Archives julio 2019

Si pudieras volver al pasado, ¿qué consejos te darías a ti mismo siendo más joven?

Casi todos nuestros arrepentimientos, al parecer, están vinculados con nuestras relaciones o con la forma como nos tratamos a nosotros mismos.

Esto a juzgar por los resultados de un estudio llevado a cabo por psicólogos en Estados Unidos en el que se les preguntó a personas de 30 años qué consejo se darían a sí mismos siendo más jóvenes.

Muchos encontraron que después del estudio siguieron sus consejos y eso mejoró su vida.

En el estudio, realizado por psicólogos de la Universidad de Clemson (Carolina del Sur, EE.UU.), participaron casi 200 personas.

Se les plantearon una serie de preguntas sobre sí mismos y una de estas fue la de los consejos que le darían a su yo más joven.

Los investigadores organizaron las respuestas en cinco grupos: dinero, relaciones, educación, conocimiento de sí mismos y objetivos en su vida.

“En cuanto a las relaciones, mi respuesta favorita fue la del que dijo que su consejo sería: ‘no te cases con ella’”, le dice a la BBC la profesora Robin Kowalski, que dirigió el estudio publicado en la revista Journal of Social Psychology.

“Respecto al área de educación, los entrevistados dijeron cosas como: ‘termina el colegio. Estudia más duro. Saca tu título. No estudies administración porque los demás te digan que lo hagas”.

Algunos también se aconsejaron no estudiar tan duro.

“Si soy honesta, ese también sería el consejo que yo me daría a mi misma”, asegura la profesora Kowalski.

En general, casi todos parecieron arrepentirse de haber hecho -o no haber hecho- algo en su vida. Y muchos de los consejos eran lo que se esperaría encontrar en cada área. Por ejemplo: “ahorra tu dinero”, “haz lo que te gusta”, “encuentra a alguien que te haga feliz”.

“Hay muchos consejos que realmente no son muy útiles, como ‘no te preocupes tanto’”, afirma Kowalski. “En parte debido a la realidad que estamos viviendo, a nuestra forma de ser”.

“Pero otros consejos, como ‘no abandones el colegio’, sí son útiles porque podemos hacer algo al respecto y nos brindan oportunidades para crecer”.

Destacados consejos
Algunos de los mejores consejos que surgieron en el estudio fueron:

“El dinero es una trampa social”.

“Si haces algo dos veces se convertirá en un hábito. Ten cuidado con los hábitos que formes”.

“Nunca bases las decisiones que tomes en el miedo”.

Y una persona que había sido arrestada y enviada a la cárcel aconsejó: “no te juntes con la gente equivocada”.

Pero quizás el área donde los consejos son más reveladores es en la de conocernos a nosotros mismos, señala la profesora Kowalski.

“Dijeron cosas muy interesantes como: ‘cree en ti mismo’, ‘ámate a ti mismo, eres adorable’, ‘no te reprimas’ o ‘la vida es corta, valora cada momento’”, explica.

El estudio también preguntó a los participantes si habían comenzado a seguir los consejos que se darían a sí mismos. Un 65,7% dijo que sí y que esto les había ayudado a crecer como personas.

Esto demuestra, dicen los investigadores, que quizás nunca es demasiado tarde para que la gente adopte un buen consejo.

“Los resultados sugieren que debemos consultarnos a nosotros mismos cómo o qué nos gustaría cambiar si pudiéramos volver a ser jóvenes”, afirma el estudio.

“Los datos indican que tenemos mucho que aprender para llegar a ser la persona que nos hubiera gustado ser si hubiéramos seguido esos consejos siendo jóvenes”.

Fuente: www.bbc.com

Esta es la historia de un muchacho joven Reflexion

Ésta es la historia de un muchacho joven que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.

El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.

Un día descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.

 

Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.

Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta…

Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: “has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves.

 

Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la cicatriz perdurara para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física”.

