El primer minicorazón vivo impreso en 3D y hecho con tejido y vasos humanos (y por qué lo ven como “la medicina del futuro”)

Un equipo de investigadores creó por primera vez un corazón vivo utilizando tejido humano y una impresora 3D.

“El corazón está completo, está vivo y palpita, y se hizo con células y biomateriales del propio paciente”, explicó Tal Dvir, el director de la investigación.

El avance, publicado el lunes 15 de abril en la revista Advanced Science, lo llevó a cabo un grupo de científicos de la Universidad de Tel Aviv, en Israel.

El corazón impreso tiene el tamaño del de un conejo, unos tres centímetros, pero los científicos aseguran que se podrían producir corazones más grandes con el mismo procedimiento.

Para crearlo, los científicos tomaron una pequeña biopsia de tejido graso de un paciente.

Luego separaron el colágeno y otros biomateriales de las células.

Los biomateriales se procesaron para convertirlos en biotinta, que es lo que permite imprimir.

Las células las reprogramaron para que fueran células madre, y luego las diferenciaron para que hubiese células cardiacas y células de vasos sanguíneos, explicó Dvir.

“La medicina del futuro”
Los científicos responsables del proyecto lo califican de “gran avance médico” y aseguran que allana el camino para la mejora de los trasplantes.

El corazón resultante, que tardó unas tres horas en imprimirse, es todavía muy básico, pero “pavimenta el camino hacia la medicina del futuro”, según sus creadores.

El trasplante de corazón suele ser el único tratamiento posible en caso de insuficiencia cardíaca en etapa terminal.

Considerando que el número de donantes de órganos es limitado, existe la necesidad de desarrollar nuevas maneras de generar órganos para trasplantar.

Hasta ahora se había conseguido imprimir tejido humano, pero no con vasos sanguíneos.

Si bien el órgano está vivo, no bombea, por lo que el siguiente paso es conseguir que el corazón se comporte como los corazones humanos.

Otro de los desafíos es descubrir cómo crear suficientes células para producir uncorazón de tamaño humano.

Los planes de los científicos son trasplantar estos órganos en animales y, eventualmente, en humanos para ver cómo evolucionan.

La esperanza de los investigadores es que en un futuro no muy lejano, “dentro de unos 10 años”, los pacientes que necesiten trasplantes puedan conseguirlos en laboratorios.

Una de las ventajas de estos órganos sería que, al ser generados a partir de tejido del paciente, no provocarían ningún rechazo, por lo que se eliminaría la necesidad de hacer un tratamiento inmunosupresor.

Serían compatibles con el paciente a nivel inmunológico, celular, bioquímico y anatómico.

“Los pacientes no tendrán que esperar a un trasplante o tomar medicación para evitar su rechazo. Los órganos que se necesiten serán impresos, totalmente personalizados para cada paciente”, aseguran los investigadores israelíes, que insisten en que todavía falta para que esta técnica sea una realidad.

Fuente: www.bbc.com

Everest: los cadáveres que están quedando expuestos con el derretimiento de los glaciares

Es algo que inquieta a los organizadores de las expediciones al Everest.

Cada vez más cadáveres están quedando expuestos en las laderas de la montaña a medida que avanza el derretimiento de los glaciares.

Más de 4.800 personas han escalado el monte Everest que, con una altitud de 8.848 metros, es la montaña más elevada del planeta.

Casi 300 montañistas han fallecido intentando llegar a la cumbre. Se cree que al menos dos tercios de los cuerpos están enterrados en la nieve y el hielo.

Ante el inicio de la temporada de primavera, algunos restos están siendo retirados en la arista china de la montaña, en la cara norte.

“Debido al calentamiento global, los glaciares se están derritiendo rápidamente. Y los cuerpos que estuvieron enterrados allí todos estos años están quedando expuestos”, señaló Ang Tshering Sherpa, expresidente de la Asociación de Montañismo de Nepal.

“Hemos retirado cadáveres de montañistas que murieron recientemente, pero los que estaban enterrados hace muchos años también están apareciendo”.

