A un año exacto del comienzo del Mundial de Fútbol en Brasil, a este país le ha llegado la hora de rendir una prueba difícil ante los ojos del mundo. Y nadie sabe exactamente cuál será el resultado.
La Copa de Confederaciones que se disputará en el país sudamericano del 15 al 30 de junio es considerada un ensayo clave para la gran fiesta del balompié en 2014, pero los preparativos tuvieron varios traspiés.
Atrasos en obras, costos mayores a los previstos y viejos problemas sin resolver pueden complicar los planes de Brasil de exhibir en estos eventos su estatus de potencia económica y política emergente.
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En la Confederaciones jugarán ocho países de diversas regiones en seis ciudades (Brasilia, Río de Janeiro, Salvador, Recife, Fortaleza y Belo Horizonte), la mitad de las sedes en el Mundial y con una mayoría de público local.
Pese a ser un evento menor que el del año próximo, expertos consultados por BBC Mundo evaluaron cómo la Copa de Confederaciones probará a Brasil en cinco áreas críticas: transporte, estadios, seguridad, comunicaciones y, por supuesto, fútbol.
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1. Transporte
Brasil anunció inversiones por cerca de US$15.000 millones para la Copa de Confederaciones y el Mundial, pero las deficiencias en infraestructura aún causan varios dolores de cabeza en el país.
Los problemas de transporte son un denominador común de todas las sedes del torneo de este mes, afirmó João Alberto Viol, presidente del sindicato brasileño de arquitectos e ingenieros Sinanenco.
"Este desafío es mayor y puede comprometer la imagen brasileña", sostuvo. "Muchas obras no fueron concluidas y dificultan la movilización de personas dentro de las ciudades y dentro del país".
Calles y aeropuertos congestionados, y falta de líneas de transporte colectivo en la superficie o subterráneos, son algunos de los problemas mencionados por Viol.
Pero Christopher Gaffney, profesor de la Universidad Federal Fluminense, descartó que la Copa de Confederaciones pueda ser un verdadero termómetro de urbanismo para el Mundial, ya que la mayoría de los asistentes a juegos serán brasileños acostumbrados a lidiar con estos inconvenientes.
Según la FIFA, sólo 2,9% de las entradas fueron compradas por extranjeros, mientras 23,5% se vendieron a brasileños de otros estados y 73,6% a público de las ciudades sede. Para el Mundial se espera que la proporción de extranjeros en los estadios aumente, con la llegada de medio millón de turistas.
2. Estadios
La Copa de Confederaciones será una prueba de fuego para la mitad de los 12 estadios que Brasil ha construido o reformado para el Mundial, a un presupuesto total de unos US$3.300 millones, bastante encima de las previsiones iniciales.
Cuatro de los seis estadios de la Confederaciones fueron finalizados con atrasos respecto a la fecha de entrega estipulada, y algunos sólo tuvieron un partido de prueba antes del torneo, cuando lo ideal según la FIFA son al menos tres.
En el partido inaugural del estadio de Brasilia se reportaron problemas de falta de enchufes y agua caliente en vestuarios y en el estadio de Salvador una fuerte lluvia hizo caer un pedazo del techo nuevo hace unos días.
En el renovado Maracaná de Río de Janeiro hubo aglomeraciones de público a la salida del partido entre Brasil e Inglaterra el domingo 2, el único previo a la Copa.
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Ahora se probará cómo funcionan varios aspectos de los estadios, incluidos algunos a los que Brasil no está habituado: desde la zona de exclusión en los entornos hasta la ubicación del público en asientos numerados, dijo Christopher Gaffney, experto de la Universidad Federal Fluminense.
João Alberto Viol, presidente del sindicato brasileño de arquitectos e ingenieros Sinanenco, advirtió que los estadios serán otro test importante para la imagen internacional del país.
"Si hubiera problemas", sostuvo, "tendrán mucha repercusión".
3. Seguridad
Brasil ha procurado mejorar su seguridad para la Copa de Confederaciones y otros grandes eventos, un desafío enorme en un país con una de las mayores tasas de homicidios de Sudamérica.
Se han previsto esquemas de vigilancia especiales y el gobierno de Dilma Rousseff envió 33.500 soldados a las vastas fronteras del país para aumentar la seguridad antes de la Copa y la visita del papa Francisco en julio.
También invirtió en tecnología, comprando aviones no tripulados que pueden sobrevolar los estadios o robots capaces de desactivar explosivos.
"Va a haber una movilización policial y una atención mayores que normalmente", indicó João Trajano, experto en seguridad pública en la Universidad Estatal de Río de Janeiro.
Río ha logrado reducir sus altos índices de violencia al ocupar con la policía varias favelas que eran controladas por narcos armados en zonas turísticas o cercanas al estadio de Maracaná.
Pero la violación de una turista estadounidense en abril en un transporte público y el balazo que recibió un turista alemán en la favela de Rocinha en mayo mostraron algunos riesgos que pueden enfrentar extranjeros o locales en Río –como otras ciudades de Brasil.
"Vivimos en una sociedad donde hay muchos crímenes de calle", dijo Eduardo Paes-Machado, de la Universidad Federal de Bahía. "El crimen de calle es traicionero, difícil de controlar".
4. Comunicaciones
En teoría, las seis ciudades de la Copa de Confederaciones deberían tener funcionando la tecnología de comunicaciones celulares 4G antes de empezar el torneo.
Pero pruebas recientes sugieren que esas urbes aún están lejos de alcanzar una velocidad de carga y descarga de internet acorde a la nueva tecnología… o incluso a la anterior.
De hecho, las empresas que deben ofrecer el servicio 4G son las mismas que unos meses atrás fueron sancionadas por las autoridades por ofrecer un servicio 3G de baja calidad.
El ente brasileño regulador de las telecomunicaciones, Anatel, previno en abril que para el Mundial 2014 los turistas que compren chips 4G tendrán celulares conectados a velocidades más lentas de lo que podrían esperar.
En la Copa de Confederaciones también será interesante observar la calidad de telecomunicaciones en los estadios nuevos, dijo Chris Gaffney, de la Universidad Federal Fluminense.
Durante un reciente partido estreno del estadio de Brasilia se se reportaron problemas en la conexión a internet dentro del recinto, que alojará el partido inaugural de la Copa entre Brasil y Japón el sábado.
5. Fútbol
La Copa de Confederaciones también será un examen futbolístico para Brasil: ¿mejorará el pentacampeón del mundo su nivel de juego, que ha desilusionado a muchos recientemente?
Desde que Luiz Felipe Scolari volvió a dirigir la canarinha en noviembre logró sólo dos victorias (contra Bolivia y Francia, a la que venció 3 a 0 el domingo), registró una derrota (contra Inglaterra) y cuatro empates.
Pero esos siete juegos eran amistosos, ya que Brasil no tiene que disputar eliminatorias mundialistas por ser el anfitrión del próximo Mundial. La seleção está 22º en el ranking de FIFA, su peor ubicación histórica.
Ahora Neymar y compañía tendrán una exigencia mayor al enfrentar dentro de su grupo en un torneo oficial a otro excampeón mundial, Italia, a México y a Japón, que acaba de asegurarse su pasaje al Mundial 2014.
El torneo lo disputan además el actual campeón del mundo, España, el excampeón Uruguay, Nigeria y Tahití.
"Va a ser un test para darle una cara a la selección brasileña", dijo Juca Kfouri, un respetado analista deportivo brasileño.
Sin embargo, advirtió que tampoco podrá tenerse gran expectativa ya que Brasil cambió de técnico hace seis meses y "no entrenó adecuadamente" para esta competición.
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