El informe que revela que Facebook sabe incluso cómo mueves tu mouse

Que Facebook sabe mucho de sus usuarios era algo conocido.

Pero un reciente informe ha sacado a la luz que maneja mucha más información de lo que se pensaba.

En un memorándum de 229 páginas remitido al Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado de Estados Unidos, la compañía detalla cuáles son sus procedimientos y cómo estudia y analiza la información de las personas, dispositivos y programas que se conectan a su plataforma.

El documento completa la información aportada el pasado mes de abril en la comparecencia ante el Congreso estadounidense de Mark Zuckerberg, creador y presidente de Facebook.

La compañía se vio envuelta en los últimos tiempos en diversos escándalos relacionados con supuestos incumplimientos en la salvaguarda de la privacidad de quienes la utilizan.

El que mayor repercusión tuvo fue el de Cambridge Analytica, una consultora que adquirió de forma indebida información de 50 millones de usuarios de la red social en Estados Unidos.

El informe contiene prácticas hasta ahora desconocidas de Facebook.
Esto impulsó la exigencia de responsabilidades a Facebook, cuyo presidente tuvo que explicarse ante el Congreso estadounidense y el Parlamento Europeo.

Prácticas como la contabilización del tiempo que los internautas navegan por Facebook y los productos que compran en línea eran conocidas, pero la lectura del reporte enviado a los senadores muestra otras de las que no se tenían noticia.

Facebook asegura que le permiten mejorar la experiencia de los usuarios.

Son estas:

El rastro del mouse

Facebook sigue el rastro de tu ratón cuando te conectas a su plataforma con una computadora.

Esto le permite averiguar los puntos en los que se concentra tu atención, además de diferenciar si el usuario es una persona o un robot.

Navegador y dispositivo
Si el navegador está siendo ejecutado en segundo plano, Facebook también lo detecta. Es otra de sus medidas para detectar la acción de bots.

El dispositivo con el que te conectas a su portal también es objeto de análisis de datos por Facebook.

Facebook conoce el nivel de la batería y otros detalles de los celulares de los usuarios.
Recopila la información sobre el nivel de la batería, la cobertura y el espacio de almacenamiento disponible.

También identifica el sistema operativo de tu dispositivo, el navegador que utiliza, el nombre de los archivos que contiene, y los “plugins”.

Aparatos vecinos
La compañía especifica que “en algunos casos” detecta si hay dispositivos conectados alrededor de los usuarios en la misma red. Según su versión, esto sirve para “ayudar a los usuarios emitir un video desde sus celulares a sus televisores”.

Facebook conoce igualmente tu operador de telefonía móvil, proveedor de internet, la zona horaria en la que estás y la velocidad de tu conexión a la red.

Las senales que emite tu dispositivo también son monitoreadas, incluida la de Bluetooth, y localiza los puntos de acceso Wi-fi cercanos. También, las antenas de conexión cercanas.

Tu ubicación y tus fotos
Para Facebook es importante saber tu ubicación, por eso te tiene también geolocalizado si habilitas el GPS de tu dispositivo.

Quizá con la cámara de tu celular hayas hecho algunas fotografías íntimas o importantes para ti.

Facebook tiene acceso a ellas si no has configurado tu teléfono para impedirlo.

Y si utilizas varios dispositivos con sistema Android que funcionen sincronizados, tu registro de llamadas y mensajes de texto también es accesible para Facebook.

¿2, 5 o 7 horas al día?, ¿cuánto tiempo es demasiado usando redes sociales?

La cantante de pop británica Lily Allen dijo que pasa unas cinco horas al día en Twitter y que tiene “una relación de amor-odio” con la red social.

Esta semana admitió que mantener al día a sus cerca de seis millones de seguidores le roba “demasiado tiempo”. Pero, ¿cuánto es demasiado tiempo?

Allen, de 33 años, fue una de las primeras cantantes en impulsar su carrera a través de las redes sociales: fue una de las figuras pioneras de la “generación MySpace”, la plataforma digital enfocada en videos musicales y canciones. Gracias a eso, saltó a la fama y selló un contrato discográfico.