Un funcionario del gobierno de Nepal relató: “Yo mismo he bajado de distintos sitios del Everest cerca de 10 cuerpos en años recientes y muchos más están emergiendo”.

La Asociación de Operadores de Expediciones de Nepal (EOAN, por sus siglas en inglés) señaló que lidiar con la aparición de los restos no es fácil.

La ley nepalesa requiere la participación de agencias oficiales para cualquier acción relacionada con cadáveres humanos.

“Este problema debe convertirse en una prioridad tanto para el gobierno como para la industria del montañismo”, afirmó Dambar Parajuli, presidente de EOAN.

“Si están retirando los restos en la ladera tibetana de la montaña, nosotros podríamos hacer lo mismo en nuestro lado”.

Cuerpos expuestos
En 2017 la mano de un montañista muerto emergió del hielo en un sitio conocido como Campamento 1.

Los operadores aseguran que enviaron a escaladores profesionales de la comunidad sherpa a retirar el cuerpo.

Ese mismo año, otro cadáver fue avistado en el glaciar Khumbu, la zona en la que más cuerpos han aparecido.

Varios restos fueron hallados además en el Campamento 4, que es relativamente plano.

“También han emergido manos y piernas en el campamento base en los últimos años”, señalo el representante de una organización no gubernamental que opera en la región.

“Hemos percibido que el nivel del hielo en el campamento base y en sus alrededores sigue bajando y por ello los cuerpos están apareciendo”.

Glaciares cada vez más finos
Varias investigaciones constataron que los glaciares de la región del Everest, al igual que los de gran parte del Himalaya, se están derritiendo velozmente y perdiendo volumen.

Un estudio reveló en 2015 que las lagunas en el glaciar Khumbu, que los montañistas deben cruzar camino a la cumbre, se están extendiendo y uniendo debido al rápido deshielo.

El ejército de Nepal drenó el Lago Imja cerca del Everest en 2016, cuando el nivel del agua subió peligrosamente debido al derretimiento del hielo.

Otro equipo de científicos, incluyendo investigadores de las universidades de Leeds y Aberystwyth en Reino Unido, extrajeron cilindros de hielo del glaciar Khumbu y encontraron que la temperatura era mayor de la esperada.

La temperatura mínima registrada del hielo era de −3,3C, dos grados mayor que la temperatura anual promedio del aire.

Pero no todos los cuerpos están emergiendo debido al deshielo.

“También vemos restos debido al movimiento del glaciar Khumbu”, señaló Tshering Pandey Bhote, vicepresidente la Asociación de Guías de Montaña de Nepal.

“La mayoría de los montañistas están preparados para un avistamiento de ese tipo”.

Cadáveres como mojones
Algunos de los cuerpos en los sectores más elevados del Everest se transformaron en puntos de referencia para los montañistas.

Un ejemplo es un sitio llamado “botas verdes” cerca de la cumbre.

Los restos pertenecen a un escalador que falleció bajo una roca que sobresale. Sus botas verdes, aún en sus pies, miran hacia el camino que lleva a la cumbre.

Retirar los cadáveres de los campamentos más elevados puede ser tan difícil como costoso.

Bajar los restos de la montaña puede costar entre US$40.000 y US$80.000, según expertos.

“Uno de los operativos más complejos que enfrentamos fue retirar un cuerpo que estaba a 8.700 metros, cerca de la cumbre”, señaló Ang Tshering Sherpa.

“El cuerpo estaba totalmente congelado y pesaba 150 kilos”.

Cualquier decisión relacionada con los restos es además una cuestión muy personal.

“La mayoría de los montañistas expresan su deseo de que, si mueren en el ascenso, sus cuerpos sean dejados en la montaña“, afirmó Alan Arnette, un conocido escalador y autor sobre montañismo.

“Por ello sería irrespetuoso retirar sus cuerpos, a menos que deban ser movidos porque obstruyen una ruta, o que sus familiares quieran recuperar sus restos”.

Fuente: www.bbc.com

Cambio climático: el multimillonario costo de los 10 peores desastres naturales de 2018

Los desastres naturales relacionados con el cambio climático le pasaron una multimillonaria factura al planeta durante 2018.

