Citgo, la filial de la empresa petrolera estatal de Venezuela PDVSA, aportó medio millón de dólares a la ceremonia de investidura de Donald Trump

Este miércoles la Comisión Federal Electoral de Estados Unidos difundió los datos de las contribuciones recaudadas para la ceremonia del 20 de enero de 2017, en la que el republicano Donald Trump fue investido presidente.
Y de acuerdo al documento de 510 hojas con el registro de todos los aportes, de los US$107 millones que fueron donados por millonarios, empresas y equipos deportivos, entre otros, US$500.000 salieron de las arcas de Citgo Petroleum Corporation.
Citgo, la sexta refinería más grande de Estados Unidos, es filial de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
La compañía hizo la donación el 22 de diciembre de 2016, casi un mes antes de la investidura de Trump.

US$107 millones fueron recaudados por el comité de investidura de Trump.
Citgo pertenece a PDVSA, aunque el 49,9% de la misma se encuentra en calidad de garantía por un préstamo al que accedió la estatal venezolana recientemente.
PDVSA informó en diciembre del año pasado que utilizó el otro 50,1% como garantía en una operación de canje de bonos, aunque reiteró que mantiene el control total de Citgo.
Las donaciones
Citgo es considerada la sexta empresa de refinería más grande de Estados Unidos y cuenta con ductos y puntos de distribución de gasolina a lo largo de todo el país.
Fue adquirida por la estatal venezolana a principios de la década del 90.
El medio millón de dólares aportado duplica las donaciones hechas por Google o Pepsi, e iguala la cantidad que enviaron el banco JP Morgan Chase y la petrolera Exxon.

BBC Mundo se puso en contacto con la unidad de comunicación de Citgo para conocer los motivos del aporte realizado, sin embargo el responsable del área dio a conocer que no existía un pronunciamiento oficial al respecto.

Trump duplicó la cantidad recaudada por Barack Obama en su primera investidura.
La mayor donación a la ceremonia de investidura de Trump fue los US$5 millones aportados por el multimillonario Sheldon Adelson, propietario de casinos en Las Vegas.
Aquel aporte descomunal le valió al magnate tener asientos privilegiados en la asunción de Trump y acceso a una cena privada con la élite política estadounidense y el flamante mandatario.
También aportaron Robert K. Kraft, el dueño del equipo de fútbol americano New England Patriots y amigo personal del presidente Trump, los conocidos inversores Steven Cohen y Charles Schwab, y el empresario Robert Parsons, entre otros.
Cifra récord
Los US$107 millones que fueron recaudados por la comisión que organizó la investidura son considerados una cifra récord y duplican los US$53 millones que se donaron para la primera investidura del anterior presidente, el demócrata Barack Obama, en 2009.

Las imágenes contrastan la asistencia de público a las tomas de posesión de Trump (izquierda) y de Obama (derecha).
En aquella oportunidad el mandatario estadounidense colocó un límite de US$50.000 por donante y prohibió los aportes corporativos.
En 2013, Obama levantó aquellas restricciones, pero apenas llegó a los US$43 millones.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca este miércoles, el vocero Sean Spicer minimizó el hecho señalando que se trata de una “tradición antigua”.
El portavoz añadió que la histórica cifra recaudada es un reflejo del “orgullo y la voluntad de muchas personas por ayudar al gobierno”.
Al frente del comité de la toma de posesión de Trump estuvo el inversor Thomas Barrack, uno de los amigos más cercanos del actual presidente, quien dirigió un equipo de varios centenares de personas, señaló The New York Times.

4 razones buenas (y una mala) de por qué Francia es tan productiva aunque sus trabajadores se toman más vacaciones que en otros países

La productividad no depende solo de cuán duro trabajemos, sino de cuánto valor obtenemos por cada hora que pasamos en el trabajo.
En Francia, los trabajadores pueden dedicar menos horas al trabajo y tomarse más vacaciones que en otros países y, sin embargo, sus niveles de productividad son cercanos a los de lugares como Alemania y Estados Unidos.
La productividad francesa también es mayor que la de su vecino al otro lado del Canal de la Mancha, Reino Unido.