Sin embargo, teme que la obsesión por obtener likes en Twitter, Instagram y otras redes sociales pueda estar afectándole no sólo a ella, sino también a sus hijas Ethel y Marnie, de 6 y 5 años respectivamente, quienes a menudo le preguntan por qué pasa tanto tiempo usando el celular.

Son muchos los internautas que comparten este tipo de preocupaciones.

En un mundo dominado por las redes sociales, ¿cómo saber cuándo estamos abusando de ellas?

Te contamos lo que opinan los expertos.

1. Mejor menos de 2 horas diarias
De acuerdo con una investigación publicada en 2015 por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), las personas que pasan dos o más horas al día usando las redes sociales tienen más probabilidades de tener problemas de salud mental.

El doctor Hugues Sampasa-Kanyinga, del departamento de epidemiología del Departamento de Salud Pública de Otawa, Canadá, autor del estudio, dijo que aunque la relación entre la adicción a las redes sociales y los problemas mentales aún no está del todo clara, el uso diario durante al menos dos horas de las redes sociales está vinculado a trastornos psicológicos.

Hay científicos que vinculan el uso excesivo de Facebook y otras plataformas con ansiedad, depresión y pensamientos suicidas.
El especialista llegó a esta conclusión tras analizar el comportamiento y datos facilitados por parte de 753 estudiantes sobre su actividad en Facebook, Twitter e Instagram.

Entre los problemas psicológicos, el científico habla de ansiedad, depresión e incluso pensamientos suicidas.

“Es posible que los adolescentes con problemas de salud mental estén buscando interacciones porque se sienten solos”, escribió en el informe. Y añadió: “La relación entre el uso de sitios de redes sociales y los problemas de salud mental es compleja”.

Por eso, es difícil encontrar una causalidad directa. Sin embargo, son varios los especialistas que alertan que pasar más de dos horas al día es peligroso.

La psicóloga infantil Nadia Goren dice que los niños que dedican más de dos horas de su día a las redes sociales pueden presentar una baja en el rendimiento de sus actividades escolares.

2. De 5 a 7 horas al día, dañino
De acuerdo con otro estudio publicado en 2017, ese necesitan más de dos horas al día para decir que hay un problema.

Uno de los autores de esa investigación, Andrew Przybylski, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, le dijo a la BBC que no comienza a ser perjudicial “hasta que se alcanzan las 5, 6 ó 7 horas al día”.

Las mujeres son más propensas a la adicción en las redes sociales, dicen algunos especialistas.
Y suelen ser, mayoritariamente, mujeres jóvenes y solteras, explica en el informe.

Przybylski y su equipo escribieron en el documento que el uso moderado de la tecnología “no es intrínsecamente dañino y podría ser ventajoso en un mundo conectado”.

3. Depende de cada persona
El investigador Mark Griffiths, experto en adicciones en la Universidad de Nottingham Trent, en Reino Unido, lleva años investigando el uso de sitios como Facebook, Twitter e Instagram.

El científico le dijo a la BBC que estas plataformas son “potencialmente adictivas”.

La adicción a las redes sociales viene acompañada de señales de comportamiento asociadas a adicciones químicas, como cambios de humor o aislamiento social, sostiene el especialista.

Pero es difícil definir cuánto tiempo es efectivamente dañino. Eso depende de cada persona o de las cosas que le afectan en su trabajo o en sus relaciones personales, dice Griffiths.

¿Cómo saber si eres adicto a las redes sociales?
Según los psicólogos estas preguntas pueden ayudarte a hacer una autoevaluación.

¿Piensas a menudo en las redes sociales cuando no estás conectado?
¿Sientes la urgencia de usarlas cada vez más tiempo?
¿Las usas para evadirte de problemas personales?
¿Sueles tratar sin éxito de limitar su uso?
¿Te genera ansiedad no poder usarlas?
¿Sientes que tienen un impacto negativo en tu trabajo, relaciones o estudios?
Fuente: Mark Griffiths y Daria Kuss, Nottingham Trent University, Reino Unido

Por qué quizás te están llegando estos días emails sobre el uso de tus datos personales en internet?