Estas catástrofes no solo causaron la muerte y el desplazamiento de miles de personas, sino que tuvieron un fuerte impacto económico.

La organización británica Christian Aid publicó un informe en el que identificó 10 de los sucesos climáticos más extremos de 2018, cada uno de los cuales causó daños por más de US$1.000 millones.

Cuatros de estas catástrofes costaron más de US$7.000 millones cada una.

Además, los autores del reporte advierten que “es probable que estas cifras estén subestimadas: en algunos casos solo muestran pérdidas aseguradas y no tienen en cuenta los costos de pérdida de productividad y pérdidas no aseguradas”.

El informe también sostiene que “todos estos desastres están vinculados con el cambio climático causado por el ser humano”, particularmente por los gases de efecto de invernadero.

Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, estuvo a punto de quedarse sin agua a principios de 2018.
A pesar de la severidad de estos sucesos, Christian Aid advierte que “2018 no parece ser un año excepcional”; por el contrario, pronto podría considerarse “un año leve”.

Las proyecciones muestran que 2019 puede ser un año más caliente, en el que se vuelvan a romper records de temperaturas.

“Los desastres incluidos en este informe no son normales”, advierte el reporte. “Se empeoraron o se hicieron más probables debido al cambio climático”.

Estas son 10 de las catástrofes climáticas “más caras” de 2018.

1. Los huracanes Florence y Michael (EE.UU.)
Costo estimado de Florence: US$17.000 millones.

Costo estimado de Michael: US$15.000 millones.

El número de huracanes que se formaron en el Atlántico norte durante 2018 estuvo por encima del promedio. Entre ellos se incluyen dos de los huracanes más destructivos en la historia de EE.UU.

El huracán Florence causó record de lluvias en Carolina de Norte y Carolina del Sur.

El huracán Florence causó record de lluvias en Carolina de Norte y Carolina del Sur, mientras que Michael fue la tormenta más fuerte en golpear el noroeste de Florida y la cuarta más fuerte que se haya registrado en el país. El huracán causó 45 muertes en EE.UU. y al menos 13 en Honduras, Nicaragua y El Salvador.

2. Incendios en California
Costo estimado del incendio en Camp: entre US$7.500 millones y US$10.000 millones.

Costo estimado del incendio en Woolsey: entre US$1.500 millones y US$3.000 millones.

El incendio forestal de Camp en noviembre fue el más mortal y destructivo en la historia de California, y el más mortal del país en los últimos 90 años. Murieron al menos 85 personas y se destruyeron 14.000 viviendas.

El incendio forestal de Camp en noviembre fue el más mortal y destructivo en la historia de California.

Este incendio ocurrió en parte debido al bajo nivel de lluvia de este año, que refleja cambios en el clima durante las últimas décadas.

3. Sequía en Europa
Costo estimado: US$7.500 millones.

El verano de 2018 en el hemisferio norte rompió records de altas temperatura en varios países como República Checa, Reino Unido y Suecia. Se calcula que el calor causó la muerte de 1.500 personas en Francia, 250 en Dinamarca y 23 en Cataluña, España. La sequía y el calor también causaron incendios mortales en Grecia.

4. Inundaciones en Japón
Costo estimado de las inundaciones de junio-julio: US$7.000 millones.

Costo estimado del tifón Jebi: Entre US$2.300 millones y US$5.500 millones.

Las lluvias torrenciales y deslizamientos causaron la muerte de al menos 230 personas y destruyeron miles de viviendas. Después, el país enfrentó una fuerte ola de calor.

El tifón Jebi causó estragos en Japón.

En julio, el tifón Jebi se convirtió en la tormenta más poderosa en golpear el país en los últimos 25 años.

5. Sequía en Argentina
Costo estimado: US$6.000 millones.

Entre finales de 2017 y abril de 2018 el país tuvo un bajo promedio de lluvias. En algunas zonas estuvo por debajo del 50% de lo normal. Esto causó pérdidas en los cultivos de soya y maíz, que juntos representan el 37% de la exportación de Argentina.

6. Inundaciones en China
Costo estimado de las inundaciones de julio: US$3.900 millones.

Costo estimado de la tormenta tropical Rumbia: US$5.400 millones.

