Jiri Stejskal es el tipo de empresario que presume de ser de los que hace florecer la economía estadounidense.
El hombre, de 58 años, dirige un exitoso negocio de traducción a las afueras de Filadelfia.
Su compañía, llamada Cetra Language Solutions, emplea a 35 personas y tiene una facturación anual de US$5 millones.
Sus clientes de alto perfil incluyen al gigante de alimentos Nestlé y al Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Pero Jiri Stejskal también es un inmigrante. Llegó al país en 1988 como refugiado político de la antigua Checoslovaquia. Su vida es un ejemplo de historia de éxito empresarial.
Esto es importante, pues la política “Estados Unidos Primero” del presidente Donald Trump busca que las empresas del país prioricen el contratar a ciudadanos estadounidenses en lugar de dar empleo a personas extranjeras como Stejskal.
De hecho, hace dos años, el propio Trump firmó una orden ejecutiva -denominada “Contrata y compra estadounidense”- con la que buscaba endurecer la regulación de las visas H-1B, un tipo de permiso temporal que usan con frecuencia diversas empresas para contratar talento extranjero y que tiene una vigencia de tres años.
Sin embargo, Jiri Stejskal afirma que es cada vez más difícil obtener la aprobación de esta solicitud y nuevas estadísticas lo respaldan.
“Proteccionismo equivocado”
Según una encuesta realizada por la Fundación para la Política Estadounidense, en 2017 la tasa de rechazo de solicitudes de H-1B fue del 13%,pero este año aumentó a 32%.
Al mismo tiempo, la organización sin fines de lucro encontró que la tasa de rechazos para solicitudes de prórroga de visas actuales por otros tres años aumentó de 3% a 18%.
“Esto es un proteccionismo equivocado”, dice Stejskal. “Está claro que detrás de estas políticas hay una voluntad de cortar toda la inmigración en un país fundado por inmigrantes”.
El empresario añade que aunque anteriormente reclutó a dos personas a través de la visa H-1B, este año no lo ha intentado.
Esto porque, según explica, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos sigue pidiendo más y más información, lo que se conoce como solicitudes de evidencia (RFE, por sus siglas en inglés).
“Las solicitudes constantes de evidencia que hemos presentado una y otra vez, y los retrasos, me desaniman a seguir contratando visas H-1B”, dice.
Elizabeth Ricci, experta en leyes de inmigración, afirma que el número de solicitudes de evidencia está aumentando.
“El año pasado, dos tercios de las visas H-1B fueron emitidas con RFE, mientras que el año anterior fueron menos de la mitad. Demoran los casos y hacen que sea mucho menos deseable para un empleador utilizar talento extranjero”, explica.
La experta agrega que a todo esto se suma la ayuda de un abogado de inmigración, lo cual trae costos adicionales a la factura legal de la empresa.
Una compañía que actualmente está estancada debido a esto es Phone2Action, una firma de software con sede en Virginia.
Su director ejecutivo, Jeb Ory, dice que ha gastado miles de dólares en honorarios legales vinculados a una solicitud de H-1B para un ingeniero ghanésaltamente calificado que sigue sin resolverse después de más de un año.
Jeb Ory teme que si empresas como la suya no pueden emplear a personas extranjeras competentes, esto “perjudicará en última instancia a la economía estadounidense”.
Numerosos estudios respaldan sus preocupaciones.
Según un informe del periódico Seattle Times, realizado en 2018, más de la mitad de los desarrolladores de software en el área de Seattle, el hogar de Microsoft, nacieron fuera de Estados Unidos.
Por su parte, a principios de este año la revista Forbesaseguró que casi la mitad de las compañías de la lista Fortune 500 (que contiene las firmas más grandes de Estados Unidos) fueron fundadas por inmigrantes de primera o segunda generación.
Baja en las solicitudes
En tanto, las aplicaciones para la visa H-1B están cayendo. Las cifras oficiales muestran que hubo 236.000 en 2016, 199.000 en 2017 y 190.000 mil en 2018.
Los mayores beneficiarios de esta visa son ciudadanos indios, seguidos por personas provenientes de China.
Un destacado científico de una universidad china dice que está “contento” de que menos estudiantes de su país ahora quieran trabajar en Estados Unidos.
“Ya no hay una fuga de cerebros en China”, dice el académico, que desea permanecer en el anonimato.
“El hecho de que nos traten como espías (…) y el crecimiento explosivo de la productividad de China hace que los estudiantes chinos inviertan su ingenio en casa”, agrega.
En India, Mani Karthik, un empresario de 30 años, decidió abandonar el “sueño americano” en 2017.
El hombre pasó siete años trabajando en Silicon Valley, pero asegura que el sistema de visas, cada vez más restrictivo, y las inquietudes sobre lo que consideraba una hostilidad creciente hacia los inmigrantes en ese país, lo hicieron regresar.
Ahora, Karthik ayuda a otros ambiciosos emprendedores de su país a volver a casa desde Estados Unidos y encontrar un buen empleo.
“He ayudado a al menos 500 personas a mudarse a India”, dice. “Estamos trayendo de vuelta a los cerebros que alguna vez se fueron”, agrega.
Un plan con “sentido común”
Sin embargo, a pesar de la disminución en las solicitudes para la visa H-1B, todavía superan la cantidad que se entregan cada año a las empresas.
Sarah Pierce, analista del Instituto de Políticas de Migración, asegura que “la economía de Estados Unidos está muy bien en este momento”.
“Entonces, a pesar de que el presidente Trump está dando un golpe al programa de visas H-1B y de que hay menos personas interesadas y más expulsadas, la oferta de inmigrantes interesados en trabajar en EE.UU. y la oferta de empleadores interesados en traerlos, sigue siendo enorme”.
Mientras tanto, el abogado y empresario David Reisher, propietario de Legal Advice Group, afirma que los esfuerzos de Trump para dar más empleos a los estadounidenses son un plan con “sentido común”.
“Ayudará a que los estadounidenses vuelvan a trabajar sin requerir ningún gasto adicional importante”, dice.
Sin embargo, volviendo al caso de Cetra Language Solutions, Stejskal afirma que sigue pensando en crear empleo… pero fuera de Estados Unidos.
Fuente: www.bbc.com