Es posible que los últimos días hayas recibido decenas de emails con “avisos importantes”, “revisión de políticas” o “actualizaciones de privacidad”.

También epuede ser que al acceder a una página web hayas visto un aviso en la parte superior de la pantalla informándote de que van a ejecutar un nuevo uso de tus datos.

¿A qué se deben tantas advertencias? La respuesta está en cuatro letras: GDPR.

Son las siglas del General Data Protection Regulation, que en español se traduce como Reglamento General de Protección de Datos y que entra en vigor este 25 de mayo en Europa.

Se trata de una nueva ley que pone en marcha la Unión Europea para fijar una serie de protecciones para los internautas.

Pero no solo afectará a Europa: cualquier empresa que ofrezca sus servicios en territorio europeo o tenga filiales en la región deberá actualizar su política de privacidad con los usuarios de otras regiones para cumplir la normativa.

Google Twitter, Facebook, Spotify, Apple, Amazon o Microsoft son algunas de ellas, además de numerosas tiendas online, bancos y firmas de todo el mundo que trabajen en la región.

Uno de los objetivos de la nueva ley es proteger la privacidad de los internautas.
¿Por qué ahora?
Aunque la ley entró en vigor en mayo de 2016, es ahora cuando se aplicará de forma obligatoria. Por eso estamos recibiendo emails estos días: las empresas tienen la obligación de avisar.

Si no lo hacen, se enfrentan a multas de hasta US$20 millones.

La reciente polémica de Facebook por la filtración de Cambridge Analytica, junto a las crecientes preocupaciones en torno a la privacidad en todo el mundo, han incrementado la presión sobre las empresas y los organismos reguladores para tomar medidas que defiendan y garanticen los derechos de los internautas frente a los intereses empresariales.

La normativa sustituirá a la de cada país que forme parte de la Unión Europea, actualizando normas que no se han revisado desde 1995, cuando el uso de internet todavía no estaba tan extendido como ahora.

Y muchas compañías aplicarán las normas a nivel mundial, no solo porque ofrecen más garantías para el usuario, sino porque es mucho más fácil aplicar una sola normativa.

Las filtraciones masivas de datos impulsaron la necesidad de revisar la normativa.
¿Qué cambia?
La gran parte empresas que ofrecen servicios en internet tienen que justificar cómo y por qué usan y almacenan tus datos, desde las redes sociales hasta la aerolínea con la que compras tus boletos de avión o el diario online al que estás suscrito.

Es lo que se denomina el “derecho de acceso” de esa empresa a tu información.

Las compañías necesitan tu consentimiento explícito para manejar esa información.

La idea es que ese consentimiento sea recabado mediante una declaración, es decir, una “clara acción afirmativa”. Por ejemplo, marcando una casilla para hacer saber que estás de acuerdo o a través de una firma electrónica.

Esa acción es necesaria para lo siguiente:

Tratamiento de “datos personales sensibles”: origen racial, opiniones políticas, datos biométricos, orientación sexual, tu foto, correo electrónico, detalles bancarios, información médica…
Decisiones automatizadas y elaboración de perfiles: suelen usarse para fines comerciales, como la publicidad personalizada.
Transferencias internacionales: deben informarte sobre los riesgos que asumes al hacerlo.

Tiene que haber una “clara acción afirmativa” por parte del usuario.
¿En qué se traduce?
Uno de los efectos del nuevo reglamento europeo es que a partir de ahora los usuarios podrán exigir conocer de forma clara y explícita qué datos tienen sobre ellos las empresas y pedir que todos o alguno de ellos sean eliminados si así lo desean.

También permite que los usuarios estén más informados cuando haya un hackeo o reciban lo que la empresa recolecta sobre ellos para tener un manejo más directo de sus propios datos o poder trasladarlos a otra entidad más fácilmente (“derecho a la portabilidad”).

Esto tiene mucho que ver con el reconocimiento del llamado “derecho al olvido” y la privacidad de las personas en la red.

