humanos

La capacidad de experimentar placer, dolor y miedo no es exclusiva de los seres humanos. De hecho, es vital para la supervivencia de los individuos de numerosas especies

Pero, ¿qué pasa con emociones más complejas, como la capacidad de sufrir por la pérdida de un ser querido o indignarnos cuando consideramos que han sido injustos con nosotros?

La biología evolutiva y las ciencias del comportamiento y el cerebro han demostrado que el sistema nervioso de los humanos tiene impactantes similitudes con el de algunos animales, sobre todo el de otros mamíferos.

Por eso, no debe sorprender que el experimentado primatólogo y antropólogo español Pablo Herreros asegure que algunas emociones que a menudo consideramos exclusivamente humanas, no solo las experimentamos nosotros.

A continuación 5 ejemplos de su libro “La inteligencia emocional de los animales”.

1. Sentido de la justicia

Especies como los monos capuchino pueden discernir entre lo que es justo y lo que no.
Una persona con inteligencia promedio es capaz de distinguir entre lo que es justo y lo que no. Y también primates como los monos capuchinos.

Estos mamíferos se niegan a cooperar cuando sienten que se les ha tratado de manera injusta, según un estudio del Centro Yerkes de Primates, en Atlanta, Estados Unidos.

Los científicos de ese centro llevaron a cabo un experimento en el que daban trozos de pepino a un grupo de estos monosa cambio de fichas plásticas.

Luego, uno de los investigadores le dio una uva -un alimento que los primates disfrutan más que el pepino- a solo uno de ellos.

Inmediatamente después el resto se negó a seguir colaborando. Algunos incluso les lanzaron los trozos de pepino en la cara a los científicos.

2. Deseo de venganza

Los elefantes son capaces de tener sentimientos de venganza.
Si a casi todos los humanos alguna vez nos pasa por la cabeza la idea de vengarnos, no hay razones para pensar que no le pasa lo mismo a algunos animales.

De hecho, es famoso el episodio que vivió India en 2016, cuando una manada de elefantes invadió la población de Ranchi (al noreste del país) obligando a los habitantes a correr por sus vidas.

Los elefantes buscaban el cuerpo de una hembra que había muerto luego de caer en un canal de irrigación.

Otros animales se han mostrado rencorosos y vengativos con sus agresivos adiestradores.

Los chimpancés, por ejemplo, guardan en su cerebro quiénes son sus amigos y sus enemigos. Si uno agrede a otro, sus amigos podrían vengarse.

3. Amor maternal

Así como en otras especies, el sentimiento maternal de las madres primate ha quedado demostrado por la ciencia.
Los seres humanos que tienen hijos tienden a ser amorosos y protectores con ellos. De tan conocida, ya es un cliché la frase “No hay amor como el de una madre”.

Y, en su libro, Pablo Herreros compila varios ejemplos de amor maternal de animales que han cuidado de sus crías con tanta pasión como la de una persona.

Este fue el caso de Christina, una chimpancé de Tanzania cuya cría nació con síndrome de Down y una herniaque le impedía sentarse por sí sola.

Investigadores de la Universidad de Kyoto, Japón, fueron testigos de los cuidados extremos de esta madre, que a veces dejaba de comer para atender a su cría.

La pequeña murió a los dos años de edad. Y durante ese tiempo, Christina no dejó que otros la cargaran, como si supiera que nadie podía hacerlo mejor que ella.

El caso de una madre elefante y su hija -que fue robada de la manada para llevarla a un campo de trabajo- también muestra este lado de las emociones en el mundo animal.

Tres años después volvieron a encontrarse tras los esfuerzos de una organización conservacionista. Ambas se quedaron quietas por una hora. Después comenzaron a unir sus trompas y acariciarse.

4. Sufrimiento amoroso

Los guacamayos pueden llegar a “morir de amor”.
Las rupturas amorosas y la pérdida de la pareja son motivo de sufrimiento para muchas personas.

Y Herreros destaca en su libro cómo los guacamayos, que son fieles a su pareja toda la vida, son criaturas especialmente frágiles ante este tipo de pérdidas.

Por ejemplo, si uno de los dos muere súbitamente, al otro le es difícil soportarlo: con frecuencia deja de comer y se debilita.

Algunos incluso pierden tanta fuerza que les es imposible agarrarse de los acantilados donde habitan y caen al vacío, muriendo aplastados contra las rocas.

¿Una forma de suicidio por amor?

