Decenas de miles de peces aparecieron muertos a orillas de una presa en Acatlán de Juárez, al sur de la ciudad de Guadalajara, México.
El alcalde Emeterio Corona acusó a una firma local -cuyo nombre no mencionó- de haber contaminado las aguas al derramar en ellas cientos de litros de melaza, reduciendo sus niveles de oxígeno, lo que llevó a que los peces murieran asfixiados.
Pescadores locales dijeron que corren el riesgo de quedarse sin sustento por el desastre ecológico.
Unas 180 familias viven de la pesca en la presa.