“Según los últimos datos, Francia es alrededor de un 30% más productiva que Reino Unido”, asegura John Van Reenen, profesor de economía en el Massachusetts Institute of Technology (MIT).
“Esto implica que por cada hora que trabajan los franceses, obtienen un 30% más de resultado que un británico medio”, dice Van Reenen.

Los franceses, más productivos que la mayoría de los europeos.
Pero, ¿cómo logra Francia ser tan productiva?
El programa de la BBC In Business investigó recientemente este tema. Estas son las principales causas de la elevada productividad francesa, y no todas son buenas.
1. Alta inversión en tecnología y maquinaria
El sector minorista es uno de los más productivos de la economía francesa.
Sus empresas se han visto beneficiadas por una laxa regulación, que ha permitido construir enormes hipermercados a las afueras de cada ciudad.

Los supermercados franceses son los más productivos de la OCDE.
Pero las economías de escala no son la única causa de esta productividad, según el profesor Philippe Askenazy, de la École Normal Superieure de Paris, quien ha estudiado los supermercados franceses porque son los más productivos de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos), el club de las economías más ricas, con base en París.
“Probablemente tenemos más vacaciones que muchos países de la OCDE, pero cuando trabajamos, trabajamos duro”, asegura Askenazy.

“Cuando ves el ritmo de trabajo de los cajeros de supermercado, por ejemplo, es mucho mayor en Francia que en otros países. ¿Por qué? Para empezar, son vigilados de cerca”, explica.
Este control se hace a través de la tecnología: los gerentes saben exactamente cuántos clientes ha servido cada uno de los cajeros.
“Saben exactamente cuál es el desempeño de cada cual”, asegura el profesor.

Los sistemas de incentivos ayudan a aumentar la productividad en los supermercados.
Esta información se utiliza luego para establecer sistemas de incentivos para premiar a los trabajadores más productivos.
2. Una buena infraestructura
Pero los supermercados y el resto de los sectores económicos se benefician también del hecho de que las infraestructuras en Francia son muy buenas.
Si uno viaja en tren por el país se da cuenta de que aunque no toda la red de infraestructuras es perfecta, es claramente mejor que en otros países.

La infraestructura francesa es una de sus ventajas.
La mayor parte de las ciudades principales están conectadas por tren de alta velocidad, y esto no sucede solo en París y sus alrededores.
Debido al poder de la política regional en Francia, la infraestructura es buena en todo el país.

Esto ayuda a empresas como Saint Gobain, un enorme grupo de fabricación de materiales de la construcción que produce un cuarto de todas las placas de escayola que se utilizan en Francia.
La fábrica que tiene a las afueras de París es muy eficiente. Está situada al lado de una mina que produce su materia prima, el yeso.
El material entra en la planta a través de una cinta transportadora, y en los últimos años la fábrica ha pasado de tener dos líneas de producción a solo una que no solo es más rápida, sino que necesita menos trabajadores para funcionar.

