2.370º C.
Esa es la mitad de la temperatura en la superficie del Sol y, según descubrió recientemente un equipo de científicos, es también la temperatura más caliente que se haya registrado en la Tierra.
Este momento de calor extremo se sintió hace cerca de 40 millones de años en lo que hoy es Canadá, cuando un bólido hizo impacto en nuestro planeta.
Determinar con precisión la temperatura generada en el lugar de colisión hace tanto tiempo no es fácil.
Si bien se sabe que el choque de un meteorito genera temperaturas extremadamente elevadas y cambia la atmósfera y la corteza terrestre, medirla no es siempre posible ya que el calor derrite y evapora tanto a la roca que llega del espacio como a la que está en la superficie de la Tierra.
Pero lo que descubrió Nicholas Timms, investigador de la Universidad Curtin, en Australia, y su equipo, es que se podía estimar la temperatura analizando la circonia cúbica, también conocida como zirconita, que es una piedra preciosa que se asemeja por su aspecto al diamante.
De mineral común a piedra preciosa
Según explica Timms, el cráter del lago Mistastin, en Labrador, Canadá, dejado por el impacto, alcanzó en un momento una temperatura lo suficientemente caliente como para transformar el mineral común zirconio en la gema zirconita.
Para que el zircón se transforme en circonia cúbica o zirconita la temperatura debe superar los 2370º C.
Esta transformación, dicen los investigadores, sólo ocurre cuando la temperatura supera los 2370º C.
“Nadie antes había considerado utilizar zirconia para registrar la temperatura de un impacto (…)” le dijo Timms a la revista New Scientist.
Entender hasta dónde pudo llegar la temperatura cuando nuestro planeta era joven y aún se encontraba bajo el bombardeo de rocas y meteoritos permite hacernos una idea más clara sobre las condiciones en la superficie del planeta hace 4.000 millones de años.
El estudio fue publicado en la revista Earth and Planetary Sciences Letters.