Pero, por otro lado, aunque la nueva ley protege a los internautas, no limita la cantidad de información que las empresas pueden obtener sobre ellos.

 

Qué es el “sharenting” y por qué deberías pensártelo dos veces antes de compartir la vida de tus hijos en las redes sociales

¿Cuánto compartes en internet sobre la vida de tus hijos? ¿Y hasta qué punto quieres ver información sobre la vida de los hijos de los demás en las redes sociales?

El “sharenting” -un anglicismo que proviene de share (compartir) y parenting (paternidad)- consiste en documentar las primeras sonrisas, palabras, pasos… y cada una de las anécdotas de los más pequeños en Facebook, Instagram y otras redes sociales.

Y se ha convertido en una práctica tan habitual que el diccionario británico Collins lo incluyó en sus páginas en 2016. Desde entonces, el fenómeno no ha dejado de crecer.

Hasta ahora, no ha existido otra generación de niños con una infancia tan pública. Y es probable que, cuando crezcan, muchos no estén de acuerdo con ello.

¿Hasta qué punto es dañino el “sharenting”?

Algunos padres publican a diario imágenes en las que aparecen sus hijos.
3 categorías

Podría decirse que existen tres categorías de padres en las redes sociales:

Los orgullosos
Los protectores
Los irritados
Los primeros son aquellos a quienes les encantaría que sus contactos de Facebook lo supieran todo sobre sus hijos. Y se encargan de hacerlo publicando cada foto y anécdota a través de la red social.

Savannah Morrison, de Glasgow, Escocia, es una de ellas.

“Me encanta publicar fotos de mi pequeño en Facebook e Instagram. Me encanta que mis amigos y familiares las comenten o hagan clic en ‘Me gusta’”, le cuenta a la BBC.

“También disfruto comentando y haciendo like en las fotos de los hijos de mis amigos y familiares. Me parece increíble que pueda sentirme parte de sus vidas estando a miles de kilómetros de distancia”.

“En mi opinión, mientras las fotos no sean indecentes y se pueda justificar la presencia del niño (si se le pregunta cuando crece) no hay problema”, agrega.

Lo que genera debate es que, para muchos, el solo hecho de publicar una foto sin el permiso del menor ya es indecente.

Son los protectores de la privacidad, no menos orgullosos de sus hijos pero mucho más cautelosos a la hora de publicar imágenes en las que aparecen los menores.

¿Estás seguro de que a él no le importará dentro de unos años?
“Hago todo lo posible por no poner ninguna foto de mi hijo en Facebook”, explica la briánica Rosie McDonald.

“Es un ser humano y tiene el mismo derecho a la privacidad que cualquier otra persona. Siendo tan pequeño, su capacidad de comprensión sobre lo que eso significa es mucho menor que la de un adulto”.

Rosie considera que es “su trabajo como madre asegurarse de que los derechos de su hijo son reconocidos y respetados”.

Y por otra parte, hay muchas personas están irritadas y hartas del “sharenting”.

Sus muros de Facebook están repletos de fotos de los hijos de sus amigos y familiares. Y ya tienen bastante con eso.

“Detesto cuando los padres publican cosas como mensajes de cumpleaños cuando sus hijos todavía no son lo suficientemente mayores como para leerlo”, le dijo a la BBC Shaun Bacon.

“No me cuenten si es su cumpleaños o lo orgullosos que están de él o de ella, díganselo a la cara, que viven en la misma casa. No necesito ver eso”, concluye.

El “sharenting” hace que muchos padres muestren sin pudor ni medida fotos de sus bebés.
Ofcom, el regulador de las comunicaciones de Reino Unido, elaboró un estudio en 2017 en el que sugiere que publicar fotos y videos familiares en las redes sociales se ha convertido en un “problema divisorio”.

“Los padres están muy divididos sobre si es o no sensato compartir fotos de sus hijos en internet” le dijo a la BBC Lindsey Fussell, directora de consumo de Ofcom.

“La buena noticia es que de quienes lo hacen, el 80% están seguros de restringir quién puede ver esas imágenes… solo algunos amigos y familiares, por ejemplo”, explica Lindsey Fussell.