5. Capacidad de Consuelo

Los ratones de campo, así como los delfines, los perros y los elefantes, entre otros, son capaces de consolar a un compañero que está sufriendo.
No solo las personas son capaces de tener empatía y sentir compasión por otros.

Un estudio publicado en la revista Science en 2016 demostró que animales como los topillos o ratones de campo son capaces de darse cuenta cuando sus iguales están sufriendo, y ofrecerles consuelo.

Al poner uno de estos roedores junto a otro altamente estresado, se demostró que el que estaba bien extremaba sus cuidados con el otro, para aliviarlo.

Al hacer esto, el cerebro del roedor estresado genera oxitocina -conocida como “la hormona del amor”- que los hace recuperar la sensación de bienestar.

Otros estudios han demostrado que los chimpancés consuelan a las víctimas de agresiones. Algo similar ocurre con delfines, elefantes y perros.

Fuente: www.bbc.com

La Leccion de Piano Reflexion

Deseando animar que su nieto progresara en sus lecciones de Piano, su abuela lo llevó a un concierto de Paderewski..

Después de que ocuparon sus respectivos lugares, la abuela reconoció a una amiga en la audiencia y dejando a su nieto, se dirigió hacia ella.

Teniendo la oportunidad de explorar las maravillas de ese viejo teatro, el pequeño niño recorrió algunos de los lugares y posteriormente logró llegar a una puerta donde escrito estaba el anuncio de “Prohibida la entrada”, ésto no le importó a pequeño.

 

Cuando se anunció la tercera llamada y las luces empezaron a apagarse y la función estaba apunto de empezar, la abuela regresó a su lugar, descubriendo horrorizada que su nieto no estaba en su lugar. Inmediatamente las grandes cortinas se abrieron y los reflectores apuntaron hacia el centro del escenario.

Sorprendida, la abuela vio a su pequeño nieto sentado en el Piano, inocentemente tocando “Twinkle, twinkle Little Star”.

En ese momento, el gran maestro de Piano hizo su entrada y rápidamente se dirigió hacia el piano y susurro al oído de pequeño, “No pares hijo, sigue tocando, lo estás haciendo muy bien”. Entonces inclinándose hacia el Piano, Paderewski, empezó a hacer un acompañamiento junto al niño con su brazo izquierdo. Pronto su brazo derecho alcanzó el otro lado para realizar un “obbligato”.

 

Juntos, el viejo maestro y el pequeño novicio, trasformaron la embarazosa escena en una maravillosa y creativa experiencia. La audiencia estaba muy entusiasmada.

Ésa es la forma en que Dios trabaja junto a nosotros. Él esta siempre a nuestro lado cambiando nuestros pequeños esfuerzos hacia convertirlos en grandes cosas, susurrándonos al oído “No pares hijo, síguele intentando, lo estás haciendo muy bien”.

Desconozco su autor

Adicción a los videojuegos: “Estuve 7 años jugando a videojuegos en bata y sin salir de casa”

Billy Brown dice que estuvo encerrado en su propia casa durante siete años. Sufría una grave adicción a los videojuegos.

“Durante años y años, me sentaba en bata frente a la computadora. Solo salía de casa para ir a citas médicas”, le contó a la BBC.

“Nunca salía para socializar o interactuar con otras personas. Toda mi vida estaba en internet”.

Brown tuvo una infancia difícil. Fue internado varias veces debido a las frecuentes estadías de su madre en el hospital por complicaciones médicas físicas y psicológicas.

Durante la escuela secundaria, su asistencia fue del 13%, Pero fue el estrés de los exámenes preparatorios para la universidad, sumado a un par de roturas de tobillo, lo que le obligó a encerrase en casa y a alejarse del mundo por completo.

Entonces llegó la adicción a los videojuegos.

Brown, quien ahora tiene 24 años, dejó la universidad y pasó los años que siguieron en casa, jugando a videojuegos y leyendo sobre política.

La adicción a los videojuegos es tratada como una enfermedad mental por la OMS.
Se sumergió casi por completo en un mundo en línea de “echo chambers” (cámaras de eco, el fenómeno de las redes sociales que hace que la información se amplifique de manera tal que la gente lea solo aquello con lo que es afín).

Encerrado en ese mundo virtual, sintió el impulso del extremismo y del cibercrimen, asegura.

Pensamientos suicidas
Brown, originario de Ashton, un pequeña ciudad al sur de Inglaterra, Reino Unido, dice que se volvió cada día más “excéntrico” y que llegó a perder el contacto con la realidad.

