La maestra Esta Shah planifica una actividad divertida para el día después de sus vacaciones. No es una estrategia para enfrentar la típica desilusión de volver al trabajo después de estar un buen tiempo fuera de la oficina.
Se trata, más bien, de un truco presupuestario que, según ella cuenta, le ayuda a no gastar más de lo que tiene.
Saber que la diversión continuará al regreso del viaje “te ayuda a no gastar en cosas innecesarias durante los últimos días de vacaciones con el objetivo de mantener la diversión al regresar a casa”, cuenta Shah, una profesora de mercadeo de la Universidad de Cincinnati, en EE.UU.
Organizar actividades entretenidas para después de las vacaciones te hace sentir que no tienes que gastarse todo el dinero en esos días libres. Te permite usar el presupuesto más sabiamente durante los días que viajas, en vez de derrochar dinero justo antes de regresar.
Gastar de más es algo que incluso les ocurre a los más austeros cuando las responsabilidades de casa están lejos… muy lejos.
El punto ciego colectivo
Al regresar, muchos se encuentran con una deuda en la tarjeta de crédito que no esperaban. En Estados Unidos esto puede representar una buena parte de los ingresos familiares: 74% de las personas reconoció que se endeuda más de US$1.100 en las vacaciones, según una encuesta de 2017 hecha por el sitio web Learnvest.
En Reino Unido, muchos viajeros gastan en promedio US$718 por persona incluso antes de viajar en productos que van desde las compras en el duty-free hasta ropa que usarán en el viaje, según una investigación realizada por la empresa Operadores de Viaje de Reino Unido.
“He trabajado con muchas personas que no tienen problemas financieros en su vida normal, excepto cuando viajan fuera del país de vacaciones”, dice Brad Klontz, sicólogo y consultor financiero en Hawái que trabaja con clientes en temas de gastos.
¿Por qué la gente pierde el control de sus gastos cuando viaja fuera del país?
Una investigación arrojó que el viajero suele perder el control de los gastos al utilizar una moneda distinta a la propia.
Hay muchas razones inconscientes detrás del fenómeno de gastar demasiado en vacaciones y es difícil mantener el presupuesto en orden, dice Klaus Wertenbroch, profesor de mercadeo en la escuela de negocios INSEAD en Singapur.
Las diferencias en el tipo de cambio te pueden engañar haciéndote sentir que tienes más dinero para gastar cuando estás fuera de tu país, dice Wertenbroch.
Una investigación que hizo como coautor en 2007, arrojó que el valor aparente del dinero afecta la percepción de su valor real: si estás en un país donde la moneda extranjera es una fracción de tu moneda, es más probable que gastes más.
Entonces, los tipos de cambio te pueden engañar haciéndote gastar más dinero del que tienes.
Por ejemplo, si estás viajando desde Canadá a Indonesia, tu dólar canadiense vale aproximadamente 10,800 rupias. Es más probable que derroches si tienes una billetera llena de billetes locales.
Wertenbroch dice que hacer conversiones de divisas a la rápida es mentalmente agotador y por eso es más probable que hagas una evaluación no objetiva a favor de un valor aparente sobre el precio real de la moneda extranjera.
“Contabilidad mental flexible”
Los viajeros son susceptibles de hacer presupuestos no realistas que son muy bajos o muy altos por lo que se conoce como “contabilidad mental flexible”, que aumenta la tendencia a gastar, destaca Shah.
Eso es porque es probable que justifiques tus gastos basándote en las circunstancias actuales, en vez de ajustarse a un presupuesto estricto para controlar tu dinero.
Por ejemplo, si planificas gastar solo US$100 al día, puedes terminar gastando otros US$30 en comida, clasificándola como una compra de la vida diaria, en vez de clasificarlo como un gasto de vacaciones.
Como resultado, la gente justifica que efectivamente pueden gastar esos US$30 extra en comida, sin reconocer que realmente están gastando más de lo que gastan en su casa.
“Tus presupuestos no son tan buenos como tú piensas. Las cosas se desarman dependiendo de tus motivaciones”, comenta.
Una buena estrategia es hacer un presupuesto por día y no por semana.
Y los presupuestos austeros no siempre funcionan, agrega Shah. Por ejemplo, si dejas a un lado US$1.000 para un viaje de una semana, y luego te das cuenta que aún te quedan otros US$500 para gastar en el último día, eso facilita que derroches justo el día antes de regresar a tu país, comenta Shah.
“Cuando juntas esas dos cifras, se crea un efecto permisivo que genera una excusa mental para gastar más dinero”, explica.
Sentirse presionado por el tiempo en el sentido de gastar “ahora o nunca” también puede influir en tus gastos, dice Deepak Chhabra, profesor asociado de la Universidad Estatal de Arizona que se especializa en turismo.
La verdadera razón por la que nos esclavizamos en el trabajo y no tomamos vacaciones
Sea que encuentres un souvenir o que gastes en una cena, “estás viendo la vida en el corto plazo y puedes dejarte llevar”, dice Chhabra.
Dependiendo de dónde eres, puede afectar cuánto tiempo tienes usas en tus vacaciones. Un estudio de 2016 hecho por el sitio de viajes Expedia, detectó que las personas de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, son menos propensas a utilizar todas sus vacaciones que los europeos.
Un estudio de la consultora PwC descubrió que el 52% del gasto de los jóvenes millennials va dirigido a compras relacionadas con experiencias.
Chhabra piensa que los que tienen menos días de vacaciones al año pueden estar más ansiosos y precipitarse en el gasto excesivo.
Un estudio de la consultora PwC descubrió que el 52% del gasto de los jóvenes millennial va dirigido a compras relacionadas con experiencias, como los viajes y la entretención, versus el 39% que destinan a ese mismo ítem los consumidores de más edad.
Por otro lado, ver los viajes de amigos en las redes sociales puede incentivar una especie de FOMO (que por sus siglas en inglés significa miedo de estar perdiéndose algo) que puede hacer que los viajeros más jóvenes gasten demasiado porque tienden a valorar las experiencias más que otras generaciones, dice Chhabra.
“Ver a los conocidos gastando más dinero en sus viajes, suele ser un factor de motivación más importante para gastar más dinero que ver un aviso publicitario”, dice.
“Quieres estar al mismo nivel que los otros”, explica.
Qué deberías hacer
En vez de crear un presupuesto basado en lo que planeas gastar, enfrenta las vacaciones de la misma manera que enfrentas tu vida cotidiana, recomienda Shah.
Hacer las conversiones del tipo de cambio antes de viajar ayuda a no gastar excesivamente.
Familiarízate con la moneda local del país al que vas y estudia cuánto valen las cosas antes de tomar las maletas.
Leer antes sobre el valor del transporte, la comida y el entretenimiento puede hacer que estés más consciente durante el viaje.
Hacer un presupuesto diario en vez de uno semanal -basado en lo que estás dispuesto a gastar en comida, transporte, actividades y cualquier otra cosa que piensas comprar- hace más fácil mantener un control.
Finalmente, es recomendable tratar de pagar las vacaciones en un corto período de tiempo.