¿Está el mundo sometido a más desastres naturales en la actualidad o es sólo una impresión?

Las islas del Caribe apenas comenzaban a recuperarse de los estragos provocados por el huracán Irram, que dejó cerca de 60 muertos, cuanto fue golpeado por los vientos de hasta 260 km/h del huracán María.
México fue sacudido por un terremoto de 7,1 de magnitud que causó al menos 273 muertes, apenas 12 días después de sentir el mayor sismo en un siglo, de 8,2, que mató cerca de 100 personas en el sur del país.
Entretanto, en el sur de Asia, inundaciones provocadas por las lluvias monzones dejaron mil personas muertas en Bangladesh, India y Nepal.

¿Es una impresión o será que los desastres naturales de 2017 han sido más frecuentes e intensos?
En el caso de los huracanes, la respuesta es sí. La cantidad e intensidad de tormentas de grandes dimensiones registradas este año está por encima del promedio anual.
La causa principal del aumento de potencia de esos fenómenos es el calentamiento global, según los especialistas consultados por la BBC.

El huracán María avanzó con vientos de hasta 260 km/h.
Arriba del promedio
Shuai Wang, investigador de la Facultad de Ciencias Naturales de Imperial College, en Londres, explicó que el promedio de huracanes en el Atlántico es de 6,2, de acuerdo al registro histórico realizado entre 1968 y 2016 por la Administración Atmosférica y Oceánica de Estados Unidos (NOAA).
En 2017, antes de la finalización de la temporada de tormentas tropicales en el Atlántico, ya se han registrado siete huracanes, cuatro de estos de grandes proporciones -clasificados en categorías superiores a 3 en la escala Saffir-Simpson, que establece la medida según la intensidad de los vientos y su potencial destructivo.
“Aún es temprano para saber cuántos huracanes tendremos en 2017. Sin embargo, podemos decir que hemos tenido tempestades más intensas superiores al promedio histórico”, afirmó Wang.
En agosto, el huracán Harvey provocó estragos en los estados de Texas y Luisiana, dejando por lo menos 47 personas muertas. Poco después, entre el 6 y 7 de septiembre, el huracán Irma arrasó a varias ciudades en el Caribe y en el sur de Florida, con más de 60 vidas perdidas.

La misma región afectada por Irma fue la ruta que tomó el huracán María.
En una infeliz coincidencia, la región que fue afectada por Irma resultó ser la misma ruta que tomó el huracán María. Los vientos de hasta 260 km/h destecharon casi todas las casas en la isla Dominica -hasta el primer ministro del país tuvo que ser rescatado de su residencia oficial.
Ese mismo huracán también arrasó con Puerto Rico y pasó por las Islas Vírgenes de EE.UU. Americanas.
Altas temperaturas
El meteorólogo Bob Hensen, de Weather Underground, un servicio estadounidense de pronóstico del tiempo, indicó que las altas temperaturas del océano alcanzadas este año pueden haber contribuido a la fuerzas de los ciclones.
“Antes del final de este año, ya alcanzamos más tormentas que el promedio anual del anterior”, expresó.

Según Hensen, el cambio climático a provocado el aumento en la intensidad de huracanes en las últimas tres décadas. 2005 fue el año de más huracanes -15 en total, incluyendo Katrina, que dejó por lo menos 1.800 muertos en Estados Unidos.

Irma dejó un rastro de destrucción en el territorio caribeño de San Bartolomeo.
“Podemos estar teniendo huracanes más poderosos asociados con el fenómeno del calentamiento global. La temperatura del agua afecta la intensidad de la tormenta, aunque no haya evidencia de que influya en la cantidad”, comentó.
La opinión de que el calentamiento global juega un papel relevante en la intensidad de los huracanes es compartida por el investigador Shuai Wang, que prevé tempestades cada vez más fuertes si no se llegan a tomar medidas para revertir el aumento de la temperatura en los océanos.

Mas de 270 personas murieron como consecuencia del más reciente terremoto en México.
“Un huracán es como un motor que necesita combustible. Lo lógico es que, con el cambio climático, el océano se torna más caliente y genera más energía para el ciclón, el cual acaba causando más estragos cuando toca tierra”, explicó.
Los expertos divergen sobre el efecto a largo plazo del calentamiento global. Yo pienso que, si la temperatura continúa aumentando, tendremos ciclones más intensos”, concluyó Wang.
Un raciocinio similar sirve para explicar los desastres causados por el exceso de lluvias, las llamadas monzones. Para Bob Hensen, la intensidad puede haber aumentado a causa del calor solar.
“Las temperaturas más altas favorecen la evaporación de agua. Un ambiente húmedo de la atmósfera conduce a lluvias más fuertes”.