El “salto cuántico” de Panamá, el país con el mayor crecimiento económico de América Latina (y por qué no es un paraíso)

Conocido como el “Singapur latinoamericano” por su éxito económico, Panamá es el país con el mayor crecimiento de América Latina en los últimos 25 años.

A diferencia de otras naciones centroamericanas como Honduras, Nicaragua o El Salvador, el país abrió su economía al mundo hace más de 30 años, justo cuando la región estaba sumida en la llamada “década perdida”, en medio de una profunda crisis económica.

“Panamá experimentó un salto cuántico económico”, le dice a BBC Mundo, Alejandro Santos, jefe de Misión en Panamá y jefe de división en el Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Fue un impulso gigantesco, comparable con (el de) otros países asiáticos como Singapur o Corea del Sur”.

Y así lo muestran las cifras: en los últimos 25 años, Panamá lideró el crecimiento económico de la región con un 5,9%, seguido por República Dominicana, Perú, Chile y Costa Rica, según las estimaciones del FMI.

De hecho, Panamá expandió su economía más del doble del promedio regional.

Los rascacielos de Ciudad de Panamá y el impactante flujo comercial que transita por su icónico canal, sumado al sabor cosmopolita de la urbe y el dinero que corre por sus venas, crean la apariencia de una “joya del progreso”.

Sin embargo, Panamá está lejos de ser un paraíso: es uno de los países más desiguales de la región y ha estado en el centro de los mayores escándalos de corrupción de los últimos años en América Latina.

Gran salto
Hacia fines de la década de los 80, los países latinoamericanos vivían los duros efectos de la ola recesiva que asolaba a Latinoamérica en aquel entonces.

Deudas externas impagables, grandes déficit fiscales y volatilidades inflacionarias y de tipo de cambio, eran la norma.

En cambio Panamá, que tenía un cierto nivel de estabilidad política, comenzó a abrirse al comercio internacional, cuenta Santos.

Si a eso le sumamos una posición geográfica privilegiada, agrega el especialista, se puede ver por qué el país terminó transformándose en uno de los grandes centros internacionales de comercio, finanzas y actividad logística.

Y más recientemente, la ampliación del Canal de Panamá (concluida a mediados de 2016), le permitió a la vía interoceánica doblar su capacidad de tráfico marítimo y el paso de buques de mayor dimensión, conocidos como los Postpanamax.

El gran motor que mueve la máquina
Aunque el canal no es la única razón del crecimiento económico, le ha permitido al país encauzar muchas de las inversiones.

“Panamá ha invertido muchísimo en los últimos cinco años”, dice José Cuesta, economista del Banco Mundial, en conversación con BBC Mundo.

​Tanto así, que las tasas de inversión han llegado a cerca de 40%, haciendo que el país mantenga su ritmo de crecimiento económico, con el desarrollo de industrias como la logística, las telecomunicaciones y las finanzas.

El aeropuerto, agrega, ha sido sin duda otro de los grandes imanes de inversión, aparte del metro y otras obras de infraestructura como puentes y sistemas de agua y saneamiento.

“Esto ha permitido reducir considerablemente la pobreza“, explica, desde un 22% en 2010 a 13% en el 2018.

En la práctica, en los últimos cuatro años han salido de la pobreza 150.000 personas.

Uno de los países más desiguales
Bajar la pobreza es una cosa, pero disminuir la desigualdad es una muy diferente.

“La desigualdad de Panamá es una de las más altas de América Latina”, apunta Cuesta.

“Y Latinoamérica es la región más desigual del mundo”.

El ranking de la desigualdad (medida por el Coeficiente de Gini) ubica a Brasil como el país más desigual de la región, seguido por Honduras y Panamá, según las últimas cifras disponibles del Banco Mundial, que corresponden a 2017.

Venezuela no está incluido en la lista, porque no existe información oficial disponible.

“Para un país de ingreso alto, es difícilmente justificable tener esos niveles de desigualdad”, agrega el economista.