La red de infraestructuras es mejor que la de otros países similares.
Pasar a tener una sola línea de producción también ha implicado una reducción de puestos de trabajo debido a que el proceso de descarga al final de la cinta se hace de forma automática.
“Con un sistema manual tendríamos 15 o 16 personas trabajando. Ahora no hay nadie”, asegura Jacques Moronvalle, gerente de la planta.
3. Trabajadores aplicados
Las empresas francesas invierten en soluciones de alta tecnología como ésta porque tienen que hacerlo: los trabajadores franceses son caros.
No pueden ser obligados a trabajar más de 35 horas a la semana sin que se les paguen horas extra o se les dé compensación.
Reemplazar a los trabajadores por máquinas es algo que ya se ha hecho en muchas fábricas.
Como explica el director de recursos humanos de Gobain para Francia, Régis Blugeon, esto significa que cuando trabajan, lo hacen duramente.
“Tienen que hacerlo, la semana es muy corta, son 35 horas. Pero lo gente lo acepta: es parte de la negociación colectiva [entre sindicatos y empresarios]”, dice Blugeon.
4. Las universidades de élite
Escuchando al gerente de la planta de Gobain, Jacques Moronvalle, queda claro que al igual que muchos otros en la cima de la industria francesa, es graduado de una de las Grandes Écoles, una de las universidades de élite cuyos licenciados dominan la sociedad y la economía.
Una de ellas es CentraleSupélec, a las afueras de París.
En uno de los laboratorios, el investigador Bertrand Davis lleva a cabo una investigación puntera.
“Estoy trabajando en el campo de ingeniería de tejidos. Quiero producir huesos artificiales”, explica.

El sistema educativo funciona en asociación con las grandes empresas.
Davis muestra una pequeña incubadora en una esquina, con aspecto de una pequeña nevera.
Dentro hay dos botellas de vidrio con dos tubos que comunican con dos vasos de precipitación, que están siendo constantemente agitados.
Parece algo sencillo, pero lo que están intentando hacer es generar huesos.
“Le decimos a los estudiantes que tienen que desarrollarse en cuatro campos al mismo tiempo: el primero es el de la ciencia y la tecnología; el segundo son las empresas: tienen que entender cómo funcionan y se comportan, cómo cambian y cómo son dirigidas”, explica Hervé Biausser, director de la École Centrale Paris y Supélec.
“El tercero es el mundo, tienen entender cómo funciona; y el cuarto son ellos mismos, tienen que desarrollarse ellos mismos como personas”, continúa.
De hecho, todo este sistema educativo funciona en asociación con las grandes empresas francesas.
Estas escuelas son lugares impresionantes, pero entrar en ellas es muy difícil.
La competencia es grande y normalmente los aspirantes tienen que hacer dos años extra de educación intensiva en la escuela tras acabar el bachillerato.
Celine Devreaux fue una de las dos personas de su grupo de clase de 90 estudiantes que entró en una de estas universidades.
Tiene dos maestrías, una de ellas de Viena, y está haciendo ahora un doctorado.

Entrar en las grandes universidades es muy difícil.
“Trabajamos una gran variedad de temas”, explica. “Lo que aprendemos es a adaptarnos muy rápido a cada nuevo tema que entra. Esta es la gran ventaja”.
Así que no se trata solo de producir a los mejores científicos y académicos, sino que se enfatiza las cualidades de liderazgo también.
Nadie que sea un ratón de biblioteca que no se sepa relacionar se gradúa de una de estas universidades.
Lo cual, sumado a todo lo demás, explica por qué los graduados de CentraleSupélec están entre los mejor pagados de Francia.
Pero además de todo esto, dice Philippe Azkernazy, la geografía también es un factor, porque mantiene a Francia alerta al estar rodeado de países ultra eficientes como Suiza y Alemania y productores baratos como España.
5. Los excluidos de la fuerza laboral
Pero, si Francia es un país tan productivo, ¿por qué es percibido con frecuencia como el enfermo de Europa?
El crecimiento, de hecho, ha sido lento e intermitente. Y el desempleo es el doble que en Reino Unido.

Las sucesivas reformas laborales han generado protestas.
“Hay una dicotomía: junto a esas empresas tan eficientes también hay muchas empresas pequeñas no muy productivas, y a menudo muy viejas, con dinámicas empresariales no tan vibrantes como en otros países”, explica Nicola Brandt, economista de la OCDE especializada en Francia.
“Y lo que falta son empresas medianas que sean fuertes, como en Alemania”, afirma.
Una razón por la que Francia no está desarrollando empresas medianas eficientes son las barreras existentes a la hora de crear y hacer crecer una empresa.
“Es más difícil entrar en el mercado, crear una empresa es pesado, la administración y los impuestos son pesados, lo cual siempre es más difícil para las empresas más pequeñas”, asegura.
Y hay otra razón por la que la productividad es alta, y no es una buena razón.

