Cuando el nuevo presidente de Panamá asuma el 1 de julio, será examinado quizá como ningún otro líder latinoamericano por las dos grandes potencias económicas del mundo: Estados Unidos y China.
Todo indica que esa persona será Laurentino “Nito” Cortizo, a quien el Tribunal Electoral panameño declaró “virtual ganador” de las elecciones del domingo, con 33% de sufragios en 95% de las mesas de voto escrutadas.
Se espera que la proclamación oficial del presidente electo se haga a más tardar el jueves, tras los comicios más reñidos de las últimas décadas en Panamá.
Analistas internacionales anticipan desde ya que el sucesor del presidente saliente, Juan Carlos Varela, gobernará un país crucial en la disputa entre EE.UU. y China por influir en Latinoamérica.
“Es algo a lo que se enfrentan muchos países de la región, pero se está desarrollando de una manera muy clara y desafiante para Panamá”, dice a BBC Mundo Margaret Myers, directora del programa Asia y América Latina en el Diálogo Interamericano, un centro de análisis regional con sede en Washington.
Un lugar especial
Buena parte del interés de los dos gigantes globales por el país centroamericano radica en el Canal de Panamá, uno de los pasajes más importantes del comercio marítimo mundial que conecta los océanos Atlántico y Pacífico.
EE.UU. y China, que se encuentran al borde de una guerra comercial, son los dos principales usuarios del canal, en ese orden.
China, que estableció relaciones diplomáticas con Panamá en 2017 después que Varela rompiera el vínculo histórico de su país con Taiwán, ve el istmo como una plataforma logística estratégica a nivel regional.
En diciembre, con el presidente chino Xi Jinping de Visita, Panamá firmó 19 acuerdos bilaterales con Pekín. Ambas naciones negocian además un tratado de libre comercio que podría concluir el sucesor de Varela.
Abocada a su ambicioso plan denominado “Nueva ruta de la seda” para crear infraestructura alrededor del mundo con la que desarrollar su comercio, China se estima que ha invertido unos US$2.500 millones en Panamá, en obras que van desde puertos hasta puentes.
Pekín presentó en marzo un estudio de factibilidad para construir un tren de alta velocidad entre la capital panameña y la frontera con Costa Rica por US$4.100 millones, impulsado por Varela pero que genera polémica.
Huawei, el gigante chino de la tecnología, tiene en la zona libre de Colón, Panamá, un centro de distribución regional.
Esta creciente influencia china en Panamá es vista con inquietud desde Washington.
Tras visitar a Varela en Panamá en octubre, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, advirtió sobre los negocios con China, aludiendo a una “actividad económica depredadora” del país asiático.
Eso ocurre “cuando las empresas estatales se muestran de una manera que claramente no es transparente (…) y está diseñada para no beneficiar al pueblo de Panamá, sino más bien para beneficiar al gobierno chino”, sostuvo Pompeo.
“Intereses encontrados”
Varela ha afirmado que es posible tener al mismo tiempo inversiones de EE.UU. y China que beneficien a Panamá como país soberano.
Pero lograr ese equilibrio puede ser todo un desafío para el país de 4 millones de habitantes, con grandes desigualdades y una economía que creció a una tasa promedio anual de 5,3% durante el actual gobierno.
“Panamá tendrá que navegar intereses encontrados: por un lado, una preocupación muy clara de EE.UU. sobre el rápido crecimiento de la presencia de China allí, y por otro lado, las oportunidades que China potencialmente ofrece como un importante inversor”, dice Myers.
Carlos Guevara Mann, un politólogo e historiador que dirige la maestría en relaciones internacionales de la Universidad Florida State, en Panamá, cree que “es muy probable que las presiones de EE.UU. se mantengan o, inclusive, aumenten”.
A su juicio, no se trata sólo de que Washington aún vea a Panamá “como parte de su zona hegemónica y al canal como un símbolo del poderío y la pericia técnica estadounidense”.
“Para Washington, Panamá tiene, además, importancia estratégica, como aliado en la lucha contra el narcotráfico y el trasiego de personas. Tampoco hay que dejar de vista que el canal de Panamá sirve, sobre todo, al comercio estadounidense“, señala Guevara a BBC Mundo.
El presidente electo Cortizo ha advertido que EE.UU. precisa prestar “más atención” a Centroamérica ante la creciente presencia de China.
“Mientras no se pone atención, hay otro que avanza”, dijo en declaraciones a la agencia de noticias Reuters el domingo, antes de la votación.
Cortizo también indicó que había expresado al embajador chino en Panamá su interés en avanzar en el comercio bilateral, pero que cualquier acuerdo tendría que servir a ambos países.
Empresario ganadero que estudió administración pública en EE.UU., Cortizo fue ministro panameño de Desarrollo Agropecuario entre 2004 y 2006 durante el gobierno de Martín Torrijos.
Renunció al cargo por diferencias con el tratado de libre comercio que Panamá negociaba con EE.UU., que a su entender incluía disposiciones sanitarias perjudiciales para su país.
Guevara Mann cree que Panamá podría sacar rédito de la competencia entre EE.UU. y China, “en primer lugar, apartándose de los manejos corruptos y asegurando que las relaciones con China se desenvuelvan en el marco de la mayor transparencia”.
Pero señala que la cuestión quedó fuera del debate electoral y descarta que Cortizo o sus rivales tengan capacidad “para atender este asunto con inteligencia ni crear condiciones para que Panamá salga ilesa de esa confrontación, menos aún, para sacarle provecho”.
Fuente: www.bbc.com