Pero al mirar aún más a fondo aparece un desafío aún mayor: la precaria situación en la que se encuentran las comunidades indígenas del país.

“La pobreza en las comunidades indígenas es 10 veces mayor que en el resto del país”.

En esas condiciones, plantea Cuesta, se requiere una política social “más ambiciosa”, con aumento del gasto social para proteger a la gente más pobre.

“Nada se compara al latrocinio de Odebrecht”
“No se puede minimizar la importancia de la corrupción y sus devastadoras consecuencias”, dice Olga de Obaldía, la directora ejecutiva del Capítulo Panameño de Transparencia Internacional, una organización sin ánimo de lucro fundada en 1993 para luchar contra prácticas corruptas a nivel global.

El país quedó en la mira cuando en 2016 estalló el escándalo de los “Panamá Papers“, una filtración de documentos confidenciales de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca, acusada de ayudar a implementar maniobras de evasión y elusión fiscal en favor de personas ricas y poderosas en todo el mundo.

De ahí en adelante fueron destapándose otros escándalos que remecieron al país.

“El mayor de todos los casos de corrupción en Panamá es el de Odebrecht“, argumenta De Obaldía, refiriéndose a la empresa brasileña que reconoció el pago de millonarios sobornos a funcionarios del gobierno panameño (y de otros países latinoamericanos) para adjudicarse contratos.

Odebrecht echó gasolina al fuego de la indignación ciudadana contra la clase política en Panamá, una furia que estuvo presente en las elecciones presidenciales de mayo de este año, en las que resultó electo Laurentino “Nito” Cortizo.

“Lo más grave es la impunidad”, apunta. “La falta de justicia genera una sensación terrible en la sociedad”.

El impulso minero
A pesar de los escándalos de corrupción y la denuncia de impunidad, la economía sigue expandiéndose.

Y aunque en 2018 el crecimiento económico fue de 3,7%, el FMI proyecta que este año el país volverá a crecer este año en torno al 6%.

Si es es así, Panamá superaría a Chile como el país con mayor crecimiento económico per cápita de la región en 2019.

Pero eso depende de que se recupere el sector de la construcción (que el año pasado estuvo sumido en una extensa huelga) y del nivel de exportaciones que alcance la mina Cobre Panamá, operada por la empresa canadiense, First Quantum.

La firma espera vender cerca de 320.000 toneladas anuales de concentrado de este mineral cuando alcance su nivel tope de producción.

“El gran reto de Panamá es mantener el ritmo de crecimiento”, dice Alejandro Santos del FMI, algo que no es nada fácil cuando una economía ha estado corriendo a toda velocidad.

Con todo, los pronósticos de expansión económica siguen siendo optimistas, más aún cuando la exploración minera sigue avanzando en busca de nuevos yacimientos de cobre.

Fuente: www.bbc.com

Una enfermedad que mata a la palma aceitera deja desempleo en Ecuador

Un monumento ubicado en el redondel que distribuye el tráfico hacia Esmeraldas, Santo Domingo y el centro de Quinindé, que hasta hace menos de una década se conocía como el primer cantón palmicultor del Ecuador, queda como evidencia de la productividad que tuvo la zona. Hoy una plaga invade casi la totalidad de las áreas sembradas y la quiebra parece inminente.

Pero la pudrición del cogollo (PC), que acaba matando a la palma infectada, no solo está en este sector esmeraldeño, su presencia se reporta en once de las trece provincias donde se cultiva.

El monumento al palmicultor está a 100 km al suroeste de Esmeraldas, en Quinindé. Foto: Katherine Mendoza

Según el último censo palmero, realizado en 2017, de las 257.120,9 hectáreas (ha) cultivadas a nivel nacional, en el 57% (148.434 ha) se detectó la PC. El coordinador técnico de la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Aceitera (Ancupa), Rafael Chiriboga, sostiene que es complicado hacer una proyección para determinar la afectación actual porque al tratarse de un problema fitosanitario que se genera por la suma de factores climáticos y ambientales que no son controlables, su comportamiento es diferente en cada zona.

