No todas las deudas son malas, pero algunas se pueden salir de control fácilmente.
Imagine un mundo en el que nadie pudiera pedir un préstamo: ni casa, ni auto y posiblemente tampoco regalos por Navidad.
La posibilidad de tomar prestado dinero es vital.
De hecho, mucho de lo que tomamos prestado es “deuda buena”, cuando el pago de esa deuda es asumible y nos ayuda a pagar algo con el tiempo, como las hipotecas.
El problema aparece cuando las deudas se salen de control y no puedes pagar lo que debes. Eso es la conocida como deuda “mala”.
¿Cómo puedes distinguir unas de otras? ¿Cómo saber si es un problema?
Primero, necesitas saber más sobre el tipo de deuda que tienes.
Deuda garantizada
Algunas deudas están garantizadas por una propiedad, lo que significa que si dejas de pagarlas, puedes perder el bien en cuestión.
En el caso de las hipotecas, por ejemplo, el banco te puede forzar a vender tu casa.
Si dejas de pagar el préstamo del coche, puede que te quedes sin el carro.
En el caso de un préstamo para un vehículo, el prestamista se puede llevar tu auto.
Dado que este tipo de deudas están ligadas a grandes bienes -como viviendas o vehículos- es importante priorizar el pago de estas.
Deuda no asegurada
Las deudas que no están aseguradas acarrean más riesgos para el prestamista, ya que no hay manera de recuperar el dinero si se no se cumple.
Por ello, tienen un tipo de interés más alto.
En este grupo, se encuentran las tarjetas de crédito o la mayoría de los créditos bancarios y los préstamos entre particulares.
Las tarjetas de crédito pueden llegar a cobrarte hasta un 20% de interés al año.
Para la mayoría de personas, la deuda en la tarjeta de crédito no es un problema, ya que el 80% paga el balance total a finales de cada mes.
No obstante, para aquellos que no lo hacen, las tipos de interés son altos, normalmente de hasta el 20% anual.
Así que es fácil que este tipo de deuda esté fuera de control.
Deuda prioritaria
Cada una de las deudas conllevan diferentes sanciones. Las consecuencias de no pagar el impuesto sobre la vivienda, por ejemplo, pueden ser muy graves.
“Las autoridades locales pueden deducir de tu salario (el dinero correspondiente), pueden enviar a agentes del orden a tu propiedad para retirar bienes e incluso pueden estudiar la aplicación de medidas como el encarcelamiento”, explica Jonathan Chesterman, de la entidad benéfica StepChange, especializada en aconsejar sobre la deuda.
Llegados a un punto extremo, los proveedores de servicios como la electricidad pueden llegar a cortar el suministro, así que esas facturas también son una prioridad.
Proveedores de servicios como la electricidad pueden llegar a cortar el suministro.
Por otro lado, los bancos no tienen manera de tomar medidas contra uno si no se realiza el pago de la deuda de la tarjeta de crédito o de préstamos, más allá de rebajar el historial de crédito.
¿En qué momento deberías preocuparte?
Jonathan Chesterman explica que hay tres signos claros de que tu deuda es un problema:
Tienes que recortar gastos en comida
No te queda dinero para ahorrar a final de mes
Sólo haces el pago mínimo en tu tarjeta de crédito
Otra manera de saber si debes tomar medidas es comparar la deuda que tienes en relación a tu salario.