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Crisis en Venezuela: “Ni Maduro ni Guaidó son la solución”, entrevista a Temir Porras, exjefe de gabinete de Nicolás Maduro

La viabilidad futura de la sociedad venezolana está en riesgo en medio de la parálisis que vive el país por la crisis política y económica.

Así lo ve Temir Porras, que fue vicecanciller y jefe de gabinete de Nicolás Maduro cuando el actual presidente era ministro de Exteriores.

Maduro llegó al poder tras la muerte de Hugo Chávez en 2013 y Porras, tras formar parte del gobierno por unos meses, salió por discrepancias con la política económica del recién elegido presidente.

Ahora es profesor visitante en la universidad Sciences Po de París, donde pasa parte del año.

Es crítico con los dos polos de la crisis política de Venezuela, tanto Maduro como Juan Guaidó, y propone un acuerdo impulsado por otros actores.

Este es un fragmento de la entrevista que mantuvo con BBC Mundo.

Línea
¿Qué le diría a Maduro si usted siguiera en su gabinete?

No comparto la filosofía ni la orientación de este gabinete, así que no podría asesorarlo. La única recomendación general al país es que estamos en una crisis tan profunda que sobrepasa el debate tradicional con la polarización que hubo durante la revolución bolivariana.

No estamos en un problema de si Maduro o Guaidó. La sociedad venezolana está ante un problema sobre su viabilidad como sociedad, como economía, como sistema democrático.

No hay victoria posible en esa circunstancia. Estamos todos perdiendo, la sociedad se está desmoronando y en consecuencia es secundario el tema del debate político. Hace falta entender que no hay victoria posible de una facción sobre la otra. Habría que alcanzar una suerte de pacto, de acuerdo nacional que permita que la política vuelva a funcionar.

Si el gobierno pensara que hay que enrumbar la economía en una dirección razonable, hoy día no tiene la capacidad porque el país está sancionado, la legalidad en disputa, la Asamblea Nacional no va a acompañar, no va dar manto de legalidad.

Ya pasamos una raya en la que aunque se quisiera no hay condiciones políticas, jurídicas, legales, internacionales para que el gobierno solo pueda recuperar el país.

¿Entonces cree que la iniciativa debe partir del gobierno?

No quiero que parezca que señalo al gobierno, porque su oposición es tan obtusa y sectaria como el gobierno, pero si el presidente quiere asumir una posición de jefe de Estado, le convendría asumir esa postura. (…) La clase política venezolana debe demostrar un poco de desinterés por sí misma.

Mucha gente entiende, como usted, que negociar es la única salida.

Lamento diferir en eso. ¿Quiénes concuerdan con eso? ¿La comunidad internacional? ¿Qué han hecho para obligar a los líderes políticos venezolanos a hacer cosas razonables?

Reconocer a Guaidó (como presidente legítimo) es un disparate absoluto. Venir a fragmentar el Estado venezolano, incitar a los militares venezolanos a que se rebelen contra la autoridad, dividir el Ejército, eso parece un manicomio. ¿Quién dice algo sensato en la comunidad internacional sino una sarta de disparates?

El gobierno de Estados Unidos se alinea el 30 de abril (cuando Guaidó llamó a un levantamiento de la Fuerza Armada) con una aventura completamente amateur que pone en riesgo la paz del país. Ha habido una cruzada internacional diciendo que el chavismo debe desaparecer y eso es un gravísimo error que lleva al país a la violencia.

Parece entonces muy difícil que esto se solucione con un acuerdo entre las partes.

Para pintar un panorama menos catastrófico: ya no hace sentido hablar de dos partes, Maduro y Guaidó. Es una simplificación, la política venezolana está mucho más fragmentada. Hay actores en la oposición democráticos y razonables y con una visión pragmática y razonable de la sociedad y lo mismo dentro del chavismo.

