Las autoridades chinas se disponen a invertir US$1.600 millones en su última tentativa de lucha contra la contaminación atmosférica.
Medios de comunicación estatales reportaron que las autoridades planean cerrar 300 fábricas en la capital del país.
A finales de abril, será publicada una lista de proyectos industriales que serán parados o suspendidos.
El mes pasado, las mediciones de la contaminación en Pekín marcaron niveles hasta 20 veces el límite de lo considerado seguro por la Organización Mundial de la Salud.