En julio el gobierno chino declaró el estado de emergencia debido a las lluvias extremas, en las que murieron al menos 15 personas y que causaron inundaciones y deslizamientos. En algunas zonas llovió más del doble de lo que se había registrado anteriormente y las inundaciones fueron 3 veces más severas de lo esperado.

En China las inundaciones fueron tres veces más fuertes de lo esperado.
7. Sequía en Australia
Costo estimado: entre US$5.800 millones y US$9.000 millones.

El este de Australia sufrió una sequía fuera de lo común, que se había estado gestando desde 2012 y se intensificó este año. Los primeros 9 meses del año registraron niveles de lluvia que estuvieron entre los más bajos de los que se tenga registro. La falta de lluvia y las altas temperaturas también extendieron la temporada de incendios.

8. Inundaciones en Kerala, India
Costo estimado: US$3.700 millones.

Las fuertes lluvias monzónicas causaron la peor inundación de los últimos 80 años en el estado de Kerala. Esto causó la muerte de cerca de 500 personas y el desplazamiento de más de un millón. Más de 10.000 casas quedaron destruidas y se estropearon 83.000 km de vías.

En India murieron cerca de 500 personas a causa de las lluvias monzónicas.
9. Sequías en Sudáfrica
Costo estimado: US$1.200 millones.

A principios de 2018, Ciudad del Cabo enfrentó la mayor sequía que jamás se había registrado y estuvo a punto de ser la primera gran ciudad del mundo en quedarse sin agua. La sequía fue el resultado de tres años con pocas lluvias, algo que normalmente ocurre menos de una vez cada 100 años, pero que se ha vuelto más frecuente debido al cambio climático.

10. Tifón Mangkhut en China y Filipinas
Costo estimado: entre US$1.000 millones y US$2.000 millones.

En septiembre el tifón Mangkhut mató a 127 personas en Filipinas y seis en China. En total destruyó 10.000 viviendas. El tifón fue uno de los más fuertes en la historia reciente de Filipinas, con una fuerza equivalente a un huracán de categoría 5.

Fuente: www.bbc.com

Hielo inflamable: qué es y por qué puede convertirse en la energía del futuro

Debajo del fondo del mar, alrededor de Japón, hay gas metano atrapado en el hielo.

En algunos lugares, los sedimentos que cubren estos depósitos de agua congelada y metano se erosionaron, dejando montículos blancuzcos que parecen hielo sucio.

Si llevas a la superficie un trozo de este hielo y enciendes un fósforo cerca, no solo no se derrite, sino que además se prende fuego.

Programas de investigación y empresas internacionales en Japón, y en otros países, están compitiendo para extraer esta extraña sustancia contraintuitiva, conocida como hielo inflamable, para usar el metano como combustible.

Pero hasta ahora no ha sido fácil.

Un tema físico
Los hidratos de metano no son difíciles de encontrar. Suelen dejar una firma sísmica característica que puede ser detectada por los buques de investigación. El problema es recuperar ese gas y traerlo a la superficie.

“Una cosa que está clara: nunca vamos a bajar y explotar estos depósitos parecidos al hielo”, dice Carolyn Ruppel, quien dirige el Proyecto de Hidratos de Gas del Servicio Geológico de EE.UU.

En 2013, el buque de perforación de aguas profundas Chikyu logró extraer hidrato de metano de las aguas alrededor de Japón.
Los hidratos de metano son demasiado sensibles a la presión y la temperatura como para desenterrarlos y transportarlos a tierra.

Se suelen formar a varios cientos de metros debajo del lecho marino, a unos 500 metros de profundidad, donde las presiones son mucho más altas que en la superficie, y las temperaturas son cercanas a 0° C.

Sacarlos de estas condiciones implica que se empiecen a descomponer antes de que se pueda aprovechar el metano.

Pero hay otras formas de hacerlo.

“Hay que forzar la liberación del metano de los depósitos en el fondo marino. Entonces se puede extraer el gas”, dice Ruppel.

Pruebas
Existe un programa de investigación financiado por el gobierno japonés que está tratando de hacer precisamente eso.