La alta productividad también se explica por el desempleo.
Francia tiene un nivel alto de desempleo, alrededor del 10%, y una baja tasa de empleo debido a que no sale a cuenta emplear a muchos franceses, asegura Nicola Brandt, de la OCDE.
“Tengo que decir que este nivel alto de productividad está también en parte relacionado con una de las grandes debilidades de la economía: el bajo nivel de empleo”, dice la experta.
“Debido a una combinación de un salario mínimo relativamente alto y de los elevados costes laborales, además del hecho de que una gran parte de la población adulta tiene relativamente bajas cualificaciones, grandes sectores de la población están excluidos de la fuerza laboral, no trabajan. Así que los trabajadores menos productivos no están en la fuerza laboral”.
Esto implica que la elevada inversión de las empresas francesas se dedica a reemplazar a trabajadores caros y poco productivos por máquinas, computadoras y robots, lo cual aumenta las cifras de productividad.
En resumen, es fácil mejorar tu productividad si sacas a tus trabajadores menos productivos de la ecuación.
Una consecuencia: más trabajadores pobres
Aunque el gobierno francés ha intentado desregular algunos aspectos del mercado laboral, esto no está ayudando, asegura el profesor Askenazy.
“Con unas cifras de desempleo de dos dígitos, los políticos franceses han intentado promover medidas para aumentar el número de personas en el mercado laboral. Una de ellas es el desarrollo del autoempleo y de los contratistas independientes”.
Esto es importante porque Francia es conocida por tener una fuerza de trabajo con predominancia de trabajadores asalariados y derechos muy protegidos.
Estos nuevos trabajadores independientes son más flexibles y más baratos para las empresas. Pero todo esto tiene un coste.
“Ellos aceptan salarios muy bajos, no hay salario mínimo para contratistas independientes. Así que tenemos un nuevo sector de trabajadores pobres”.

La productividad, siendo alta, no ha aumentado en los últimos años.
Y aunque la productividad es alta en Francia, ésta no ha aumentado recientemente.
Pero a pesar de todo esto, es indudable que Francia está haciendo muchas cosas bien: está casi a la par con Alemania y Estados Unidos, dos economías comparables y entre las más productivas del mundo.
En Alemania, es el sistema de formación lo que hace una economía ganadora, mientras que en Estados Unidos la gestión es brillante.
En el caso de Francia, la poca flexibilidad de su mercado laboral se ve superada por la elevada inversión, una educación excelente y una buena gestión

Oscar Munoz, director de United Airlines, se disculpa por el episodio del pasajero sacado a rastras de un avión de la compañía, pero dice que no renunciará

“El acontecimiento realmente horrible que ocurrió en este vuelo ha suscitado muchas respuestas de todos nosotros: indignación, enojo, decepción”.
Así comienza Oscar Munoz, director ejecutivo de United Airlines, su carta de disculpas publicada este martes tras el escándalo que provocaron las imágenes de un hombre sacado a rastras de un avión de la compañía aérea estadounidense.

En el mensaje donde Munoz pide disculpas especialmente al pasajero “expulsado a la fuerza” y a los otros a bordo del vuelo 3411 que el domingo cubría la ruta de Chicago a Louisville.
El ejecutivo dice seguir “perturbado” por lo ocurrido.
“Nadie debe ser maltratado de esa manera”, afirmó. “Quiero que sepan que asumimos la plena responsabilidad y que trabajaremos para arreglarlo”.
En una entrevista posterior con la cadena ABC, al ser preguntado si ha considerado dimitir tras el escándalo, Munoz fue claro: “No. Fui contratado para hacer United mejor, y esto es lo que seguiré haciendo”, afirmó.

