El pulso entre Donald Trump y los legisladores demócratas por el cierre parcial del gobierno de Estados Unidos adquirió este jueves una nueva dimensión.
El presidente estadounidense canceló un viaje oficial que la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tenía previsto realizar a Bélgica, Afganistán y Egipto, y se lo comunicó apenas unas horas antes de partir.
La medida llegó un día después de la petición de la representante demócrata de que se posponga el discurso del Estado de la Unión que habitualmente tiene lugar a finales de enero.
Este desencuentro entre Trump y Pelosi es un capítulo más en la cronología del cierre parcial del gobierno más largo en la historia de EE.UU. que comenzó el pasado 22 de diciembre y no tiene visos de terminar.
Un sondeo realizado por los medios públicos NPR y PBS junto con Marist Poll publicado este jueves sugiere que una mayoría de la población estadounidense responsabiliza al presidente del estancamiento actual.
Los datos del estudio indican además que la popularidad de Trump está a la baja y, lo que es más llamativo, que el presidente está perdiendo apoyos entre su base más fiel.
Los representantes demócratas no consideran necesaria la construcción de un muro más en la frontera con México, principal promesa de campaña del presidente Trump.
Para analizar la situación, BBC Mundo consultó a Bruce Oppenheimer, profesor de Políticas Públicas y Educación en el Instituto Vanderbilt de Ciencias Sociales en Nashville, Tennessee.
Esta es la transcripción de la entrevista.
Este es el cierre parcial del gobierno más largo en la historia de Estados Unidos y no tiene visos de solución, ¿cómo llegamos a este punto?
Obviamente es una pregunta compleja. Cada año el gobierno de Estados Unidos tiene que aprobar distintos presupuestos para las agencias federales, que son unas 13.
La Cámara de Representantes y el Senado tienen que aprobarlos y el presidente los tiene que firmar para convertirlos en ley. Se supone que esto se debe hacer antes del comienzo del año fiscal, que ocurre el 1 de octubre.
Donald Trump insiste en que en la frontera sur hay una crisis de seguridad para justificar la necesidad del muro.
Cuando los legisladores son incapaces de producir esos presupuestos a tiempo, el Congreso suele aprobar lo que se llama una resolución de continuación y eso permite que el gasto continúe durante el siguiente año fiscal con la tasa del año anterior para aquellas agencias para las que todavía no se ha aprobado una nueva asignación.
Lo que sucedió después del pasado 1 de octubre fue que algunas de las leyes de presupuestos para el nuevo año fiscal fueron aprobadas. Para los casos en que no se acordó un presupuesto nuevo, se aprobó una resolución de continuación que se extendió hasta después de las elecciones de mitad de período del 6 de noviembre.
Tras los comicios parecía que había un acuerdo para extender dicha resolución por un período de tiempo en el que republicanos y demócratas iban a intentar resolver sus diferencias.
De hecho, una ley que contemplaba esta medida fue aprobada unánimemente en el Senado y Trump estaba dispuesto a firmarla.
La comentarista política Ann Coulter es una de las figuras más radicales entre los conservadores que le exigen al presidente que construya el muro y ponga límites a la migración.
Entonces aparecieron comentaristas de medios de derecha que criticaron al presidente, especialmente por el hecho de no haber conseguido que se aprobara la asignación para su principal promesa de campaña: la construcción de un muro en la frontera sur.
Así que dijo ‘no firmaré esto tal como está formulado’.
Los demócratas tomaron el control de la Cámara de Representantes tras las elecciones de noviembre y asumieron el poder a principios de enero.
Desde entonces han intentado superar la situación presentando al Senado las seis leyes separadas que hay que aprobar junto con otras medidas que facilitarían la reapertura del gobierno, con la idea de que se pueda negociar separadamente la financiación del muro.
El líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, no ha puesto fecha para la votación de ninguna de estas leyes.
Así que el cierre de gobierno continúa porque no tenemos una resolución de continuación que prolongue los presupuestos. Una de las agencias afectadas es el Departamento de Seguridad Nacional, pero las otras no tienen nada que ver con el muro.
El chef José Andrés ofrece en Washington DC alimentos a empleados del gobierno que están atravesando dificultades económicas debido al cierre parcial.
Las agencias que están parcial o totalmente cerradas emplean a cientos de miles de personas y algunas de ellas están trabajando sin cobrar porque están en áreas esenciales.
Lo que pasa ahora es que hay una preocupación real respecto a que las agencias que están cerradas reduzcan o limiten servicios que van a ser crecientemente necesarios.
