Como un tiro al blanco, literalmente. Científicos del Reino Unido han desarrollado un proyectil lanzado desde el aire para insertar instrumentos de medición en algunos de los lugares más inaccesibles de la Antártica.
Veinticinco de los "dardos" tienen como blanco el glaciar Pine Island (PIG), una de las corrientes de hielo más grandes y de más rápido movimiento en el continente antártico.
El glaciar tiene muchas grietas profundas que son muy peligrosas para recorrer.
Los aparatos del British Antarctic Survey (BAS) han sido equipados con GPS para rastrear la progresión del glaciar hacia el mar.
"Nuestras jabalinas significarán que ahora podremos medir áreas que antes estaban fuera de nuestro alcance", dijo Hilmar Gudmundsson.
"Y en glaciar Pine Island estamos monitoreando la región de la Antártica donde están ocurriendo los mayores cambios ", dijo el glaciólogo de la BAS a la BBC.
Las jabalinas delgadas son muy similares a una "sonoboya" – los instrumentos flotantes que se lanzan desde aviones para estudiar los océanos.
Al igual que sonoboyas, los nuevos proyectiles son liberados por un tubo desde el vientre de un avión.
Caen rápidamente en el hielo, usando un paracaídas de 20cm de ancho para estabilizar su descenso.
Cuando las jabalinas chocan contra la superficie, se desplaza a unos 50 metros por segundo y han sido diseñadas para soportar las altas fuerzas G asociadas a una desaceleración muy rápida.
Pequeñas aletas, o frenos de hielo, situadas a los lados de las lanzas les impida llegar demasiado profundo.
Esto asegura que la cola de la jabalina, que contiene su antena de satélite de comunicaciones se pegue en posición vertical por encima de la nieve. Esta es capaz de transmitir los datos GPS de nuevo a BAS.
"Las jabalinas necesitan ubicarse a una cierta profundidad para que no se vuelen con el viento. Por otra parte, el mástil debe ser lo suficientemente alto para que no quedan enterradas por la nieve," explicó David Jones, que lidera el desarrollo técnico del Proyecto Jabalina.
"Mecanizar estas aletas para poder detener los dispositivos a un metro de profundidad, pero al mismo tiempo evitar cualquier inestabilidad aerodinámica durante el vuelo fue una enorme tarea".
Parte de la solución fue incorporar una serie de orificios en las aletas.
El equipo pasó bastante tiempo perfeccionando el diseño, incluso realizando experimentos en un túnel de viento vertical.
"Estos son generalmente usados para el paracaidismo bajo techo", dijo Jones.
"El que usamos fue construido originalmente para probar partes del Concordia y luego se convirtió en un centro de recreo. Les preguntamos si podíamos reutilizarlo un poco más para la ciencia ".
Ensayo sin mucho error
Los primeros ensayos de la caída de las jabalinas realizados en enero pasado en la Scar Inlet, en la parte oriental de la Península Antártica, resultaron exitosos.
Esto llevó al equipo a lanzar 33 de los dispositivos sobre el glaciar Pine Island. Una alta proporción (25), sobrevivieron a emplazamientos violentos y proveyeron información diaria. BAS espera que los dispositivos tengan una vida útil de dos años.
El glaciar Pine Island es una de las zonas más intensamente estudiadas de la Antártica porque drena algo así como el 10% de todo el hielo que fluye desde el oeste del continente, lo que es una contribución significativa al aumento global del nivel del mar.
En los últimos años, las mediciones aéreas y por satélite han registrado un marcado adelgazamiento y un aumento de la velocidad.
Una zona de especial interés para los científicos es justo aguas arriba de la línea de conexión a tierra, donde el hielo que fluye de la tierra comienza a flotar sobre el océano.
Sin embargo, esta zona es precisamente donde las grietas son más extensas, lo que hace que sea muy difícil para los investigadores entrar y establecer instrumentos.
"Ahí es donde quieres estar, así que tener ahora sensores es simplemente fantástico", le dijo Gudmundsson a la BBC.
"Las jabalinas nos proporcionará un conjunto de datos con la que podremos validar los modelos numéricos Y es a través de estos modelos numéricos que podremos hacer frente a la pregunta: ¿Qué va a pasar en glaciar Pine Island en el tiempo de 10 años, en 20, 30 o 100 años?".
El Proyecto Jabalina se presentó en la asamblea general de la Unión Europea de Geociencias. El desarrollo fue financiado por el Natural Environment Research Council (NERC) de Reino Unido.