El pasajero sangraba por la boca mientras era arrastrado fuera de la aeronave.
Sangrando
El episodio comenzó con un vuelo de United sobrevendido. Al no encontrar suficientes voluntarios para dejar en tierra, la aerolínea estadounidense eligió a cuatro pasajeros al azar.
Uno de ellos se negó a descender y fue bajado a la fuerza.
En un comunicado interno que se filtró a la prensa más temprano este martes, Munoz defendió que los empleados en Chicago diciendo “siguieron los procedimientos establecidos para lidiar con situaciones como esta”.

Sin embargo, las imágenes del hombre siendo arrastrado por el pasillo e incluso sangrando por la boca recorrieron el mundo y provocaron indignación. Incluso hubo quienes catalogaron la acción de discriminatoria, ya que el pasajero parece ser asiático.

Munoz dijo estar “perturbado” todavía por lo que sucedió en el vuelo 3411 de Chicago a Louisville.
De hecho, en Weibo, una red social considerada “el Twitter de China”, el incidente atrajo la atención de más de 480 millones de usuarios, que comentaron sobre el tema entre el lunes y martes.
La identidad del hombre -que se identificó en el momento como médico- no ha sido revelada.
En el mensaje interno, Munoz había defendido el accionar de los empleados de la compañía y descrito al pasajero como “disruptivo y beligerante”.

El valor de mercado de United se redujo en un momento en cerca de US$1.000 millones, aunque luego los títulos se recuperaron.
De las redes a la bolsa
Fue tal escándalo que este martes las acciones de United cayeron hasta 4,4%, provocando que el valor de mercado de la compañíase redujera en un momento en cerca de US$1.000 millones, aunque luego los títulos se recuperaron.
Al cierre de los mercados, las acciones cayeron 1,1%.
Por otra parte, según informó la agencia Reuters, más de 16 millones de acciones de United cambiaron de manos, el mayor traspase registrado para cualquier sesión en el último año.

Qué es la “opción nuclear”, la controvertida maniobra de los republicanos y que puede cambiar para siempre el funcionamiento del Congreso de EE.UU.

“Si terminamos con ese estancamiento, yo diría: ‘Si puedes, Mitch, usa la opción nuclear”.
Con esas palabras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le pedía al líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, que garantizara la confirmación del juez Neil Gorsuchcomo magistrado de la Corte Suprema.

Pero esta “opción nuclear”, que aplicó este jueves McConnell, es una maniobra llena de polémica que consiste en un cambio en las reglas de funcionamiento del Senado que, hasta ahora, exigían que los magistrados del máximo tribunal estadounidense debían ser electos por al menos 60 de los 100 senadores de la cámara.
Esta exigencia formó parte de la tradición del Poder Legislativo estadounidense desde hace más de 170 años. Hasta ahora.
Con la opción nuclear, para confirmar a los jueces de la Corte Suprema, solo hará falta contar con una mayoría simple de 51 senadores.
Los críticos de esta opción señalan que lo único que se conseguirá con este cambio es que aumente la polarización en el Congreso de EE.UU. y la cada vez más amplia brecha que separa a republicanos de demócratas.
McConnell se puso manos a la obra para cambiar las reglas del Senado este jueves, después de que una minoría de 44 senadores demócratas impidió la confirmación de Gorsuch.
¿Qué está en juego?
La elección de Gorsuch significa mucho para los republicanos, pues les permite asegurar la mayoría conservadora en la Corte Suprema.