El terremoto resultó en el desplome de varios edificios en la Ciudad de México.
Terremotos
En cuanto a los terremotos, como el que sacudió a México el martes, las cifras no destacan un aumento a lo largo de los años y la intensidad está dentro del promedio histórico.
De acuerdo al British Geological Survey, el centro británico de geociencia, todo los años ocurren un promedio de 15 terremotos de magnitud superior a 7, considerados como de grande proporción.

Hasta el momento, seis terremotos superiores a magnitud 7 han sido registrados, según los datos actualizados de la organización no gubernamental World Earthquakes, que categoriza los movimientos sísmicos en todo el mundo.
En 2016, se registraron 17 terremotos con magnitud superior a 7.

Por qué México es proclive a sufrir tantos terremotos y tan fuertes

Un potente terremoto de magnitud 7,1 sacudió este martes a la 13:14 hora local el centro de México, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
La agencia sismológica estadounidense ubicó el terremoto a 51 km de profundidad y situó su epicentro a las afueras de Axochiapan, 55 km al sur de Puebla.

Coincidiendo con el 32 aniversario del devastador terremoto de 1985, el temblor causó pánico entre los 20 millones de habitantes de la capital mexicana.
El sismo ocurre a menos de una semana de que el suroeste de México se viera sacudido por otro terremoto de magnitud 8,2 que dejó al menos 100 muertos

¿Pero por qué México es tan proclive a sufrir tantos movimientos telúricos y de semejante magnitud?
La respuesta recae en su ubicación geográfica.

La tierra tembló de nuevo en México el 19 de septiembre de 2017.
Anillo de Fuego
El país se encuentra en un área en forma de herradura con alta actividad sísmica que se conoce como el Cinturón de Fuego del Pacífico, que une a América con Asia.
“En el Cinturón de Fuego del Pacífico tienen lugar el 90% de todos los sismos del mundo y el 80% de los terremotos más grandes”, le explicó a BBC Mundo el director del área de sismología del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera.

La vulnerabilidad de México se debe a que está situado en un área de elevada actividad sísmica.
Además de México, esta región -también conocida como Cinturón Circumpacífico o Anillo de Fuego- incluye a Japón, Ecuador, Chile, Estados Unidos, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, y parte de Canadá, por un lado del océano.

A la altura de las Islas Aleutianas, en el norte del océano Pacífico, entre Alaska y la península de Kamchatka, se encuentra la curva superior de la herradura, que dobla después para incluir a la costa y las islas de Rusia, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Nueva Zelanda, por el otro.
El lecho del océano Pacífico reposa sobre varias placas tectónicas y “el hecho de que la actividad sísmica sea intensa en el Anillo de Fuego se debe a la convergencia de éstas y su fricción, lo que hace que se acumule tensión a liberar”, señaló Tavera.
En el Cinturón de Fuego del Pacífico se encuentran también más del 75% de los volcanes activos e inactivos del mundo; 452 cráteres.
Chiapas
El terremoto de hace dos semanas, de magnitud 8,2, tuvo su epicentro 137 kilómetros al suroeste de Tonalá, Chiapas.
Según explica el reporte del Servicio Sismológico Nacional de México, Chiapas es uno de los estados del país más proclives a los sismos.

Chiapas está justo donde se da la convergencia de las placas de Cocos y la del Caribe.
“El origen de esta sismicidad se debe al contacto convergente entre dos importantes placas tectónicas: la placa de Cocos y la placa del Caribe”.

“La interacción entre estas dos placas tiene lugar en la costa del Pacífico, frente a dicho estado”.
Este estado ya ha sufrido tres temblores de más de 7 de magnitud desde 1970, incluido uno en noviembre de 2012, de una magnitud de 7,3.

¿Por qué es imposible predecir un terremoto como el de 7,1 que sacudió a México?

Cada año, se registran más de 200.000 terremotos en nuestro planeta, aunque, según estimaciones, se producen varios millones.
Muchos pasan inadvertidos porque son demasiado leves para que podamos sentirlos, o porque ocurren en zonas remotas que no están monitoreadas.
Otros, como el de 7,1 de magnitud que ocurrió este lunes en el centro de México, causan numerosas víctimas fatales y hacen colapsar edificios enteros.

Construir casas y edificios a prueba de sismos es, obviamente, la mejor estrategia para evitar tanto pérdidas humanas como materiales. Evacuar con antelación las zonas que se verán afectadas -como en el caso de un huracán- también contribuiría en este sentido.
Sin embargo, esto no puede hacerse -salvo algunos minutos antes- ya que, los sismos, son imposibles de predecir.
¿Por qué? ¿Qué tienen los movimientos telúricos para que los científicos no puedan decir con certeza cuándo ocurrirán?
Ley física
La mayoría de los terremotos se producen por la liberación repentina de la tensión en la corteza terrestre.