La huella digital
Sin embargo, más de la mitad de las personas entrevistadas por Ofcom declararon que piensan que a sus hijos les parecerá bien que compartan sus fotos en la red, y solamente al 15% les preocupa que no piensen lo mismo dentro de unos años.

La Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC, por sus siglas en inglés), en Reino Unido, advierte que “cada vez que una foto o video es publicada, se crea una huella digital del niño que puede seguirlo en su vida adulta”.

“Siempre es importante pedirle permiso al niño antes de publicar las fotos”, le contó una vocera del organismo a la BBC.

“Si se trata de niños muy pequeños, piensa en si les gustaría que lo publicaras o si les avergonzaría. Si no estás seguro, es mejor que no lo hagas”.

Si crees que puede ser embarazoso para él… mejor no lo publiques.
Los fraudes
Más allá de los dilemas éticos, la información que los padres comparten en las redes sociales sobre sus hijos puede implicar riesgos de seguridad.

Según la compañía de servicios financieros Barclays, el “sharenting” es una puerta para los fraudes en internet.

El banco dice que muchos padres están comprometiendo la seguridad financiera futura de sus hijos (y la suya propia) al compartir sin medida datos de los menores en la red.

De hecho, la empresa calcula que hacia 2030 el “sharenting” podría costar más de US$870 millones en fraudes en línea -siendo responsable de dos terceras partes de las suplantaciones de identidad en la próxima década- y que cometer estafas por internet “nunca fue tan fácil”.

También señala que hay padres que se dejan llevar por “una falsa sensación de seguridad” y que no se dan cuenta de que sus hijos se convierten en “blancos para el fraude”gracias la información que comparten sobre ellos y que permanece en la red.

“Otra década de padres compartiendo demasiada información en internet producirá 7,4 millones de casos al año de robo de identidad hacia 2030”, asegura la empresa.

Muchos de los datos que se comparten sobre los menores permanecen en la red durante años.
Esa información, advierten, puede ser usada para hackear contraseñas o para suplantar su identidad.

Entre otras cosas, a menudo revelan los nombres, la edad y la fecha de nacimiento de los menores, su dirección, el nombre de su escuela o el de su mascota.

Muchos de esos detalles siguen disponibles en la red mucho después, cuando los niños pasan a ser adultos, y son usados por hackers para estafas de compras online, préstamos fraudulentos y transacciones con tarjetas de crédito.

Desde Ecix, un despacho de “ciberabogados” dedicados a defender a empresas grandes y a particulares en internet, aseguran que “es importante saber que la existencia de ciertas imágenes de los niños puede provocar que éstas sean usadas para fines como la pornografía infantil, el ciberacoso, el ciberbullying o la cibersuplantación de identidad”.

“Por estos motivos, conviene pensar bien si será o no beneficioso para nuestros hijos o familiares menores de edad que ciertas imágenes suyas permanezcan en internet”, se lee en su sitio web.

¿Qué medidas tomar?
Los especialistas en seguridad informática dicen en que es importante comprobar los ajustes de privacidad y que los padres deben asegurarse de que saben qué datos están haciendo públicos sobre sus hijos.

“Gracias a las redes sociales, nunca fue tan fácil para los estafadores obtener el tipo de información que requieren para robarle la identidad a alguien”, asegura Jodie Gilbert directora de seguridad digital en Barclays.

“Creo que es fundamental pensar antes de publicar y revisar regularmente las cuentas en las redes sociales para evitar que la información caiga en manos equivocadas”, añade.

Tanto Facebook como Instagram cuentan con opciones para limitar lo que ven tus contactos.

También es recomendable desactivar las funciones de ubicación y geolocalización a la hora de compartir las imágenes y no dar demasiada información sobre la vida privada del pequeño, sobre todo si no sabes a ciencia cierta quién puede ver o usar esos datos.

Otra opción es no mostrar su cara para proteger así su identidad.

Cuáles son los riesgos de usar memorias USB en el trabajo y por qué IBM se las prohibió a sus empleados

Los trabajadores de IBM ya no pueden usar memorias USB. También les está prohibido utilizar tarjetas SD y unidades flash.

