"En el mar la vida es mas sabrosa / En el mar te quiero mucho mas / Con el sol la luna y las estrellas / En el mar todo es felicidad", dice la popular canción de Osvaldo Farrés que Carlos Argentino interpretaba con la cubana Sonora Matancera.
La canción se refiere a esa vieja creencia generalizada de que el soplo de la brisa marina y la sensación de arena entre los dedos de nuestros pies son buenos para nuestro bienestar. Pero, ¿realmente estar en una costa implica alguna diferencia para nuestra salud?
En Reino Unido, en la era victoriana, a fines del siglo XIX, ciertamente se creía en ello, al punto que se construyeron paseos y casillas de playa a todo lo largo de la costa británica.
Esa vieja idea está reforzada en la actualidad con los datos del último censo, que indican que quienes viven cerca del mar son más felices que los que lo hace tierra adentro, destaca Lorna Stewart, especialista en temas de salud de la BBC.
Stewart visitó la Universidad de Exeter, en el sudoeste de Reino Unido, donde tratan de encontrar las razones en un estudio en el que, además, intentan ver si esos beneficios pueden ser llevados hasta quienes viven lejos del mar.
"Sabemos que la vida urbana puede afectar tu salud mental y tu bienestar, debilitarlos, pero también tu salud física, particularmente con las producción de hormonas del estrés y el menos ejercitarse", le dice a la BBC Mathew White, el director del estudio.
"Lo que realmente nos interesa hacer es reconectar a la gente con su ambiente natural para tratar de reducir ese estrés".
Reproducción natural
El problema con los estudios del mundo de la naturaleza es que es muy complejo, haciendo que la medición de factores relevantes como el paisaje costeño sea particularmente difícil.
Loas al agua salada
- En 1757 el Dr. Richard Russell escribió sobre los beneficios terapéuticos del agua de mar: "Necesitas tomar agua de mar, bañarte en ella y comer todas las formas de comida marina en las que pueden hallarse las virtudes del mar".
- Russell creía que podía mejorar condiciones tan diversas como la lepra, la flatulencia, gonorrea y el cáncer.
- En el siglo XIX se inventaron las máquinas de baño y los primeros trajes de baño, pero fue en el siglo siguiente que los balnearios se popularizaron, al principio entre las clases altas que querían disfrutar de los beneficios del aire marino y los baños en agua salada.
- Con la expansión de los ferrocarriles y la introducción de los días feriados, las clases trabajadoras empezaron a visitar la costa masivamente y así nacieron las vacaciones en la costa.
Para solucionar eso los científicos han tratado de recrear partes específicas del ambiente de la costa en un laboratorio.
Es así como la voluntaria Jo se coloca en una sala pequeña y sin ventanas con la única compañía de una bicicleta de ejercicios y una pantalla donde se proyecta un video de la playa.
Jo es parte de un experimento en el Centro Europeo para el Ambiente y la Salud Humana que busca identificar los efectos en la salud mental y física de los ambientes "azules" o acuosos.
Abi Scott, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter, es una de las investigadoras del proyecto explicó a la BBC que se trata de "ver si podemos incrementar el animo de alguien y hacer que se ejercite mas tiempo si lo hace en un ambiente natural".
La investigación de Scott se fundamenta en prometedores resultados de estudios pasados.
Un estudio encontró que el ánimo de las personas aumenta más cuando se les muestra un ambiente azul frente a uno verde, urbano o una pared blanca.
Otro descubrió que si se le pide a las personas usar una bicicleta de ejercicio por el tiempo que quieran, los que tienen menos ánimo o baja autoestima lo hacen menos tiempo que los voluntarios que están más felices.
El nuevo trabajo combina esos dos previos, investigando si las personas decaídas pueden sentirse más felices en un ambiente "azul" y como consecuencia, pedalear más.
Esto revelará si estar en un ambiente "azul", costero puede cambiar el ánimo de la gente y motivarlos a estas más en forma en el proceso.