El sismo se produjo el día del aniversario del gran sismo de 1985.
Esta tensión se va acumulando gradualmente debido a los movimientos tectónicos, normalmente a lo largo de una falla geológica, explica en su página la Sociedad Geológica de Reino Unido.
Pero resulta imposible predecir cuándo ocurrirá, “básicamente por la forma en que se libera ese estrés”, le explica a BBC Mundo Richard Luckett, sismólogo del British Geological Survey.
“Sabemos que la tensión se está acumulando en las grandes fallas y sabemos dónde están éstas, pero no tenemos modo de saber en qué momento la van a liberar”, dice.

Para ayudarnos a entender el problema, Luckett utiliza el ejemplo de un experimento que normalmente suele hacer para explicar este fenómeno a los niños.
“Si pones un ladrillo sobre un trozo de papel de lija y lentamente retiras el papel con un resorte, el ladrillo se moverá. Puedes repetir este experimento 10 veces, y aunque apliques todas las veces la misma fuerza, verás que el ladrillo se moverá repentinamente después de distintos intervalos de tiempo”, dice Luckett.
“En términos físicos es completamente impredecible”.

Edificios enteros quedaron completamente destruidos.
En el caso de México, señala Luckett, la placa sobre la que está situado -la Norteamericana- se está moviendo hacia el oeste a razón de más de 7 centímetros por año.
“Pero saber que se está acumulando presión no ayuda, porque no podemos saber cuándo saltará”.
Tamaño de la falla
Lo que sí al menos pueden saber los expertos es dónde hay probabilidades de que se produzca un terremoto de gran intensidad, “ya que estos tienen relación con el tamaño de la falla”, aclara Luckett.

Donde las fallas son más grandes, hay mayores probabilidades de que ocurra un sismo.
La falla vinculada al sismo del martes, por ejemplo, es grande: tiene alrededor de 50 km de longitud.

No obstante, esto no contribuye a predecir cuál será la intensidad de un terremoto, ya que la presión puede ser liberada en una serie de sismos pequeños o en un terremoto grande.
Los animales que nos pueden advertir
¿Y no hay acaso otros signos, como algún cambio en el clima o en el comportamiento de los animales que nos puedan ayudar a predecir un movimiento telúrico?

Se ha observado que muchos animales pueden sentir las primeras ondas que genera el terremoto y que nosotros no percibimos.
“Los sismos no tienen nada que ver con el estado del tiempo y ciertamente no hay una conexión con el cambio climático”, aclara el científico.
“Son sistemas completamente diferentes”.
Pero el caso de los animales es interesante, añade.
Mucho se ha reportado desde hace tiempo de cómo algunos animales muestran un comportamiento distinto ante la inminencia de un terremoto.
Se dice que los perros ladran más o que los animales están más ruidosos en general.
Esto se debe a que “cuando hay un terremoto grande a gran distancia, este provoca distintas ondas que viajan a través de la tierra. Las primeras son muy pequeñas, no hacen daño, y muchas veces ni siquiera las percibimos”, dice Luckett.
“Pero los animales sí”.
Ni ahora ni después
Aún así, tampoco esto es de gran ayuda a la hora de predecir un sismo.
“Los animales sienten estas vibraciones, pero esto ocurre una vez que ya se ha producido el terremoto”, asegura el experto.

Luckett cree que en el futuro se podrán mejorar los métodos para determinar las probabilidades de la ocurrencia de un sismo.
“Nos avisan del peligro un poco antes (el tiempo depende de la pausa que se produce entre las ondas pequeñas y las más grandes), de la misma forma que lo hacen las alarmas”.
“Y en este sentido, los dispositivos son más sensibles que los animales”.
En definitiva, el experto cree que no es -ni tampoco será- posible predecir terremotos.
“Lo que si se podrá hacer es pulir la forma de detectar las probabilidades”.

¿Cuál es la temperatura más caliente jamás registrada en la Tierra y cómo lograron averiguarlo?

2.370º C.
Esa es la mitad de la temperatura en la superficie del Sol y, según descubrió recientemente un equipo de científicos, es también la temperatura más caliente que se haya registrado en la Tierra.
Este momento de calor extremo se sintió hace cerca de 40 millones de años en lo que hoy es Canadá, cuando un bólido hizo impacto en nuestro planeta.
Determinar con precisión la temperatura generada en el lugar de colisión hace tanto tiempo no es fácil.

Si bien se sabe que el choque de un meteorito genera temperaturas extremadamente elevadas y cambia la atmósfera y la corteza terrestre, medirla no es siempre posible ya que el calor derrite y evapora tanto a la roca que llega del espacio como a la que está en la superficie de la Tierra.
Pero lo que descubrió Nicholas Timms, investigador de la Universidad Curtin, en Australia, y su equipo, es que se podía estimar la temperatura analizando la circonia cúbica, también conocida como zirconita, que es una piedra preciosa que se asemeja por su aspecto al diamante.
De mineral común a piedra preciosa
Según explica Timms, el cráter del lago Mistastin, en Labrador, Canadá, dejado por el impacto, alcanzó en un momento una temperatura lo suficientemente caliente como para transformar el mineral común zirconio en la gema zirconita.