¿El motivo? La posibilidad de causar daño “financiero y a la reputación” de la empresa si pierden o hacen un uso inadecuado de esos dispositivos.

A partir de ahora, si necesitan trasladar datos deberán hacerlo a través de una red interna, un servicio para sincronizar y compartir información.

El decreto que establece esta nueva medida señala que no hacerlo podría ser “perjudicial” para la empresa.

Pero, ¿cuáles son los riesgos?

“Un riesgo real”

Los empleados del gigante informático fueron avisados de las nueva política de la multinacional informática por Shamla Naidoo, la directora de seguridad global d la compañía.

A algunos departamentos de IBM se les había prohibido usar dispositivos portátiles extraíbles durante algún tiempo, pero “en las próximas semanas, la medida se ampliará a todo el mundo”, dijo Naidoo.

¿Qué peligro representa para la empresa un dispositivo USB?
“Revisamos y mejoramos con frecuencia nuestros estándares y prácticas de seguridad para proteger tanto a IBM como a nuestros clientes en un entorno de amenazas cada vez más complejo”, le dijo a la BBC una vocera de IBM.

Y dentro de ese ambiente intimidatorio, uno de los peligros más temidos es el robo de datos.

El experto en seguridad Kevin Beaumont le contó a la BBC que este es “un movimiento valiente” por parte de IBM, pues “los dispositivos USB presentanun riesgo real, ya que suele ser muy fácil extraer datos de la empresa a través de ellos”.

Un ejemplo reciente fue lo que ocurrió en Facebook con la filtración de Cambridge Analytica, que afectó al propio Mark Zuckerberg, su fundador… y a cerca de 90 millones de usuarios de la red social.

Beamunt también explicó que otro de los peligros que implican es la inserción de algún software malicioso (malware) en los equipos o sistemas de la empresa.

De hecho ya ocurrió antes: en 2017, una investigación reveló que los Storwize, los servidores con almacenaje en la nube que IBM pone a disposición de otras empresas, se distribuyeron con una memoria USB que tenía un malware en su interior.

Además, la empresa de seguridad informática Panda Security, con base en España, explica en su sitio web que “cualquier dispositivo de almacenamiento USB que entre en una oficina puede poner en riesgo la seguridad de toda la organización”.

Y cita como algunos de esos peligros las “vulnerabilidades de los propios pendrives, software malicioso transmitido a través de ellos o el simple robo de datos”.

Las dificultades
A pesar de que representan un riesgo real, Beamunt también dice que es posible que IBM encuentre dificultades a la hora de implementar su plan.

“Técnicamente, es bastante fácil controlar el acceso a las memorias USB y a los datos que pueden ser copiados en ellos”, dijo Beaumont.

Uno de los temores son las filtraciones de datos o la instalación de malware en los equipos de la empresa.
“Realísticamente puede ser problemático, ya que habrá empleados que las usen para fines comerciales logísticos. Además, requerirá que algunos miembros del equipo cambien sus hábitos de trabajo”.

Otros, como Sumir Karayi, director ejecutivo de la empresa de seguridad 1E, opinan que la medida de IBM fue una “reacción exagerada”.

“Prohibir los USB no evitará que la gente robe datos”, le dijo Karayi a la BBC. “En cuanto a las [posibles] pérdidas, una computadora portátil, un NAS (dispositivo de almacenamiento conectado en red) o un servidor FTP es igualmente fácil de extraviar”.

Se espera que los trabajadores de la empresa dejen de usar este tipo de aparatos a finales de mayo, fecha que coincide con la puesta en marcha de la nueva regulación europea de protección de datos, GDPR (el día 25).

Esta ley impondrá multas más severas para quienes no hagan lo suficiente para proteger la información sensible de las organizaciones.

IBM considera que sería “perjudicial” no poner en práctica este tipo de medidas.
IBM fue fundada en 1911 y es una de las empresas tecnológicas más antiguas de Estados Unidos. Entre sus inventos más destacados destaca el cajero automático, el código de barras, la banda magnética o la cirugía láser.