Por ejemplo, el Internal Revenue Service (IRS, la agencia tributaria) que pertenece al Departamento del Tesoro tiene que procesar las declaraciones de impuestos correspondientes al año 2018 y la gente tiene que presentar sus declaraciones antes del 15 de abril. En este período, muchas personas esperan devoluciones y existe la duda de si habrá suficiente personal para procesarlas.
Hay otros empleados que no son directamente contratados por el gobierno; por ejemplo, los trabajadores de la Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA), responsables de la seguridad de los aeropuertos.
Estos empleados son contratistas, pero sus contratos no están siendo pagados así que ellos tampoco cobran. Algunos están llamando diciendo que están enfermos y esto está empezando a crear filas más largas en los accesos de seguridad de los aeropuertos… hay una larga lista de afectados.
Si suficientes senadores republicanos se alinean con los demócratas para aprobar los presupuestos, pueden invalidar el potencial veto del presidente Trump.
Al ponerse las cosas tan mal, los republicanos en el Senado y su líder serán forzados a programar la votación de las leyes aprobadas en la Cámara para que se pueda reabrir el gobierno.
El presidente ha dicho que las vetará, pero ¿habrá suficientes miembros de su partido en la Cámara y el Senado que decidan votar con los demócratas para invalidar ese veto y reabrir el gobierno?
Visto todo esto, ¿de quién cree que es la responsabilidad?
No es una respuesta en blanco y negro. La opinión pública ahora mismo responsabiliza mucho más al presidente que a los demócratas en el Congreso. En parte es por dos cosas que cada vez están más claras:
Primero, Trump parece estar usando su deseo por el muro para tomar de rehén al país. La oferta de los demócratas es ‘abramos el gobierno y negociemos entonces sobre los temas de seguridad en la frontera’.
Segundo, cada vez hay más evidencia de que el muro no sería una herramienta demasiado eficaz, que es una promesa de campaña que no sería efectiva a la hora de solucionar los problemas de seguridad que Estados Unidos enfrenta en la frontera sur, y que hay otros medios mejores.
Hay otro escenario que es que el presidente declare una emergencia nacional que permita la construcción del muro, pero la medida sería desafiada en los tribunales y claramente no hay suficientes pruebas de que haya realmente una emergencia nacional.
Incluso si fuéramos a hacer el muro, si esto es una emergencia nacional, se va a tardar casi toda una década en construirlo.
Para el académico Bruce Oppenheimer el gobierno reabrirá conforme aumente la presión de la gente.
¿Ve una solución a corto plazo?
Es difícil hablar de un calendario. Con un presidente normal y un gobierno normal probablemente ya se habría llegado a un acuerdo.
La cuestión es ver si el presidente sigue haciéndose fuerte en su postura y cuánto tiempo le seguirán apoyando los republicanos en el Congreso, y también ver cuántas inconveniencias están los estadounidense dispuestos a soportar.
Alguien se preguntaba qué pasaría si los empleados del TSA decidieran en masa no ir a trabajar, el clamor sería inmediato si la gente no pudiera viajar.
Cada vez hay más evidencia de que el muro no sería una herramienta demasiado eficaz”.
Bruce Oppenheimer
Ahora mismo solo hay molestias que la gente parece estar aguantando, pero ¿cuánto tiempo más podemos seguir así?
Hay problemas en la Agencia de Alimentación y Medicamentos (FDA), lo del IRS, cada vez son más las quejas de los funcionarios por no recibir el salario… Aunque probablemente se les pague retroactivamente cuando esto pase, muchos de ellos no tienen salarios muy altos y viven mes a mes.
Usted mencionó algo interesante sobre cómo el presidente mantiene rehén al país, ¿qué dice esto sobre el sistema político estadounidense?
Esto demuestra cómo funcionan las cosas si se fuerzan hasta el límite.
Hay inconveniencias, puede resultar difícil, pero gradualmente verás que la gente va a demandar que se reabra el gobierno. Y creo que, en ese punto, el gobierno reabrirá, aunque se necesitará una presión política adicional.
Las filas en los aeropuertos se hacen cada vez más grande,
Lo otro que hay que tener en cuenta es que el presupuesto de otras agencias del gobierno sí fue aprobado; por ejemplo, el Departamento de Defensa no está afectado por el cierre.
Los militares están cobrando, la única fuerza militar con problemas es la guardia costera porque pertenece al Departamento de Seguridad Nacional.
Así que hay agencias que están operando, pero crecientemente el día a día será más difícil y la presión subirá.
Creo que es una cuestión de tiempo que esto se resuelva y que volvamos a una situación que, de alguna manera, se acerque a la normalidad, pero ahora mismo es una inconveniencia que, en algunas áreas, tendrá repercusiones.
Fuente: www.bbc.om