Para que el zircón se transforme en circonia cúbica o zirconita la temperatura debe superar los 2370º C.
Esta transformación, dicen los investigadores, sólo ocurre cuando la temperatura supera los 2370º C.
“Nadie antes había considerado utilizar zirconia para registrar la temperatura de un impacto (…)” le dijo Timms a la revista New Scientist.

Entender hasta dónde pudo llegar la temperatura cuando nuestro planeta era joven y aún se encontraba bajo el bombardeo de rocas y meteoritos permite hacernos una idea más clara sobre las condiciones en la superficie del planeta hace 4.000 millones de años.
El estudio fue publicado en la revista Earth and Planetary Sciences Letters.

“No hay manera de prevenir una explosión”: la planta química afectada por Harvey que es el nuevo peligro para Texas

El nuevo peligro para la inundada Texas proviene de una planta química ubicada a 34 kilómetros de Houston en la que ya se registraron dos explosiones.
Durante las fuertes lluvias e inundaciones provocadas por el huracán Harvey, el complejo perdió la capacidad de refrigerar los componentes químicos que necesitan mantenerse fríos.

Arkema, la compañía duela de la planta, advirtió de que no hay manera de prevenir otra explosión.
Los equipos de emergencias ya reportaron dos explosiones en horas de la madrugada, así como la presencia de humo negro saliendo de la planta, que está ubicada en Crosby, en el condado de Harris.
Más tarde, los funcionarios del condado confirmaron que hay presencia de químicos en la atmósfera liberados desde la planta, aunque no se cree que sean producto de las explosiones reportadas.
Antes de las mismas, un policía que trabajaba en las labores de asegurar el lugar ya había sido llevado al hospital tras inhalar gases. Otros de sus compañeros también fueron ingresados como medida de precaución.

Las autoridades ordenaron la evacuación de los residentes en un radio de 2,4 kilómetros de la planta.
“Aproximadamente a las 2:00 am (7:00 GMT) fuimos notificados por parte del Centro de Operaciones de Emergencias del Condado de Harris de dos explosiones y humo negro saliendo de la planta Arkema en Crosby, Texas”, informó la propia empresa en un comunicado.
“Queremos que los residentes sepan que nuestro producto se almacena en múltiples locaciones en el lugar, y existe la amenaza de una explosión adicional. Por favor no regresen al área dentro de la zona de evacuación hasta que las autoridades anuncien que es seguro”, agregó Arkema.

¿Qué ocurrió en la planta química?
En la planta se fabrican peróxidos orgánicos -componentes usados para hacer desde productos farmacéuticos a materiales de construcción-, que pueden ser peligrosos a altas temperaturas.
El complejo detuvo su producción el viernes, antes de que la tormenta tocara tierra. Pero las intensas lluvias igual causaron problemas.

Los 102 centímetros de lluvia en el área inundaron el lugar y provocaron el corte de la electricidad, informó la compañía en un comunicado. Los generadores de respaldo también quedaron inundados.
Pero el principal problema es el fuego.
“Cualquier fuego probablemente parecerá gasolina ardiendo”, le dijo Richard Rowe, director ejecutivo de la compañía, a la agencia Reuters antes de los reportes de las explosiones. “El fuego será intenso”.
Agregó que el humo negro podría producir irritación en la piel, los ojos y los pulmones. “El agua que está en el lugar y la falta de electricidad nos deja sin forma de prevenirlo”.
Aunque se espera que el fuego pueda ser contenido en la zona del complejo, las autoridades ordenaron la evacuación de los residentes en un radio de 2,4 kilómetros como medida de precaución.
Los últimos trabajadores de la planta fueron evacuados el martes.
La Administración Federal de Aviación emitió una prohibición temporal de volar cerca de la planta.

Los equipos de emergencias usaron helicópteros para rescatar a los residentes del inundado vecindario de Beaumont, en Texas.
Al menos 33 personas murieron en el este de Texas tras el paso de la tormenta, que según el Servicio Nacional Meteorológico de Estados Unidos se degradó a una depresión tropical.

Aún se esperan fuertes lluvias desde Luisiana a Kentucky los próximos días, mientras los bomberos en las áreas inundadas de Houston empezarán una búsqueda puerta a puerta para salvar posibles sobrevivientes que quedaron atrapados y recuperar los cuerpos de los fallecidos.
“Iremos bloque a bloque puerta a puerta… para estar seguros de que nadie queda atrás”, dijo Richard Mann, asistente del jefe de bomberos de la ciudad, según el Houston Chronicle.