Desde 2013, el equipo que lidera Koji Yamamoto, director general del grupo de investigación y desarrollo de hidratos de metano en Japan Oil, Gas and Metals National Corporation, y uno de los principales investigadores en el programa del gobierno de Japón, busca posibles manchas de hidratos de metano.

El equipo logró producir gas a partir de las reservas de hidrato de metano al perforar un pozo en el lecho marino en la fosa de Nankai, en la costa este de la isla principal de Japón.

Japón ha estado investigando el potencial del hielo inflamable durante décadas, pero solo en los últimos años la extracción está al alcance de la mano.
Al reducir la presión sobre las reservas, pudieron liberar y recolectar el gas. La prueba duró seis días, hasta que la arena entró en el pozo y bloqueó el suministro.

Una segunda prueba, en 2017, se realizó en el mismo lugar. Esta vez los investigadores utilizaron dos pozos de prueba. El primero en enfrentó al mismo problema: se bloqueó con arena después de varios días. Pero el segundo pozo estuvo 24 días sin problemas técnicos, dice Yamamoto.

A pesar de que los ensayos se hicieron por un corto tiempo, mostraron que hay una posibilidad de que Japón tenga recursos naturales utilizables basados en carbono.

Reacciones
Algunos sectores del público celebran la idea de que Japón pueda tener independencia energética. Otros desconfían de cualquier técnica que perturbe el lecho marino cerca de los límites de las placas tectónicas.

“En general, la gente se asusta si se le hace algo al fondo del océano. Se sabe que el lugar es inestable y ocurren terremotos”, dice Ai Oyama, traductor técnico y exanalista de investigación que trabaja en hidratos de metano en el Instituto de Energía Natural de Hawái, Estados Unidos

El temor es que al despresurizar una parte del depósito de hidrato de metano podría hacer que toda la reserva se vuelva inestable.

“A la gente le preocupa que comencemos a extraer metano y nos metamos en un colapso fuera de control que no podamos detener”, dice Ruppel.

Si pasara esto, una gran cantidad de gas metano se liberaría repentinamente al océano y podría agregar grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Y en segundo lugar, el hidrato de metano libera mucha agua y gas cuando se desestabiliza, lo que introduciría mucho más líquido en el sedimento debajo del fondo del océano.

En una pendiente pronunciada, una gran cantidad de agua en exceso podría llevar a desprendimientos de tierra. Algunos ecologistas incluso temen que pueda provocar un tsunami.

Freno natural
Las propiedades físicas del hidrato de metano ponen un freno natural a esta cadena de eventos, opina por el contrario Ruppel.

Para liberar el metano de un depósito se debe poner energía en el sistema. Sin un trabajo intenso para liberar el gas, ya sea reduciendo la presión o elevando la temperatura del depósito, simplemente permanece en su forma estable de hidrato de metano.

El hielo inflamable puede ser frágil, y si se desmorona durante la perforación, puede liberar metano en el océano. Algunos temen que esto pueda desatar un tsunami.
Los investigadores del programa japonés llevan a cabo extensos estudios ambientales para probar la seguridad de la producción de hidratos de metano.

Los datos recopilados en 2013 y en 2017 no sugieren que la técnica desestabilice el fondo oceánico, dice Yamamoto.

Pero dada la historia de desastres naturales de Japón (alrededor de 24.000 personas aún están bajo orden de evacuación desde el terremoto y tsunami de 2011 en la región de Tōhoku) el público es muy reacio a los riesgos.

“Creemos que la producción de hidratos de gas es inofensiva para el medio ambiente. Aun así, (el público) tiene preocupación”, dice Yamamoto.

Más exploración
Además de las reservas enterradas debajo del lecho marino, hay otro tipo de depósito de hidrato de metano que llama la atención de los investigadores japoneses.

Se trata de los depósitos menos profundos, muy cerca de la superficie del fondo marino, que se están explorando en el Mar de Japón, al oeste del país.

El acceso a estas reservas plantea un riesgo potencial muy diferente.

“Estos son entornos biológicos muy activos”, dice Tim Collett, científico del Proyecto de Hidratos de Gas del Servicio Geológico de Estados Unidos.

