Por qué no hubo tiempo de evacuar en el tornado de Oklahoma

Por qué no hubo tiempo de evacuar en el tornado de Oklahoma

De las víctimas mortales, 20 son niños que se encontraban en una escuela primaria que fue derribada por los vientos.

Pasaron tan sólo entre 35 y 40 minutos para que la tormenta que se cernía sobre Oklahoma City se transformara en un tornado.

Pero no fue uno de los tantos que pasan con frecuencia por este "corredor" de Estados Unidos.

Los vientos del tornado que tocó tierra a eso de las tres de la tarde del lunes, en el suburbio de Moore, en el sur de la ciudad, alcanzaron vientos de hasta 320 km/h. Y en un lapso de 40 minutos dejaron un saldo de al menos 90 muertos, más de 120 heridos en estado grave y barrios enteros reducidos a escombros.

 

¿Pero cómo es posible que una ciudad tan acostumbrada a estos azotes de la naturaleza haya sufrido semejante devastación y el número de víctimas sea tan elevado?

En principio el tornado se formó a tal velocidad, y fue de una magnitud tan asombrosa que, aunque las advertencias se hicieron lo más rápido posible, muchos de los que se encontraban en el camino del tornado no tuvieron tiempo suficiente para prepararse, le explicó a la BBC John Hart, del Centro de Predicciones de Tormentas Oklahoma.

Pero además, dice el meteorólogo que tiene más de 25 años de experiencia en tornados, cuando ocurre un fenómeno como éste "no hay mucho que se pueda hacer para evitar el daño".

"Lo único que uno puede hacer es refugiarse en un sótano bajo tierra, cosa que no hay en Oklahoma, o tratar de huir de la ruta del tornado. Subirse a un auto e intentar escapar también es muy peligroso, pero es lo que ha permitido que se salven muchas vidas".

clic Vea: imágenes de la destrucción

Sin sótanos

 

Tres cuartos de los tornados que ocurren en la Tierra tienen lugar en América del Norte. Y muchos de ellos suceden en el centro de Estados Unidos, ampliamente conocido como el "corredor de los tornados".

Si bien la gente de Oklahoma sabe cómo prepararse ante estos fenómenos, las viviendas -y no sólo aquellas en las zonas más pobres- no cuentan con un espacio bajo tierra, explica Hart.

En la mayor parte de la ciudad el suelo es rocoso, lo cual hace que su perforación sea extremadamente costosa sino imposible, y, en el resto, el suelo es de una textura demasiado barrosa, lo cual también dificulta la construcción de un sótano que resista la humedad y las inundaciones.

Por esta razón muchos eligen alejarse del camino del tornado.

Los que lo hacen, cuentan con información detallada que se transmite por televisión, tan precisa como son los informes del tráfico en otras ciudades que indican qué ruta tomar, dónde hay un embotellamiento, o qué caminos están bloqueados.

"En la televisión informan con gran precisión en qué intersección, en qué calle con qué calle está pasando el tornado, hacia dónde se dirige y a qué hora se espera que pueda llegar", dice Hart.

Pero con un tornado como el del lunes, considerado ya como uno de los peores de la historia "uno se queda impotente", añade.

radioroja

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