Hay que generar los espacios para que esos sectores se formen frente a la crisis. Esto es un estancamiento en medio de una crisis de una severidad muy grande. Es muy distinto a la polarización del pasado con un país que funcionaba. Hoy está paralizado y lo que no está paralizado se está desmoronando (…)

Hay que parar esta locura y abogar y emplazar a Guaidó, a Maduro y a los actores internacionales a que hay que parar esta locura y llegar a algún tipo de acuerdo venezolano.

Lo sucedido la pasada semana con el intento de levantamiento militar que fomentó la oposición y la detención de diputados opositores, ¿hace que todo eso parezca aún más muy lejano?

Los actores políticos en Venezuela pueden ser muy tercos, pero la realidad es más terca. En enero yo no le podía decir a los Estados Unidos que estaban equivocados. Ya han pasado cuatro meses y al que dijo en enero que bastaba que hubiera un reconocimiento internacional para un cambio de régimen en Venezuela ya se equivocó.

Alguien que dice en enero, como Juan Guaidó, que va a estar pronto en Miraflores (el palacio presidencial). ¿Cuánto es pronto? ¿Hasta cuándo vamos a esperar pacientemente sentados a que se cumplan los deseos del señor Guaidó mientras nos morimos de hambre?

Después del 30 de abril, ¿cómo no dudar de la capacidad de Leopoldo López y de Juan Guaidó para conducir los destinos del país?

¿Hasta cuándo nos vamos a quedar en una postura que la realidad ha demostrado que no tiene sentido?

El gobierno de Estados Unidos dice que había preacuerdos con figuras del chavismo como el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, para una transición sin Maduro. ¿Cree que fue así? ¿Lo ve como una estrategia útil?

No es un tema de personas, es un error. Es la tradición estadounidense que piensa que con voltear a tres generales y un juez resuelve el problema, y están equivocados.

No se trata de que lleguen a un acuerdo de unos funcionarios con el Departamento de Estado para que les levante las sanciones. (…) Es un problema venezolano de qué hacemos el día después, cómo se garantiza que el día después haya viabilidad

¿Qué concesiones debería hacer una y otra parte en un eventual acuerdo?

Las que todo el mundo hacía hasta antes de 2015 (antes de las elecciones legislativas ganadas por la oposición), las que hay que hacer para tener un funcionamiento pleno de las instituciones venezolanas, acabar con esa fragmentación del Estado de que hay dos Asambleas, dos tribunales supremos.

Hay que volver un poco a la razón, desistir de una estrategia de que cuando una institución no me conviene, invento yo la mía. No son cosas inalcanzables ni especialmente originales.

Al principio me decía que los líderes debían dejar sus intereses a un lado. ¿Cree que de esto se sale sin Maduro y sin Guaidó?

En ninguno de ellos yace la solución, ninguno es la solución porque son elementos polarizantes con interés en la prolongación de la polarización. Pero para tener un acuerdo efectivo es deseable que los diferentes sectores, incluso ellos, formen parte de un eventual acuerdo.

Hay que ver las cosas como un proceso. Si queremos un acuerdo negociado, esos sectores políticos deben comenzar a hablar con quien quiera hablar. No podemos estar supeditados a que Guaidó y Maduro se quieran sentar en una mesa.

Si hay sectores que estamos dispuestos hay que demostrarle a la comunidad internacional y a ellos dos que hay una realidad y una base política y social.

Está claro que Estados Unidos apoya abiertamente a Guaidó. ¿No es eso un problema para que la oposición convenza a una Fuerza Armada cuya cúpula ha sido y es tan chavista?

Refleja un poco lo que es ese sector de Voluntad Popular (el partido de Guaidó y de Leopoldo López), su pensamiento, su visión geopolítica del país. Es lamentable que conozcan tan mal la sociedad venezolana y que piensen que un apoyo tan abiertamente expuesto del gobierno de Estados Unidos no va a generar polémica dentro de la sociedad venezolana y de la Fuerza Armada.

Pero no es un obstáculo infranqueable. A pesar de que haya influencia geopolítica, ninguno de esos actores decide sobre la crisis venezolana.

La realidad ha demostrado que si el gobierno de EE.UU. decidiera lo que pasa en Venezuela, no estaríamos sumidos en esta crisis desde hace cuatro meses.