Son ricos en organismos únicos, desde bacterias hasta cangrejos muy grandes, todos adaptados para vivir del metano como su fuente de energía.

En otras partes del mundo donde viven estas comunidades basadas en el metano, se las protege como entornos naturales excepcionales.

Debajo del permafrost
Sin embargo, los principales esfuerzos de Japón en la extracción de hidrato de metano no se encuentran en el fondo marino, sino en el único otro lugar donde se puede encontrar hielo inflamable: en el permafrost, la capa de roca o suelo congelada permanente que cubre el suelo en las regiones polares y montañas de gran altura.

Investigadores de Japón, que no tienen su propio permafrost, están ayudando en una ambiciosa prueba de producción para el hidrato de metano en la tierra, en la vertiente norte de Alaska.

Este diciembre, los investigadores del programa nacional de investigación de Japón comienzan a trabajar con el Servicio Geológico y el Departamento de Energía de EE.UU. y esperan que sea un sitio de prueba de producción a largo plazo.

“A pesar de que el entorno marino y el Ártico son muy diferentes, las propiedades físicas de los depósitos y la forma en que se producen en los sedimentos parecen ser muy similares”, dice Collett.

Las técnicas de producción utilizadas en Alaska podrían terminar siendo transferibles al medio ambiente marino.

Grandes retos

El hielo inflamable expulsa humo cuando se derrite.
Hasta ahora, la producción a largo plazo de hidratos de metano no se realizó en ningún lugar, ni en tierra ni bajo el mar.

“Todavía estamos en modo de investigación”, dice Collett.

Dada la dificultad de recuperar el gas de las reservas de hidrato de metano y las preocupaciones en torno a la extracción, el riesgo es alto para que una nación invierta mucho en esta tecnología.

“Japón importa mucho gas natural, pero es muy costoso. Si tenemos nuestro propio recurso interno, (podría) contribuir a la seguridad energética de Japón”, dice Yamamoto.

Como recurso económico, es fácil ver el atractivo del hidrato de metano. Pero es solo otra fuente de gas natural y su combustión contribuiría al cambio climático.

En este contexto, los hidratos de metano, si van a desempeñar un papel en el futuro energético de Japón, probablemente se utilicen como combustible puente, en la transición hacia las energías renovables.

“Necesitamos cambiar a la energía renovable”, dice Koji Yamamoto. “Pero el cambio completo (lleva) mucho tiempo”.

Incluso como combustible de transición, los hidratos de metano podrían ser muy importantes, dice Ruppel.

“Si un país pudiera producir metano de manera eficiente a partir de estos depósitos, podría abrir un nuevo reino en los combustibles de puente hacia otro futuro energético”, opina.

China también está en la carrera por el hielo inflamable.
Tiempos
La función útil que puede desempeñar en el futuro depende de la rapidez con la que se pueda acceder y producir el hidrato de metano a escala comercial.

El gobierno japonés espera comenzar proyectos comerciales que exploren el hidrato de metano entre 2023 y 2027, según su último Plan Estratégico de Energía.

El momento decisivo será cuando una prueba de producción a largo plazo pueda sostenerse sin problemas técnicos o restricciones presupuestarias, dice Ruppel.

Al mismo tiempo, Japón avanza hacia las energías renovables y la descarbonización.

Los peligros medioambientales son la principal preocupación en la extracción del metano.
A medida que las tecnologías para aprovechar la energía renovable se vuelven mejores y más baratas, el papel de los combustibles fósiles, especialmente los experimentales y costosos como el hidrato de metano, disminuye.

Cuanto más tarde se tarde en obtener metano de las reservas de hidrato de gas, más corta será la ventana útil para usarlo comercialmente.

Esta fuente de carbono, la más abundante en el mundo, puede ser una de las últimas nuevas formas de combustibles fósiles que se extraerán a escala comercial.

Queda por ver si Japón, y otros países que lo persiguen, podrán alcanzarlos en una escala suficientemente grande antes de que ya sean prescindibles.