La muerte del juez Antonin Scalia dejó vacía una de las sillas de la Corte Suprema y dejó el equilibro liberal-conservador en cuatro jueces por cada lado.
Desde febrero de 2016, cuando falleció el juez Antonin Scalia, ha habido en la máxima corte ocho jueces considerados progresistas y ocho considerados conservadores. Gorsuch, ocupará la vacante abierta y, por tanto, restaurará la mayoría de esto últimos.
Muchos demócratas se sintieron compelidos a rechazar el nombramiento no solo porque acusaban a Gorsuch de tender a favorecer en sus decisiones los intereses de las grandes empresas por encima de los de los trabajadores sino por la negativa de los republicanos a siquiera dar audiencia al juez Merrick Garland, postulado el año pasado por Barack Obama para llenar la vacante de Scalia.
El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, dijo en su momento que no debería elegirse a un juez de la Corte Suprema durante un año electoral, pese a que no existe ninguna limitación legal para ello.
Ahora, ha sido justamente a McConnell a quien le correspondió aplicar la “opción nuclear”.
Cambio histórico
La posibilidad que hasta ahora tenía la minoría en el Senado para bloquear o retrasar las iniciativas de la mayoría se basa en una práctica conocida como filibusterismo, cuyo ejercicio ha sido restringido paulatinamente desde hace un siglo.

Gorsuch no logró obtener el apoyo de suficientes senadores demócratas para evitar el bloqueo de su nominación.
En 1917, a petición del presidente Woodrow Wilson, se estableció la llamada regla 22 que exigía que para cerrar un debate y poder pasar el tema a votación se requería el apoyo de dos tercios de los senadores. En 1975, esa cifra se redujo a 60 de los 100 miembros de la Cámara Alta.
Según los expertos, entre las virtudes de la aplicación de esta norma en el caso de los nombramientos en la Corte Suprema estaba lograr que los magistrados -que se supone deben estar por encima de las parcialidades políticas- lleguen a su cargo con el apoyo de miembros de ambos partidos.
La exigencia de contar con 3/5 de los votos de la Cámara obligaba al partido mayoritario a tender puentes con miembros del partido minoritario, reforzando la legitimidad política de la decisión.
De igual modo, se supone que la existencia de esta norma establecía un incentivo para que el presidente nomine al máximo tribunal a jueces relativamente moderados, capaces de entender los temas más allá de su propia ideología y que, por tanto, puedan obtener el apoyo de la minoría en el Senado.
Esa regla, sin embargo, implicaba también la posibilidad de que una minoría de al menos 41 senadores podía bloquear los nombramientos. Justo lo que este jueves ocurrió con Gorsuch y por lo que terminó aplicándose la opción nuclear.
Más polarización
McConnell le había prometido públicamente a Gorsuch que sería confirmado sin importar lo que fuera necesario hacer.
El líder de los senadores demócratas, Chuck Schumer, había anunciado la intención de su grupo de bloquear la nominación de Gorsuch.
Sin embargo, esa decisión tendrá implicaciones que irán más allá del nombramiento de este juez: cambiarán las reglas del juego en el Senado y eliminarán una herramienta que -por ejemplo- los propios republicanos aplicaron numerosas veces para bloquear iniciativas del gobierno de Barack Obama.

Algunos analistas han señalado, además, que esa decisión llevará a un aumento de la polarización en el Senado al eliminar la necesidad de la mayoría de tender puentes y lograr el apoyo de, al menos, algunos de los miembros de la minoría.
Varios senadores republicanos expresaron su malestar ante la disyuntiva.
“No quiero cambiar las reglas de Senado y espero que no tengamos que enfrentarnos a esa opción”, dijo hace unos días en declaraciones a CNN la senadora republicana Susan Collins.
Su colega Lindsey Graham, también republicano, igualmente advirtió que esa decisión “sería mala para el Senado”.
“Es deprimente. Estoy muy deprimido. Estamos argumentando en contra de ella (la opción nuclear), pero no tenemos ninguna otra opción”, dijo el senador y excandidato presidencial John McCain, quien en el pasado siempre se opuso a cambiar las normas pero que este lunes anunció que la respaldaría si hacía falta para aprobar la nominación de Gorsuch.