No obstante, habla de las áreas de mayor afectación: en la zona oriental, Sucumbíos y Orellana; en la zona occidental, la provincia de Esmeraldas, San Lorenzo y “principalmente el cantón Quinindé, donde cerca del 90% de los predios se encuentran con presencia de pudrición de cogollo y algunos ya tienen un nivel de incidencia sobre el 90%, causando grandes pérdidas en la producción”.

No es un tema que afecte solo a los palmicultores: hay desempleo, el comercio ha bajado significativamente, la industria también se ve disminuida. Según el alcalde de Quinindé, Carlos Barcia, al menos el 80% de las 23 extractoras de aceite rojo han cerrado o fueron absorbidas por las más grandes.

El desabastecimiento de la fruta es evidente en centros de acopio y extractoras. En el punto de recepción de Unipal S. A., continuo a la gasolinera del Sindicato de Choferes de Quinindé, en la vía a Esmeraldas, se recibían 900 toneladas métricas (TM) por semana entre el 2017 y 2018; en la actualidad no se compran más de 600, asegura Juliana Paredes mientras emite la factura a Santiago, un médico que se lamenta de haber dejado su trabajo en el hospital Metropolitano de Quito para dedicarse a la palma hace ya 20 años y hoy se dice quebrado.

Todo esto es un caldo de cultivo para la delincuencia, advierte en el sector de La Gorgona, de Malimpia, Marcelo Boezio. Durante dos décadas él cultivó 70 ha de palma y hace un año la PC, a la que compara con un cáncer de estómago, llegó a su tierra y acabó con todo. Despidió a tres de los cuatro empleados que tenía.

“Aquí la gente viene a pedir que le regalen verde (plátano) o lo que haya y uno les da, pero ¿qué va a pasar cuando se acabe? Cuando un hijo tiene hambre, la gente busca cómo darle de comer, es así”, reflexiona Boezio, quien confiesa que tiene una deuda por $ 40.000, pues había resembrado parte de la finca, considerando que la palma produce de 25 a 30 años y la suya tenía 24 años.

“Que vengan y se lleven la finca, no hay nada más que hacer. No es mala fe, son circunstancias (guarda silencio y sigue)… El Gobierno no ha hecho nada”, expresa y aclara que no solo se refiere al actual y que intentó sin éxito negociar con Banecuador.

Otra palmicultora de la zona, que prefiere mantener la reserva de su nombre, tenía 55 ha en producción. Tras la llegada de la PC a sus fincas despidió a tres de sus seis empleados y vendió 10 ha de tierra.

El 89% de quienes se dedican a esta actividad son pequeños y medianos palmicultores: el 52% tiene hasta 10 ha; el 19%, de 10 a 20 ha; y el 18%, de 20 a 50 ha, según datos de Ancupa.

La historia de la PC no necesita voces en Quinindé. Se cuenta sola en vías principales y de segundo orden que un equipo de EL UNIVERSO recorrió. Hay plantaciones abandonadas que conservan sus hojas, aunque secas y caídas, pero llenas de maleza; en otras ya solo se ven los troncos de las que alguna vez fueron productivas palmas aceiteras, las terceras han sido tumbadas y sus restos están en el suelo, verdaderos cementerios de palma como los bautizaron en el sector.

El precio promedio de la tonelada del fruto de la palma es de $ 110; el récord se alcanzó en el 2011: $ 240. Foto: Katherine Mendoza

Los letreros de ‘Se vende’ son otra evidencia de la crisis. Edwin Chica, quien presta asesoría productiva, cuenta que una hectárea pasó de costar $ 15.000 a $ 6.000 por la PC.