A veces tenía pensamientos suicidas

Billy Brown, 24
“No puedo contar con mis dos manos el número de veces que salí de casa durante un periodo de siete años”, declara.

“No me cuidaba a mí mismo, solo cuidaba a mi madre”.

“A veces tenía pensamientos suicidas. La verdad es que me afectó mucho”.

El joven dice que le costaba encontrarle sentido a la vida: “Me di cuenta de que si no hacía algo no iba a seguir viviendo al año siguiente o a los dos años”.

Brown (presidiendo la mesa) ha creado un juego de rol. A través de él busca incentivar a los jóvenes a sociabilizar.
Finalmente, decidió buscar ayuda y terminó participando en el programaGame Changer, de Real Ideas Organisation (RIO, por sus siglas en inglés), una institución británica que lleva a cabo proyectos educativos.

La iniciativa busca motivar a los jóvenes a desarrollar sus habilidades y superar problemas a los que se puedan enfrentar antes de conseguir un trabajo.

Ahora, solo 14 meses después de haber salido de su confinamiento por primera vez en años, Brown ha decidido crear su propia manera de ayudar a mejorar las vidas de quienes pasaron por lo mismo que él: un juego de mesa.

Espera que a través de él los jóvenes se sientan más proclives a sociabilizar con otras personas, en lugar de pasar horas frente a la computadora.

Cambiar videojuegos por un juego de rol
El juego que ha creado Billy está pensado para que participen grupos pequeños.

Los jugadores se reúnen una vez a la semana durante varias semanas o meses y mejoran sus habilidades sociales mientras juegan.

No se requiere nada más que un lápiz y un papel, además del dado y las tarjetas que describen a los personajes.

Brown dice que quiere “devolver el poder a la comunidad”.
La idea es que los participantes ganen puntos alcanzando una serie de metas. Pueden mejorar sus personajes ganando puntos adicionales por acciones en el mundo “real”.

Hay una parte digital en la que los participantes intercambian las tareas que han completado, pero casi todo el juego se basa en la parte fuera de línea.

“Es mi manera de retribuir a la comunidad, mi forma de hacer que la gente interactúe y socialice”, dice Brown sobre el juego.

“Algo tenía que cambiar [en mi vida] y no quiero que la gente llegue a ese punto al que yo llegué para hacer un cambio”.

El poder del grupo
El juego no solo sirve para los adictos a videojuegos, sino también para quienes sufren aislamiento por otros motivos.

George Hardwick, quien trabaja como consultor en Real Ideas Organisation, ha estado trabajando con Brown desde que se “reincorporó” al mundo no virtual, y asegura que “es maravilloso ver a gente joven interactuando, sonriendo y divirtiéndose… es una gran victoria”.

George Hardwick trabaja en la organización que ofreció apoyo a Brown. Dice que su progreso ha sido “increíble”.
Para Hardwick, ver a Brown liderar el grupo fue una experiencia muy emotiva.

“Billy llevaba básicamente siete años viviendo en pijama”, declara antes de añadir que su progreso ha sido “increíble”.

Hardwick, quien apoyó al joven a lanzar su juego de rol, dice que Brown “pasó de ser un agorafóbico severo a crear un juego que está ayudando a los jóvenes a explorar sus dones y talentos, y a compartirlos con el mundo de forma sana”.

“Es un testimonio de su determinación y coraje, y del apoyo adecuado que ha tenido a lo largo del camino”.

Kirsty Atkinson, quien también ha experimentado aislamiento, fue una de las voluntarias que participó en la sesión de prueba del juego creado por Brown.

“No tenía amigos porque estuve en varias relaciones tóxicas así que me quedaba en casa”, dice la joven de 22 años. “No hacía mucho. No quería salir”.

Atkinson dice que el juego de Brown es “muy divertido” y que está “segura ” de que puede ayudar a otras personas en situaciones similares.

“Me siento muy conectada al grupo”, asegura, añadiendo que es una buena manera de conocer a gente.

Brown, quien ha empezado su primer trabajo como trabajador social apoyando a jóvenes, ha visto sus horizontes ampliarse de una forma que no habría creído posible hace algunos años.

Para él, el juego de rol se basa en “el poder redentor de la comunidad”.

“La gente pasa horas y horas jugando a juegos para ver si su personaje evoluciona”, declara.

“Pero, ¿y si pudieran ver que son ellos mismos quienes evolucionan?”

Mr Brown dice que se siente motivado a la hora de ayudar a la gente.

Fuente: www.bbc.com