Si nosotros queremos resolver esta crisis, no creo que haya capacidad de los actores externos de evitarlo, a no ser que alguien se vuelva loco y haya una intervención militar.

¿No ve que la intervención militar sea un escenario posible?

Todo indicaría que una intervención sería una locura desde el punto de vista político, porque nada lo justifica. No hay una amenaza a la seguridad nacional de EE.U.U. para que haya una movilización de tropas.

En la sociedad estadounidense hay una corriente de opinión hostil a eso. Incluso la propia base del presidente (Donald Trump) sería hostil. ¿Cómo explicarle a la base política del presidente Trump que van a ir a morir soldados jóvenes a Venezuela? ¿Por qué?

Y desde el punto de vista militar y estratégico, sería un desastre de escala mayúscula.

Todo eso hace pensar que se quiere mantener esa amenaza sobre el supuesto de la amenaza. Eso es muy occidental, pensar que amenazando a los actores políticos de los países del sur toman posiciones más blandas y creo que en el caso venezolano es más bien lo contrario. La amenaza en países con un historial de ser víctima de intervencionismo imperialista lo que hacen es cohesionar.

Esta situación de empate, de confrontación constante, ¿beneficia o perjudica al chavismo de cara al futuro?

En 2013 había ciertos desafíos manejables. Y esos desafíos se agravan con el desplome de los precios del barril (de petróleo) en junio de 2014. La gestión irracional de la crisis y el choque exógeno le ha hecho un daño terrible al chavismo que le ha hecho perder capital político y que se vio en 2015.

Y a eso se suma la gestión política antidemocrática de esa sanción electoral con todas las decisiones que han desvirtuado las instituciones del 99 (la Constitución de 1999 impulsada por Hugo Chávez), una creación del mismo proceso (revolucionario).

Hoy hay gente que teme decirse chavista porque el gobierno de Maduro aspira a monopolizar la etiqueta del chavismo (…) Ha sido un golpe muy duro al chavismo.

Volviendo a como empecé, usted, que conoce bien a Maduro, ¿qué cree que estará pensando? Porque está en una situación muy compleja.

No sabría decir qué piensa. Lo conocí en un contexto distinto a este y llevo mucho sin hablar con él.

Muchos piensan que es difícil de creer que resista en el poder.

En parte su destino está en sus manos. Debe entender que esto no es un tema personal. No es lo importante qué piensa él o qué va a pasar con él. De alguna manera el problema es que resistir debe tener un objetivo. ¿Para qué? ¿Qué estamos salvando? Pero debería ser para preservar ciertas cosas, derechos sociales, conquistas económicas, pero el problema es que la misma situación venezolana se ha encargado de destruir esas conquistas.

La mejor forma de recuperar algo de las conquistas logradas en el pasado es recuperar la capacidad del Estado para hacer política pública.

Fuente: www.bbc.com

Cargando piedras Reflexion

El maestro narró a sus discípulos el siguiente relato:

.– Un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra, igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no pudo caminar.

¿Qué piensan ustedes de ese hombre? Preguntó el maestro

– Que es un necio -respondió uno de los discípulos- ¿Para qué cargaba las piedras con que tropezaba?

Dijo el maestro: – Eso es lo que hacen aquellos que cargan las ofensas que otros les han hecho, los agravios sufridos, y aun la amargura de las propias equivocaciones. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar las pesadas piedras del rencor contra los demás o contra nosotros mismos.

Si hacemos a un lado esa inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero y nuestro paso más seguro.

Así dijo el Maestro, y los discípulos se hicieron el propósito de no cargar nunca el peso del odio o del resentimiento.

Anónimo

La razón que dio el presidente de EE.UU. para los US$1.000 millones en pérdidas que registraron sus negocios en 10 años

Pese a describirse a sí mismo como un magnate muy exitoso, Donald Trump reportó pérdidas por más de US$1.000 millones en sus declaraciones de impuestos entre 1985 y 1994.