En 2013, Mitch McConnell advirtió a los demócratas que se arrepentirían de cambiar las reglas del Senado.
Aunque en 2013, la entonces mayoría demócrata en el Senado usó la opción nuclear para reducir el número de votos necesarios para confirmar a algunos postulados a cargos en el gobierno, así como a jueces de cortes de menor rango, no se atrevieron a aplicarla para la Corte Suprema.
El Partido Demócrata argumentó que el cambio era necesario para superar el “anormal” obstruccionismo ejercido en contra de los postulados por el presidente Obama.
Entonces, los republicanos acusaron a los demócratas de dañar de forma irreparable al Senado, una institución que en su funcionamiento aún mantiene tradiciones políticas que datan del siglo XIX.
El senador republicano Pat Roberts dijo que los demócrata habían recortado los derechos del partido minoritario para siempre. “Se ha debilitado esta institución de forma permanente. Qué tragedia”, dijo.
“Le dijo a mis amigos del otro lado (del Senado), se van a arrepentir de esto. Y puede que se arrepientan más pronto de lo que creen”, dijo entonces Mitch McConnell.
La hora parece haber llegado.

El millonario plan de Canadá para convertirse en el centro mundial de la inteligencia artificial

El nombre de Geoff Hinton no es muy conocido, pero su trabajo fue clave para que hoy podamos, entre otras cosas, buscar su nombre en Google (donde trabaja hoy día).
El psicólogo cognitivo y científico informático trabajó durante años en un discreto edificio del campus de la Universidad de Toronto, Canadá, dentro del “sector radical” de la inteligencia artificial, investigando sobre redes neuronales (o, lo que es lo mismo, el “aprendizaje profundo”).
Las redes neuronales son programas informáticos que aprenden de una forma muy parecida a como lo hace nuestro cerebro.
El asunto parecía prometedor en la década de 1980, pero el sector tecnológico dirigió su atención a otras formas de inteligencia artificial que podrían desarrollarse antes.
“Los enfoques que me parecían absurdos iban a más y los que me parecían adecuados eran vistos como absurdos”, le dijo a la BBC el catedrático británico, que divide su tiempo entre la universidad y Google, donde lidera el centro de investigación Brain Team Toronto (equipo sobre el cerebro de Toronto).
Hoy en día, las redes neuronales, que permiten a las computadoras hacer cosas como enseñarse a sí mismas a jugar póker, son consideradas el próximo gran paso de la tecnología.
Y el trabajo de Hinton es reconocido mundialmente.

A Geoff Hinton le llaman “el padre del aprendizaje profundo”.
¿Para qué sirven las redes neuronales?
Las redes neuronales son capaces de gestionar tareas muy complejas gracias a su acceso a grandes cantidades de datos.
Las computadoras más potentes y los grandes conjuntos de datos permitieron su desarrollo a gran escala, mejorando la precisión en reconocimiento del habla y visión computacional, lo cual está ayudando a que, por ejemplo, los autos sin conductor se conviertan en una realidad.
También se usan para las recomendaciones en Netflix y los asistentes de voz de los teléfonos inteligentes, y permiten enseñar a las máquinas a jugar a programas informáticos para competir con los humanos, como el AlphaGo de Google.

Talento local
Foteini Agrafioti, quien dirige el nuevo laboratorio de investigación de aprendizaje automático en la Universidad de Toronto, dice que esas innovaciones recientes hicieron que la inteligencia artificial fuera atractiva para los investigadores en la industria tecnológica.

Las redes neronales también se usan para enseñar a las máquinas a jugar y competir con humanos.
“Todo lo que está impulsando los motores de Google ahora mismo lo está haciendo a través del aprendizaje profundo”, dice la especialista.
Los avances en ese campo ayudaron a dar un empuje a la innovación y allanaron el camino para la comercialización de esa tecnología.
También llamaron la atención de gigantes como Google, IBM y Microsoft, que comenzaron a contratar expertos en ese campo.

