Las personas exitosas recurren a distintas estrategias mentales para hacer que las tareas difíciles sean más soportables. Pero una nueva investigación demuestra que muy pocos de estos enfoques son realmente efectivos.
El resentimiento y la persistencia han sido objeto de famosos estudios de comportamiento, pero no nos enseñan mucho sobre cómo podemos reaccionar ante los problemas de la vida real.
¿Qué es lo que hacen algunas personas para conseguir mantenerse concentrados siempre en la tarea que están realizando? Y ¿deberíamos imitarlos?
En una investigación de la Fundación Harvard de EE.UU. que estudió a un grupo de graduados a lo largo de sus vidas, se pidió a los participantes que se ejercitaran en una cinta de correr hasta que ya no pudieran más.
Durante las siguientes siete décadas, se les preguntó cómo habían sido sus vidas. El tiempo que pudieron correr en la cinta resultó ser un indicador fiable sobre su bienestar psicológico futuro.
Los niveles de condición física de los estudiantes no afectaron los resultados, por lo que los investigadores confiaron en que el tiempo que corrieron fue una medida precisa de sus niveles de determinación.
Es fascinante pensar cómo una prueba tan simple -cuánto puedes correr en una de estas cintas- puede medir tu poder interior.
Pero lo que hizo un pequeño grupo de estudiantes en un laboratorio en 1938 no nos dice mucho sobre las estrategias que los más fuertes de ellos utilizaron para hacer frente a sus desafíos diarios.
Cuando se les pone ante una cinta de correr, pueden tener la persistencia necesaria para correr un poco más, pero ¿de dónde viene esa determinación?
“Sabemos relativamente poco sobre cómo las personas gestionan sus tareas en su vida diaria”, dice Marie Hennecke, psicóloga de la Universidad de Zurich, Suiza.
“Esto se refiere a tareas que surgen de manera espontánea. ¿Cómo se las arreglan estas personas en esas situaciones? De ahí surgió la idea de este estudio. ¿Podemos entrevistar a las personas inmediatamente después de que hayan realizado una tarea desagradable y preguntarles cómo lo hicieron?”, reflexiona.
Centrarse en el objetivo
Tras realizar una lista de las 19 estrategias más comunes para enfrentar tareas desagradables (desde motivar el diálogo interno hasta reducir las distracciones), los investigadores recopilaron respuestas de personas en situaciones de la vida real.
Estos van desde los desafíos mentales que incluyen el trabajo y la investigación, así como deberes diarios agotadores como los desplazamientos cotidianos, la cocina y la limpieza.
“Descubrimos que hay muchas maneras como las personas pueden tener éxito: pueden hacer que la tarea sea más agradable, pueden fijarse pequeñas metas…”, dice la experta. “Luego nos centramos en las que funcionaron mejor”.
Enfocarse en las consecuencias positivas fue la estrategia más utilizada, seguida por otras como pensar en el final de la tarea, “enriquecerla” de algún modo -hacerla mientras se escucha música, por ejemplo- y verificar los progresos realizados hacia la meta.
Pero entre las estrategias que arrojaron los mejores resultados y en las que se basaron la mayoría de personas con los niveles más altos de persistencia, la del “enriquecimiento” de las tareas ocupó el último puesto de la lista.
“El enriquecimiento de tareas generalmente es algo que no se hace si la tarea mental es agotadora”, dice Hennecke.
“No puedes escuchar música si estás tratando de concentrarte mucho. Puede que se hable de ella como algo muy común, pero no es necesariamente la mejor estrategia”.
Hennecke confió en los participantes para que informaran de sus propios índices de éxito después de cada tarea.
Así pues, alguien podría reportar que usó el enriquecimiento de tareas para hacer que la limpieza fuera más agradable, por ejemplo, pero que terminar le llevó más tiempo completarla de lo que esperaba o que ni siquiera terminó del todo.
Enfocarse en el panorama general -en las consecuencias positivas o negativas- fue sin duda más efectivo.
Hennecke dice que investigaciones anteriores sugirieron que intentar encontrar placer en la tarea en sí era clave, pero la experta reconoce que algunas tareas no son agradables, y no importa cuánto lo intentes.
Las personas más exitosas en su estudio, sin embargo, se centraron en la metaque tenían por delante.
Las distracciones no ayudan
Al igual que en la prueba de la cinta de correr de la Fundación Harvard, uno de los estudios más famosos de autocontrol nos enseña poco sobre cómo nos mantenemos centrados en un entorno natural.
La conocida como “prueba del malvavisco” de Stanford, en la que a los niños se les ofreció un malvavisco (o dos, si podían resistirse a comer el primero en un período de tiempo determinado) concluyó que la técnica más exitosa que emplearon los niños fue la de distraerse de la tarea.
Pero este no es el caso de los desafíos de la vida real.
Primero, porque la prueba de malvavisco no es natural. Algunas tareas en la vida diaria requieren esperar 15 minutos sin tocar un malvavisco, pero muchas tareas pueden requerir paciencia.
Y en estos casos, distraerse es lo peor que se puede hacer.
“Esto es diferente a la prueba del malvavisco”, dice Hennecke. “Ambos requieren autocontrol, pero la investigación [del malvavisco] de Walter Mischel [psicólogo de Stanford] analizó la tentación de la que debes distraerte”.
“En las tareas diarias que nosotros medimos, las personas dijeron que el uso de las distracciones era una forma autoimpuesta de enfrentarse a esa tarea desagradable”, dice.
“Yo diría que pensar en otra cosa hace que te sientas más inclinado a hacer esa otra cosa, lo que significa que pierdes el interés en la tarea que realmente deberías estar haciendo”.
“Así que descubrimos que el uso de distracciones no solo era la estrategia menos efectiva, sino que tenía un efecto negativo en su éxito. Puede hacer que te sientas mejor, pero no te ayuda a tener éxito”, apunta.
“Sin lugar a dudas, las personas que tienen un alto control de sí mismas usan esta estrategia mucho menos que las personas que tienen un bajo autocontrol”.
Lo cierto es que parece que a algunas personas les resulta incluso fácil hacer tareas desagradables.
“O bien eres la persona que tiene esta personalidad que facilita el éxito, o necesitas pensar en una estrategia”, agrega Hennecke.
“Si hay una conclusión, podemos asumir que estas cuatro estrategias deberían funcionar para todas las personas en su vida diaria”, afirma.
Línea
Las cuatro estrategias más efectivas para superar desafíos difíciles
1. Enfocarse en las consecuencias positivas: “Me recuerdo a mí mismo por qué realizo una actividad y pienso en sus consecuencias positivas”.
2. Enfocarse en las consecuencias negativas: “Pienso en las consecuencias negativas que ocurren si no realizo esta actividad”.
3. Pensar en lo pronto que llegará al final: “Me recuerdo a mí mismo que pronto terminaré la actividad”.
4. Regular las emociones: “Cambio mi forma de sentir (por ejemplo, trato de estar de buen humor)”.
Fuente: www.bbc.com