En ese periodo, el imperio inmobiliario del actual presidente de Estados Unidos “perdió dinero cada año, alcanzando un total de US$1.170 millones en pérdidas durante la década”, según informó The New York Times (NYT) el martes.

Como respuesta al reportaje, Trump tuiteó el miércoles que las pérdidas respondieron a “fines fiscales”.

“Uno siempre quería mostrar pérdidas… y, a menudo, renegociar con los bancos, era como un deporte”, escribió.

¿Qué dijo el NYT?
El NYT informó que durante al menos una década, el mandatario reportó enormes pérdidas en sus principales negocios, en su mayoría casinos, hoteles y locales comerciales en edificios de apartamentos.

“Año tras año, Trump parece haber perdido más dinero que casi cualquier otro contribuyente estadounidense, de acuerdo a la información detallada que el IRS (Servicio Interno de Impuestos de EE.UU.) compila en una muestra anual de personas de ingresos altos”, informa el NYT .

“Sus pérdidas en 1990 y 1991, más de US$250 millones cada año, fueron más del doble que las reportadas por contribuyentes similares, según la información del IRS para esos años”, añade.

“En general, Trump perdió tanto dinero que pudo evitar pagar impuestos a la renta durante ocho de los 10 años (evaluados)”, asegura el NYT.

¿Cómo respondió Trump?
Trump dijo que la historia del NYT es antigua, inexacta y “falsa”.

“Los empresarios inmobiliarios en los años 80 y 90, hace más de 30 años, tenían derecho a amortizaciones masivas y depreciaciones que, si se estaba construyendo activamente, se traducían en pérdidas en casi todos los casos”, afirmó.

Final de la publicación de Twitter número de @realDonaldTrump

“Mucho (de las pérdidas) no fue monetario. A veces consideradas como un ‘refugio fiscal’, uno lo obtenía construyendo o incluso comprando”, añadió.

¿Cómo obtuvo el NYT la información?
El NYT dijo que no obtuvo las declaraciones de impuestos de Trump, sino la información contenida en ellas a través de alguien que tuvo acceso legal a las mismas.

El presidente Trump se ha negado sistemáticamente a publicar sus declaraciones de impuestos.

El secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, rechazó el martes una solicitud de los legisladores demócratas para que se difundieran las declaraciones más recientes de Trump.

Mnuchin dijo que el pedido “carece de un propósito legítimo” y que amenaza la privacidad de los contribuyentes.

¿Qué más ha escrito el NYT sobre Trump?
En septiembre de 2018, el NYT publicó una columna anónima titulada “Soy parte de la resistencia dentro del gobierno de Trump”, que afirmaba que había funcionarios en la Casa Blanca que habían “jurado frustrar partes de su agenda y sus peores inclinaciones”.

Trump describió el artículo en un tuit como “¿Traición?” y pidió que el periódico revelara la identidad del autor.

“Si la persona anónima existe, el NYT debe, a efectos de seguridad nacional, entregarla al gobierno de inmediato”, escribió luego en otro tuit.

En octubre de 2018, el NYT publicó un artículo que detalla cómo Trump había heredado cientos de millones de dólares del imperio inmobiliario de su padre a través de “dudosos esquemas fiscales”.

El reportaje contradecía las afirmaciones del presidente de que se había hecho a sí mismo solo.

Fuente: www.bbc.com

La ventana Reflexion

Había una vez dos hombres, los dos con enfermedades graves, en la misma

pequeña habitación de un gran hospital. Pese a ser una habitación

minúscula, tenía una ventana que miraba al mundo. A uno de los hombres,

como parte de su tratamiento, se le permitía sentarse en la cama durante

una hora por la tarde (algo relacionado con la extracción de líquido de

sus pulmones). Su cama estaba junto a la ventana. Pero el otro hombre

debía pasar todo el tiempo acostado boca arriba.

Todas las tardes, cuando el hombre que estaba al lado de la ventana se

instalaba para su hora, pasaba el tiempo describiendo lo que veía

afuera. Al parecer, la ventana daba a un parque en el que había un lago.