No me gustaría ver a un catedrático más mudándose al sur (a Estados Unidos)
Foteini Agrafioti, especialista en inteligencia artificial, Universidad de Toronto

Eso ha permitido el despegue de la carrera de pioneros canadienses como Hinton, pero también Yoshua Bengio, de la Universidad de Montreal, y Richard Sutton, de la Universidad de Alberta.
El dinero de las grandes empresas tecnológicas está llegando a Canadá.
Pero también lo está haciendo el que viene de las inversiones de organizaciones nacionales como la multinacional bancaria RBC, el gigante de piezas automovilísticos Magna y millones de dólares de fondos gubernamentales.
Inversión millonaria
En Toronto, se abrirá pronto el Instituto Vector de Inteligencia Artificial, con el que el país espera alimentar este “increíble impulso de la inteligencia artificial en Canadá”.

La inversión en Canadá es millonaria.
Las nuevas instalaciones se inauguraron oficialmente este jueves con el fin de expandir las aplicaciones de la inteligencia artificial explorando el aprendizaje profundo y otras formas de aprendizaje automático.
El instituto ha recibido cerca de US$130 millones por parte de los gobiernos de Canadá y Ontario, y un grupo de 30 empresas, incluidas Google y RBC.

Hinton será el principal asesor científico del centro, que estará dirigido por el exejecutivo bancario Ed Clark.
Según Clark, el objetivo es convertir a Toronto -que tiene la mayor concentración de empresas de inteligencia artificial en Canadá- en uno de los cinco lugares del mundo con más innovación y negocios relacionados con esa tecnología.
Los fundadores también quieren que sirva de imán y retención de los mejores talentos extranjeros, que siempre persiguen las grandes empresas estadounidenses.
El empresario asegura que quieren “despertar” la industria canadiense a las posibilidades de la inteligencia artificial y que esperan que eso tenga un impacto enorme en áreas como la sanidad, la banca, la manufactura o el transporte.

La inteligencia artificial es una de las áreas que más está creciendo.
Pero, el Instituto Vector no es el único que recibió inversión.
El efecto Trump
Google invirtió US$3,4 millones en noviembre en el Instituto para Algoritmos de Aprendizaje de la Universidad de Montreal.
Además, Microsoft está financiando una startup en Montreal, Element AI. La empresa estadounidense también dijo que adquirirá la canadiense Maluuba y que ayudará a financiar la inteligencia artificial en la Universidad de Montreal y en la McGill.
Por otra parte, Thomson Reuters y General Motors instalaron laboratorios de inteligencia artificial en Toronto.
Y a principios de este mes el gobierno federal anunció que destinaría cerca de US$100 millones para una “estrategia de inteligencia artificial pancanadiense”.
RBC también está aportando dinero y ha abierto un laboratorio de aprendizaje automático dirigido por Agrafioti, cofundado un programa para traer talento global y emprendedores a Toronto y colaborado con el Instituto de Inteligencia Artificial de Alberta.

Un cartel en una protesta en EE.UU. contra Trump decía: “La tecnología no tiene fronteras”, junto a las palabras “inmigración” e “innovación”.
Quienes apuestan por Canadá, saben que puede que Silicon Valley resulte más atractivo para el talento tecnológico, pero esperan que sus estratégicas inversiones impulsen el crecimiento de esta tecnología en el país nórdico.

Además, ven la incertidumbre respecto a la inmigración creada por la administración de Trump en Estados Unidos como una ventaja para que Canadá sea más interesante para países extranjeros.
Y definen Toronto como “una ciudad abierta y diversa”.
“No me gustaría ver a un catedrático más mudándose al sur (a Estados Unidos)”, dice Agrafioti.
“Espero realmente que de aquí a cinco años miremos hacia atrás y digamos que casi perdimos, pero que lo supimos ver a tiempo y le dimos la vuelta a la situación”.