Cuatro partidos y apenas dos goles. Ese es el saldo de los cuartos de final de la Copa América Brasil 2019.
Este sábado fue el turno de Uruguay y Perú, que en un partido sufrido y cerrado empataron a ceros.
Y al final los peruanos, que hicieron muchos menos atributos para ganar en el terreno de juego, se clasificaron en los penales.
Perú ahora se enfrentará a Chile el miércoles en semifinales. Quien gane jugará en la final con el vencedor del Brasil-Argentina del martes.
Al igual que el Brasil-Paraguay y el Colombia-Chile, este Uruguay-Perú empezó con acciones ofensivas de ida y vuelta y flujo de balón, pero terminó siendo un partido cerrado y monótono.
Queda abierta la pregunta, entonces, de si el VAR está resolviendo las injusticias del fútbol, o simplemente volviéndolo aburrido.
En 360 minutos de cuartos de final solo hubo dos goles, en el Argentina-Venezuela, uno de los cuales fue un error de novato del arquero venezolano Wuilker Faríñez.
¿Es el VAR o es que nadie quiere perder?
Como pasó en otros dos de los cuatro partidos de esta fase, en el Uruguay-Perú, más que el fútbol, el sistema de videoarbitraje fue el protagonista, que esta ocasión anuló dos goles de Uruguay por fueras de lugar milimétricos.
El fútbol sudamericano es particularmente parejo y sufrido, características que suelen dejar resultados ajustados y bajitos en goles.
Hay quienes dicen, por ejemplo, que las clasificaciones sudamericanas al Mundial son incluso más difíciles que el Mundial mismo.
Eso pudo haberse demostrado en estos cuartos de final, marcados por partidos trancados y tácticos donde los equipos estaban más ocupados en no perder que en ganar.
Pero también hay quienes están atribuyendo esta falta de emociones, escasez de goles y espectáculo interrumpido al VAR.
Porque más allá de si las decisiones arbitrales basadas en la tecnología fueron acertadas, en esta Copa América ha quedado claro que el sistema del VAR no termina de inventarse.
Fuente: www.bbc.com