En él habían patos y cisnes y los chicos se acercaban para arrojarles

pan y hacer navegar sus barquitos. Los enamorados caminaban tomados de

la mano junto a los árboles y había flores y canteros de césped y

juegos. Y al fondo, detrás de la hilera de árboles, se veía un

espléndido panorama de la ciudad, recortada contra el cielo.

El hombre acostado escuchaba las descripciones que le hacía el

otro, disfrutando cada minuto. Oía que un chico casi se había caído al

lago y lo lindas que estaban las chicas con sus vestidos de verano.

Las descripciones de su amigo, en definitiva, le hacían sentir que

prácticamente podía ver lo que pasaba afuera.

Una tarde muy agradable, se le ocurrió: Por qué el hombre de la ventana

debía tener todo el placer de ver que pasaba? Por qué no iba a tener el

una oportunidad? Se sintió avergonzado, pero cuanto mas trataba de no

pensar así, más quería el cambio.

Haría cualquier cosa! Una noche, mientras miraba el techo, el otro

hombre se despertó de repente con tos y ahogos, y trató desesperadamente

de alcanzar el botón para llamar a la enfermera. Pero el hombre lo

observó sin moverse, incluso cuando el sonido de la respiración se

detuvo.

A la mañana, la enfermera encontró al otro hombre muerto y, en silencio,

se llevaron su cadáver. Cuando lo consideró oportuno, el hombre preguntó

si no podían cambiarlo a la cama que estaba al lado de la ventana. Lo

trasladaron, lo instalaron y lo pusieron cómodo. En cuanto se fueron,

con dificultad y laboriosamente se incorporó y se asomó por la ventana.

Enfrente había una pared blanca….

Muchas veces hacemos daño a gente sin motivo, cuando lo único que trata

es de animarnos y de que veamos la vida de la mejor manera.

Hay que darlo TODO, hasta que duela.

Liverpool vs Barcelona: las 4 remontadas más increíbles en la historia de la Champions League

El heroísmo ha puesto a muchos hombres y mujeres en la historia, por distintas proezas: Héctor ante Aquiles frente a las murallas de Troya, Juana de Arco y su entrada triunfal en Orleans.

En el fútbol, el sinónimo de heroísmo es la remontada.

Como la que ocurrió este martes, cuando un perfecto Liverpool le calzó cuatro goles al FC Barcelona de Lionel Messi y compañía y logró remontar el 3-0 que el equipo culé le había infringido una semana atrás en su visita al Nou Camp por la semifinal de la Champions League.

El equipo de Anfield se aseguró así un lugar la final que se disputará el próximo 1 de junio en el estadio Wanda Metropolitano, la casa del Atlético de Madrid.

Pero a pesar de lo grandioso del espectáculo, y de la repercusión que alcanzó en todos los rincones del planeta, ésta no ha sido la remontadamás grande en la historia de la Liga de Campeones.

De hecho el propio Liverpool fue capaz de recuperarse de un 3-0 en contra en la final del torneo en 2005 para coronarse campeón.

Y, curiosamente, el FC Barcelona es el que está en el primer puesto en esta lista de proezas, después de que logró remontar la diferencia de goles más grande: cuatro en su contra.

En BBC Mundo les mostramos cuáles han sido las otras cuatro remontadas más grandes – y recordadas- en la historia de la Champions League.

1. Barcelona-París Saint Germain, octavos de final 2016-17
Nadie nunca había logrado remontar una diferencia de cuatro goles en una serie eliminatoria del torneo europeo.

Así estaba el FC Barcelona después de visitar al PSG por el partido de ida de los octavos de final de la Champions en la temporada 2016-2017.

Con dos goles de Ángel di María, uno de Julian Draxler y otro de Edinson Cavani, la legión de Messi, Neymar y Suárez se devolvía de París con la serie casi sentenciada, tras un resultado de 4-0 en contra.

En un partido para la historia, sin embrago, en el encuentro de vuelta los culés lograron una remontada inolvidable.

