Por qué las mujeres son más resistentes que los hombres

Por qué las mujeres son más resistentes que los hombres

Las mujeres viven más que los hombres en casi todas las poblaciones modernas. Eso es un hecho.

Pero los científicos todavía no pueden explicar muy bien por qué.

Algunos estudios han tratado de investigar los orígenes biológicos de esa ventaja. Otros han destacado sobre todo la importancia de factores sociales.

Ahora, una investigación de la universidad danesa Southern University, acaba de confirmar que las mujeres tienen una ventaja de supervivencia “omnipresente”, incluso en circunstancias en las que la mortalidad general es extraordinariamente alta.

Sus conclusiones fueron publicadas recientemente en la revista científica estadounidense PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences).

Ventaja hasta en hambrunas y epidemias
Los académicos investigaron las diferencias de supervivencia entre hombres y mujeres en siete poblaciones que vivieron bajos condiciones extremas, como hambrunas, epidemias y esclavitud.

Analizaron las diferencias en mortalidad durante:

las hambrunas en Ucrania (en la década de 1930), Suecia (1770) e Irlanda (1845)
epidemias en Islandia (1840 y 1880) y entre las poblaciones de esclavos en plantaciones de Trinidad a principios del siglo XIX y de esclavos estadounidenses liberados que regresaron a Liberia circa 1820, solo para encontrar un ambiente epidemiológico muy distinto que acabó con la vida de muchos.
Durante la epidemia de sarampión de 1882, por ejemplo, la esperanza de vida bajó de 43 a 18 para las mujeres y de 37 a 16 para los hombres.

Los investigadores comprobaron así que las mujeres sobrevivieron más que los hombres: en todas las poblaciones tuvieron un índice de mortalidad más bajo en casi todos los sectores de edad, y, con la excepción de una población esclava, en promedio vivieron más que los hombres.

“La ventaja femenina difiere en los distintos ambientes y está modulada por factores sociales”, matizan en el estudio.
Diferencias ya en los neonatos
Curiosamente, la diferencia en la mortalidad entre hombres y mujeres se manifestaba ya entre los bebés: en condiciones extremas las niñas sobrevivían más que los niños, en edades tempranas en las que las diferencias sociales y de comportamiento pueden ser mínimas o incluso pueden ser favorables para los varones.

Estos resultados concuerdan con la hipótesis de que las mujeres cuentan con una ventaja biológica de supervivencia, aunque esa ventaja también pueda interactuar con factores ambientales.

“Nuestros hallazgos también indican que la ventaja femenina difiere en los distintos ambientes y está modulada por factores sociales”, matizan en el estudio.

¿Cuál es esa ventaja?
Pero la comunidad científica todavía no sabe explicar qué aspectos biológicos concretos hay detrás de esas diferencias de género en las tasas de mortalidad.

En este estudio los investigadores hacen referencia a análisis previos que sugieren que las diferencias hormonales entre hombres y mujeres pueden jugar algún rol.

Por ejemplo, los estrógenos, que son hormonas que las mujeres tienen en abundancia, tienen un efecto antiinflamatorio, mientras que la testosterona, típica de los varones, puede suprimir el sistema inmunológico.

En cualquier caso, según la académica que lideró el estudio, Virginia Zarulli, “las condiciones experimentadas por las personas de las poblaciones analizadas eran horribles. Aunque las crisis redujeron la ventaja de supervivencia en cuanto a la esperanza de vida, las mujeres sobrevivieron mejor que los hombres”.

“Incluso cuando la mortalidad era muy alta, las mujeres vivieron más”

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