Después del fuego, llegó el barro.
Al menos 17 personas murieron por los deslaves registrados en las últimas horas en el sur de California, donde fuertes lluvias causaron desprendimientos e inundaciones.
Un alud de barro que llegaba hasta la cintura en Burbank (a unos 18 kilómetros de Los Ángeles) hizo que se cerraran más de 48 kilómetros de la autopista principal de la costa.
Pero más allá de Burbank, el área más afectada por la avalancha fue el condado de Santa Bárbara, al que pertenece la lujosa comunidad de Montecito.
El alguacil de dicho condado, Bill Brown, dijo que el paisaje parecía “un campo de batalla de la I Guerra Mundial”.
Más de 150 personas fueron trasladadas a hospitales de la zona, 20 de ellas con lesiones relacionadas con la tormenta y cuatro en estado crítico.
Un perro de rescate busca a personas que se hayan podido quedar atrapadas en sus viviendas.
La comunidad más afectada es Burbank, a unos 18 kilómetros de Los Ángeles, California.
El barro se convirtió en una suerte de río que cubrió carreteras completas.
Miles de personas escaparon de la avalancha y se han realizado decenas de rescates.
El corresponsal de la BBC James Cook informó que rocas del tamaño de autos pequeños rodaban por las colinas bloqueando carreteras.
Rocas del tamaño de autos pequeños rodaban por las colinas bloqueando carreteras.
Carreteras inundadas
El portavoz del departamento de bomberos del condado de Santa Bárbara, Mike Eliason, precisó que algunas casas quedaron destrozadas en los alrededores de Montecito, donde viven celebridades como Oprah Winfrey, Ellen DeGeneres y Rob Lowe.
El servicio de Costas de Estados Unidos envió varias aeronaves para dar apoyo en las tareas de rescate y alertó al público para que no haga volar drones.
Desde Los Ángeles, la periodista de BBC Mundo Beatriz Díez señala que las condiciones se han visto agravadas por los feroces incendios forestales del pasado mes de diciembre y la sequía que afecta a la zona desde hace meses.
Después de un incendio, la flora quemada y la tierra chamuscada crean una capa repelente que bloquea la absorción del agua y conduce a un mayor riesgo de deslaves e inundaciones.
Los equipos de emergencia trabajan a destajo para devolver la normalidad a las zonas más afectadas por la avalancha.
Algunas de las tareas de rescate se tuvieron que realizar en plena oscuridad.
Algunas avenidas se convirtieron en ríos en unos pocos minutos.
La Agencia Federal de Gestión de Emergencias, FEMA, difundió una advertencia a los propietarios de viviendas en la que explica que casas que nunca se han inundado antes, ahora están en peligro.
El lunes, miles de residentes de California recibieron un aviso de evacuación, el segundo en menos de dos meses.
Los servicios de emergencia delimitaron una zona de exclusión y advirtieron que cualquier persona que circule por esa área estaría en el camino de los rescatistas y podría ser arrestado.
La planta baja de este hotel quedó cubierta por el barro.
A los residentes que han permanecido en sus hogares se les recomendó hervir el agua del grifo antes de beberla.