En 50 minutos habían logrado encaminarse y estaban a un gol de empatar la serie y obligar el alargue: con goles de Suárez, Messi y un autogol de Kurzawa, el marcador global señalaba 4-3 a favor de París.

Pero en un descuido de la defensa blaugrana, el uruguayo Cavani logró marcar en el minuto 62 para el PSG. Lo que parecía imposible, ahora era nada más improbable: el Barcelona debía marcar tres goles en 28 minutos para pasar.

En el minuto 87 de 90, el partido seguía igual, hasta que Neymar se echó el equipo al hombro y, en una épica serie de jugadas, el equipo culé logró marcar los tres goles (dos del brasileño y luego el tanto final y milagroso marcado por Sergi Roberto en el minuto 95) que necesitaban para seguir a la siguiente fase.

2. Liverpool-Milán, final 2005
Por la repercusión. Porque era una final. Porque no se esperó nunca que pasara, la gesta del Liverpool en Estambul para quedarse con la famosa “orejona” es tal vez la remontada más famosa de la historia del fútbol.

Y se ha bautizado para siempre como el “milagro de Estambul”

Ocurrió el 25 de mayo en la principal ciudad de Turquía. Por un lado estaba el poderoso AC Milán de Shevchenko, Cafú, Maldini, Pirlo, Nesta y Kaká, dirigidos por Carlo Ancelotti.

Por el otro, un Liverpool sin tantas medallas liderado por Steven Gerrard.

El primer tiempo confirmaba el favoritismo de los italianos: 3-0 a favor de los rojinegros (que para la ocasión jugaban de blanco).

Sin embargo, en el entretiempo los fanáticos rojos encendieron las gradas del Estadio Olímpico de Atatürk con su famoso cántico You’ll never walk alone (“Nunca caminarás solo”)y para el segundo tiempo las cosas cambiaron.

En una serie de sucesos casi inexplicables, Liverpool empató el partido y, en la definición por penales, se quedó con su quinto título en el torneo (cuatro de ellos ganados en el antiguo formato de Copa de Campeones).

3. Barcelona-Roma, cuartos de final de la temporada 2017-18
Otra vez Barcelona. Pero esta vez la historia va en su contra.

En el partido de ida de los cuartos de final había puesto todo para tener una transición pacífica hacia la semifinal de la Liga de Campeones de la temporada 2017-18.

En una noche extraña, con dos autogoles en el partido de ida, los romanos se devolvieron a casa con un 4-1 en contra después de su visita al Camp Nou.

Pero el equipo de la ciudad eterna no se rindió.

En 52 minutos del partido de vuelta ya tenían el marcador a favor, con goles del delantero bosnio Dzeko y el capitán Daniele de Rossi.

Pero fue la cabeza de Kostas Manolas la que puso a delirar a Roma en el minuto 82, cuando el griego calzó la pelota dentro de la red.

El gol les permitía el paso a semifinales -donde serían eliminados por el Liverpool- y se volvió una humillante despedida del equipo catalán.

4. Milán-Deportivo La Coruña, cuartos de final 2003-04
De nuevo, un AC Milán de gigantes se medía por los cuartos de final de la temporada 2003-04 ante los últimos suspiros de aquel recordado Deportivo La Coruña dirigido por Javier Irureta.

En el partido de ida, el conocido “Súperdepor” había perdido 4-1 en el mítico San Siro de Milán y veía casi imposible su paso a la semifinal.

Sin embargo, en el fútbol no hay nada escrito. Y de regreso en Riazor, el asunto fue distinto.

En el primer tiempo, con goles del uruguayo Walter Pandiani, Valerón y Luque, los gallegos empataban la serie y -gracias al único gol que habían podido marcar en Milán- llevaban a su equipo a la semifinal del torneo.

Pero faltaba la cereza del postre: en el minuto 76, Fran clavó una volea tremenda que no pudo detener el brasileño Dida. El diario británico The Guardian escogió este partido como uno de los 10 mejores encuentros de la historia del torneo continental.

Fuente: www.bbc.com