El año pasado en las zonas de Malimpia, comunidad 5 de Agosto, Cupa, Valle del Sade y cercanías de Quinindé, como La Tercera, La Cuarta, La Sexta y Golondrinas, se perdieron aproximadamente 15.000 ha de palma aceitera, dice Chiriboga. Este año se prevé que las pérdidas lleguen a 30.000 ha.

El censo de 2017 determinó que en Esmeraldas la PC amenazaba a 82.948 ha, que representan el 71% de su superficie. La enfermedad está en sus siete cantones, donde Quinindé representaba 66.427 ha, el 81% de su área con presencia de PC. Hoy no hay una hacienda de palma que la pudrición del cogollo haya perdonado en esta jurisdicción, afirman varios técnicos.

El alcalde fue palmicultor por 27 años. Llegó a tener en producción 240 ha y 21 trabajadores. Dice que se ha quedado con cuatro para cambiar de labor agrícola en sus tierras.

Barcia habla de una recesión económica. Los tributos que generaban las extractoras disminuyeron y la capacidad económica en la población que el próximo 3 de julio cumplirá 52 años de cantonización va en caída.

A dos cuadras del municipio de Quinindé Duval Olaya, propietario de una tienda de abastos instalada hace 17 años y con cuentas de hasta $ 660, relata que en su mayoría son trabajadores de fincas palmicultoras o de plantas extractoras que han cerrado y se encienden tres días a la semana, cuando se recopila la cantidad de fruta que amerita convocar al personal.

Barcia vaticina que en julio y agosto ya en Quinindé no habrá palma (producción), aunque aclara que todavía queda algo en la parroquia La Unión.

¿Quinindé dejó de ser el primer cantón palmicultor del Ecuador? Yo pienso que sí, sentencia. (I)

Esto consume usted de la palma

En las extractoras se obtiene aceite crudo o rojo que pasa a industrias para obtener:

Aceite comestible.
Margarinas, grasas vegetales,

Grasas especiales para panificadores y cobertura de pastelería,

Jabón de tocador, cosmética.

Detergentes.

 

 

Fuente: www.eluniverso.com

¿Para quién son las uvas? Reflexion

En una aldea remota de la India donde casi no se conocen las frutas, un niño le hizo cierto trabajo a una señora y ésta, en retribución, le obsequió un hermoso racimo de uvas. El chico acarició entre sus manos el racimo.

En esa tarde calurosa ¡Cuán bien le venían esas uvas! Pero el niño pensó: “Mi padre está trabajando en el campo y estará cansado y sediento. Le voy a llevar las uvas a él”. El padre las recibió con mucha alegría, pero pensó: “Las guardaré para mi hija, para cuando me traiga la merienda.

 

Ella está un poco inapetente y quizás las coma con agrado”. Cuando la chica recibió el racimo de manos de su padre, dio un grito de felicidad. Pero de regreso a su casa, durante el trayecto se dijo para sí: “Guardaré estas uvas para mi madre, porque la pobre está tan cansada, y tan pocas veces podemos comer fruta…”.

Aquella noche, cuando la humilde familia terminó de cenar, la madre anunció: “¡Tengo una sorpresa de postre!” Y al instante colocó sobre la mesa aquel hermoso racimo de uvas que ninguno había comido durante el día.

¿Qué fue lo que indujo a cada miembro de esa familia a no comer el codiciado racimo, sino el amor del uno para con el otro? ¿En qué otro sitio mejor que en el hogar podría y debería expresarse el amor?

En el mundo exterior podrá haber violencia, egoísmo y frialdad, pero en el refugio cálido del hogar no podría faltar el afecto leal y profundo o sea incondicional.

Todos estamos de acuerdo en que hace falta más amor en la tierra. Pero ¿recordamos siempre que sólo cuando tengamos más amor en nuestros hogares, lo tendremos también en el mundo? Consideren con corazón abierto esta reflexión, y vean de qué manera se puede acrecentar el amor en el seno de su familia”.