CAÑAR.- Con enorme sorpresa y asombro se muestran historiadores y arqueólogos, ante el hallazgo de dos calaveras de sexos masculino y femenino en una zona de construcción de un terreno ubicado al sur este del cantón Cañar, detrás de la Plaza de Toros, en Sarampala, junto a la calle Carrera Cuenca del sector Quilliganes.
Durante la jornada de ayer, investigadores se hicieron presentes en el sitio para realizar el procedimiento correspondiente, ante el fortuito caso.
Wladimir Galarza, arqueólogo del Complejo de Ingapirca, como delegado del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural-Región 6, emitió su criterio técnico e histórico sobre las osamentas halladas.
“Se trata de dos esqueletos de individuos aparentemente de sexos masculino y femenino, de edad adulta a ser determinada, encontrados en un sitio removido por labores de construcción y trabajos agrícolas. Donde aparecen estratos y material de entierro correspondiente a una etapa formativa de unos 3.500 antes de Cristo; que se asocian al estilo Narrío Tardío, encontrándose subtipos de cerámica como: rojo pulido, negro pulido, narrío tosco, entre otros; a más de los residuos esqueléticos desarticulados, muy erosionados por su excesiva edad…”, detalló el arqueólogo.
Indicó que ante esto se hará un informe que cumpla estrictas normas de carácter arqueológico, luego de una excavación sistemática del lugar.
A decir de Danny González, propietario del terreno, los restos de la primera osamenta fueron encontrados el pasado viernes por obreros que levantan un muro.
Sin mucha importancia solo reunió los huesos y parte del cráneo, luego los guardó para limpiarlos; sin embargo, en esta semana al encontrar un nuevo entierro, procedió a dar aviso a Mario Garzón, historiador del cantón Cañar, por su gestión desempeñada con los miembros de la Casa de la Cultura para colaborar con la recuperación de estos materiales culturales que dan valor histórico al pasado de la cultura cañari.
En un espacio acordonado y determinado para el estudio de dos metros por tres de largo, se encuentra el segundo cadáver in-situ (enterrado en el contexto), al parecer de sexo femenino por el grosor de sus osamentas; se muestra con una bóveda craneana reducida, pómulos salientes, pequeñas costillas, que dan a entender que es de una mujer o a lo mejor de un infante.
Días antes, a pocos centímetros de cercanía fue hallado y removido del sitio la osamenta de sexo masculino, establecida así por su dentadura, el grosor de los huesos y la longitud de los mismos; lo que describe el posible entierro de una pareja.
El Instituto Nacional de Patrimonio supervisa actualmente el proceso de excavación, para que se cumpla con los requisitos científicos y técnicos establecidos en la ciencia arqueológica moderna, que determina la excavación por niveles y la recuperación de los elementos asociados existentes de huesos y cerámica.
El análisis posterior de los materiales cerámicos esclarecerá los atributos morfológicos (forma de los recipientes), y los patrones de diseño de los elementos decorativos y ornamentales que exhiben los restos.
Durante una semana más buscarán en el área de tratamiento de estudio. A partir de esto se tardarán 15 días para revisar el material encontrado y discutir sobre el horizonte cultural que se asocien con otros grupos cerámicos coetáneos (de la misma edad), que han aparecido en el valle de Cañar.
Mario Garzón, por su parte agradeció la colaboración del dueño del terreno y expresó el compromiso de exponer los restos óseos en el museo que está siendo construido por la Casa de la Cultura extensión Cañar.
Como investigador de la historia de Cañar, Garzón señaló que se trata de un entierro pre hispánico, denominándolo como un “hallazgo extraordinario”, dado que es la primera vez que se encuentra a una pareja, a una profundidad de 90 centímetros desde el piso, con la posibilidad de rescatar íntegramente uno de los esqueletos. Evento que ayudará a escribir una historia interesante y sorprendente, luego de los resultados del análisis respectivo en un laboratorio. (JJG)