Lo que hay en el mar
Jo, la voluntaria, pedalea furiosamente mientras escucha sonidos de olas que salen de los altavoces a su espaldas. No es precisamente la idea de relax que tendrán muchos.
Si el estudio del laboratorio mostrara un efecto real sobre el ánimo y el deseo de ejercitarse, entonces el equipo tendrá que preguntarse qué hay en esas imágenes del mar y esos sonidos grabados que hace la diferencia.
"¿Es la imagen del mar?¿El movimiento de las olas? ¿El ambiente playero? ¿O son los sonidos, el romper de las olas, las gaviotas y demás? ¿O es la combinación de todas esas cosas juntas?", se pregunta White.
Hasta ahora, el sonido del mar parece ser particularmente sugerente e influyente en la manera como la gente se siente.
"Curiosamente cuando le preguntas a la gente qué están escuchando, puede ser que una grabación de aquí (de Cornwall) pero se están imaginando algo en las Seychelles, así que eso es lo que les está pasando por el cerebro. Ves y escuchas una cosa, pero te imaginas otra".
La idea de que el ambiente costero permite que la imaginación de la gente vague parece estar apoyada por resultados previos no publicados sobre estudios de imágenes del cerebro.
"Lo que estamos encontrando, es mucho menos actividad en el cerebro cuando se muestra el mar, que cuando se muestran espacios verdes", dice White, "lo que nos dice que posiblemente sea menos estresante y más familiar para el ser humano promedio".
Aunque lo playero no es de ninguna manera la cura para la depresión, la idea es con el tiempo pequeños cambios incrementales pueden llevar a un gran cambio, quizá lo suficientemente grande como para ayudar a personas que viven con depresión.
Sin embargo, el doctor Mike Marriot, un psicólogo clínico del Servicio de Salud británico (NHS) en Nottinghamshire, advierte que hay que sea cautelosos antes de llegar a conclusiones para el tratamiento de condiciones tan complejas como la depresión.
"Lo que se haga que ayude a dar a la gente con depresión una experiencia diferente animándolos temporalmente bien puede ayudarlos a superar sus dificultades. Pero una recuperación total surge cuando las personas son capaces de ver cambios en todas las otras áreas de dificultades".
Fenómeno global
Hasta ahora el efecto del mar en la salud solo se ha investigado en voluntarios británicos, pero el doctor White dice que ya hay interés desde Holanda hasta Hong Kong para expandir el estudio.
"Un 60% de la población del mundo vive en zonas costeras. Así que pensamos que no es una coincidencia de la mayoría de la gente viva cerca del mar", le dice White a la BBC.
Las explicaciones van desde lo práctico –el mar es fuente de alimentos y vía de comercio- hasta polémicas teorías como la de los primates acuáticos.
Pero fuertes asociaciones culturales con lo marino pueden jugar en la mejoría de nuestra sensación de bienestar. Desde tiempos victorianos los británicos se han sentido atraídos a la playa por el factor diversión.
Al extender la investigación al resto del mundo, se espera descubrir si culturas sin esa tradición o aquellas sin acceso al mar se afectan de la misma manera por lo costero. De ser así, habría grandes implicaciones para las políticas de planeamiento urbano.
"Nos han contactado países con pequeñas líneas costeras, como Alemania o Suiza. Están algo preocupados. ¿Están perdiendo beneficios en salud?", dice White.
"Por eso, uno de los asuntos en los que estamos muy interesados es en saber si los grandes lagos tienen un efecto, o si solo lo hay en la costa marina".
La investigación puede influir en los gobiernos locales para que aumenten la protección de lagos y ríos y mejoren los accesos a las zonas costeras de manera que más personas puedan sentir los beneficios.
El equipo incluso está investigando esos beneficios en la realidad virtual en una clínica dental, donde a la mitad de los pacientes se les da la opción de experimentar un ambiente virtual de playa en el que pueden caminar por media hora.
"Esperamos determinar su los niveles de estrés son menores, lo que también pondrá a los dentistas más contentos y las operaciones se darán con menos problemas", explica White