Había una vez una hormiguita. Ésta, como toda buena hormiga, era trabajadora y servicial. Se pasaba el tiempo cargando hojitas de un lado a otro. No paraba ni de día, ni de noche, casi sin tiempo para descansar. Y así transcurría su vida, trabajando y trabajando. Un día fue a buscar comida a un estanque que estaba un poco lejos y para su sorpresa al llegar al estanque vio cómo un pimpollo de lirio se abría y de él surgía una hermosa y delicada flor. Se acercó y le dijo: Hola, ¿Sabes que eres muy hermoso? ¿Qué eres?
-Soy un lirio contestó. Y tú, ¿Sabes que eres muy simpática? ¿Qué eres?