Fuente: www.bbc.com

¿Es dejar de comer carne de vaca realmente una solución para el cambio climático?

Dejar de consumir carne o leche de vaca es una de las acciones más efectivas que los consumidores pueden realizar para combatir el cambio climático.

Ésa es la conclusión del estudio realizado por los investigadores Joseph Poore, de la Universidad de Oxford en Inglaterra, y Thomas Nemecek, del Instituto Agroscope en Suiza.

De todos los productos analizados en el estudio, la carne vacuna y ovina tienen el efecto más dañino en el medio ambiente.

Y su impacto es mucho peor en Sudamérica, según los investigadores.

De acuerdo a Poore, la producción promedio de carne vacuna sudamericana produce tres veces más gases de invernadero y requiere 10 veces más tierra que la producción vacuna en Europa.

La palabra clave aquí es “promedio”, señaló Poore a BBC Mundo, ya que las variaciones pueden ser muy grandes.

Criar ganado en tierra desforestada produce, por ejemplo, 12 veces más emisiones de gases de invernadero que hacerlo en pasturas naturales.

Pero algunos expertos advierten que dejar de comer carne vacuna “no es la panacea” que describen muchos medios de prensa.

Para el investigador brasileño André Mazzetto, de la Universidad de Bangor en Gales, “si realmente quieres tener un impacto significativo en el ambiente, debes volar menos en avión, usar autos más eficientes y transporte público, y aislar en forma más eficiente tu casa. Eso tendrá un mayor impacto que dejar de comer carne”.

¿Qué tan dañina es realmente la producción de carne vacuna para el planeta? ¿Y por qué la ganadería de América Latina es considerada la peor en términos de emisiones?

Impacto dañino
El estudio de Poore y Nemecek se basó en datos de cerca de 40.000 fincas en 119 países.

Mientras la carne en general y la leche de vaca proveen poco menos del 18% de las calorías y el 37% de la proteína a nivel mundial, usan la gran mayoría -83%- de la tierra agrícola y producen el 60% de las emisiones de gases de invernadero procedentes de la agricultura, según los investigadores.

El ganado criado en tierra desforestada produce 12 veces más emisiones de gases de invernadero que las vacas alimentadas con pasturas naturales, de acuerdo al estudio de la Universidad de Oxford.
Y si se eliminara el consumo de carne y leche, el uso de tierra agrícola se reduciría en un 75% a nivel global, asegura el estudio.

Sudamérica y Europa
¿Cómo explica Poore que la ganadería en Sudamérica tenga un impacto tanto mayor que la de Europa?

“En primer lugar, el 80% de la carne vacuna de Europa es coproducida junto a los lácteos. En Sudamérica, eso ocurre con el 30% de la carne vacuna”, señaló Poore a BBC Mundo.

“Cuando coproduces, los costos ambientales son compartidos. Y el ganado lechero europeo es alimentado usualmente con cereales y forrajes, lo que reduce el uso de tierra, aunque no siempre”.

“En segundo lugar, en Sudamérica grandes áreas de pasturas están degradadas y producir carne en pasturas degradadas requiere más tierra”.

En cuando a las emisiones, Poore señaló que el principal problema en el caso de Sudamérica es la producción ganadera en tierra previamente desforestada.

El ganado y los concentrados
André Mazzetto es el autor principal de un estudio de 2015 sobre estrategias para reducir emisiones en la ganadería de Brasil.

Mazzetto reconoce que hay mucho campo para mejorar la eficiencia de las fincas tropicales, pero también advierte que “el concentrado para el ganado en Europa es producido usualmente en otros países” y una mayor demanda de soya o maíz para alimento animal tendrá un impacto en el medio ambiente.

El concentrado (de soya o maíz) para el ganado en Europa es producido usualmente en otros países.
Si el concentrado es producido con soya de Brasil o Argentina, por ejemplo, el impacto ambiental del ganado europeo también debe incluir el uso de tierra en Sudamérica para producir esa soya.

Poore aseguró a BBC Mundo que en su estudio “se tomó en cuenta la tierra usada tanto en concentrados como pasturas”. “No hemos dejado nada fuera”, asegura.

