Grupos rivales de Bangladesh se opusieron por razones diferentes a la decisión de un tribunal de crímenes de guerra contra el veterano líder islamista Ghulam Azam.
Azam, de 90 años, recibió sentencia de 90 años de cárcel por cargos de asesinato y tortura, cometidos durante la guerra de independencia con Pakistán en 1971.
Su partido, Jamaat-e-Islami, rechazó el juicio, al que consideró una farsa, y llamó a una paralización nacional el martes.
Sus oponentes, desde varios grupos juveniles y estudiantiles, pidieron una huelga en todo el país, con el argumento de que Azam debió haber sido condenado a muerte.