En cuanto a las diferencias entre Europa y Sudamérica, Mazzatto señaló que “en Europa el sistema está basado en la intensificación y el uso de concentrados, de soya o maíz, especialmente en invierno”.

“En América Latina es posible producir carne en pasturas todo el año”.

Y también destacó las grandes diferencias dentro de América Latina.

“En algunos sitos como la pampa de Uruguay, Argentina y sur de Brasil, la pastura es nativa y muy productiva, allí no crecerá naturalmente un bosque, por lo que la ganadería es más amigable que en la Amazonía, donde debe haber habido desforestación”.

“No es la panacea”
El investigador estadounidense Frank Mitloehner, profesor de ciencia animal y calidad del aire en la Universidad de California, Davis, asegura que “dejar de comer carne no salvará el planeta”.

Mitloehner publicó recientemente un artículo en el sitio The Conversation con el título “Sí, comer carne afecta el medio ambiente, pero las vacas no están matando el clima”.

Un estudio reciente (White and Hall, 2017) estimó que si todos los estadounidenses dejaran de comer carne, las emisiones de gases de invernadero del sector alimentos en ese país caerían solo un 2,6%.
“De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, las mayores fuentes de gases de efecto invernadero de este país en 2016 fueron la producción de electricidad (28%), el transporte (28%) y la industria (22%). La agricultura representó un 9% y la producción animal menos de la mitad de esta cifra (3,9%)”, señaló Mitloehner.

Un estudio reciente (White and Hall, 2017) estimó que si todos los estadounidenses dejaran de comer carne, las emisiones de gases de invernadero del sector alimentos en ese país caerían solo un 2,6%.

Para Mitloehner, “renunciar a la carne y los productos cárnicos no es la panacea ambiental que a veces nos presentan”.

Mazzetto señaló que “de acuerdo a la FAO, el sector ganadero representa el 14,5% de las emisiones de gases de invernadero inducidas por el ser humano (datos del informe ‘Enfrentando el cambio climático a través de la ganadería’). La mayor parte de las emisiones son generadas por el transporte y los combustibles fósiles”.

La carne vacuna representa el 41% de las emisiones del sector ganadero, la leche de vaca el 29%, la carne de cerdo el 9% y la carne y huevos de aves de corral el 8%, según la misma fuente.

¿Puede un mundo 100% orgánico producir suficiente alimento para toda la población?

“Yo respeto la opción de la gente”
La importancia de reducir las emisiones de la ganadería a nivel global es algo en lo que todos los investigadores consultados por BBC Mundo coinciden.

La buena noticia es que en América Latina hay muchas oportunidades para lograrlo.

Mazzetto menciona entre algunas de las estrategias el mejor manejo de pasturas y el uso de razas más productivas.

La producción de carne en tierra desforestada, por ejemplo en Brasil, es uno de los factores que explica su alto nivel de emisiones de gases de invernadero.
El tema es crucial para la región. La FAO organizó en agosto en Colombia un encuentro para debatir precisamente “innovaciones en la producción cárnica de bajas emisiones de carbono”.

Poore menciona entre las oportunidades de mitigación la creciente tendencia a la trazabilidad de los productos, que tendrían etiquetas con información clara sobre su origen.

Ello permitirá a los consumidores saber de donde viene su bife y comprar en el supermercado solo carne de fincas de menor impacto ambiental.

Para Mazzetto, “es importante ver el panorama completo”.

Si todo el mundo deja de comer carne “la gente querrá otras fuentes de proteína como soya, nueces y frijoles, y productos de monocultivos como arroz y maíz”.

Un aumento en la demanda global de estos alimentos “podría resultar en más desforestación en América Latina, ya que no todas las áreas de pasturas pueden ser convertidas a cultivos”.

“Yo respeto la opción de la gente que no quiere comer carne por razones éticas, pero el argumento de que hacerlo ‘salvará al planeta’ o ‘tendrá un impacto ambiental gigante’ no es una buena razón para hacerse vegetariano”, opinó el académico brasileño.

“No hay una única ‘fórmula milagrosa’ para resolver el problema de las emisiones de gases de invernadero”

Fuente: www.bbc.com