Nos acercamos a la ¡Noche Buena de Navidad!, una noche llena de bendición y de alegría, en el que Celebramos el nacimiento del Niño Dios.
Hay tantas cosas maravillosas para disfrutar como: el compartir con la familia, las luces de Navidad, el pequeño Belén, reunidos en torno el arbolito, las galletas, el chocolate caliente, las canciones típicas de navidad de cada pueblo y todas las cosas hermosas que cada una de las familias agregan en su propia tradición.
Después de la celebración del nacimiento de Jesús, otro gran acontecimiento que celebramos es estar con nuestros familiares y seres queridos en el día de Navidad y compartir con ellos la dicha, la alegría y el gozo de disfrutar este momento.
Aquí te presentamos 7 oraciones que pueden ayudarte a tener un momento de reflexión antes de comenzar a compartir la cena de Navidad.
1.- Por la llegada de Jesús
2.- Por la unidad de la Familia (La hace el Padre o la Madre)
Padre amado, rico en misericordia ¡Te amo! ¡Gracias por mi familia y por darme este momento de compartir con ellos!
Señor, tengo tantos buenos recuerdos de mi infancia, recuerdos de Navidad, recuerdos de compartir la alegría celebrando tu nacimiento… Y en este momento, me ha tocado a mí hacerlo con mis propios hijos y regalarles la dicha de celebrar en Familia tu venida gloriosa y humilde.
Padre, te doy gracias por la risa compartida en torno a esta mesa. Somos una familia bendecida de tenernos el uno al otro y de que te hayas quedado en medio nuestro. Te doy gracias por esta comida y los seres queridos que tengo a mi alrededor para compartirlo.
Que esta sea una Navidad maravillosa para cada uno de nosotros, que reine la paz, la unidad y el amor en nuestro trato y seamos apoyo incondicional en los momentos que más lo necesitemos.
Mi Dios, en este momento, que honramos Tu Nombre Santo en todo lo que hacemos, te pedimos que derrames tu bendición sobre esta comida y sobre cada uno de nosotros. Te confesamos nuestro amor y te damos gracias de nuevo por el cariño que compartimos con los demás en esta familia. Amén.
3.- Por la felicidad y la alegría
Querido Dios, ¡Tú eres la alegría para el mundo! ¡El Señor de nuestra vida y de nuestra historia, de nuestros gozos y de nuestros momentos de felicidad! Mientras nos preparamos para esta comida, también preparamos nuestros corazones para que Tú los moldees más a semejanza del tuyo.
Tú eres la razón por la que sonreímos todos los días. Eres la razón por la que estoy tan lleno de alegría que quiero ¡cantar alabanzas!, cantarle al mundo todo el bien con que has colmado mi vida y la de mi familia.
Padre, el amor, la gracia y la misericordia que has tenido para con nosotros, ha llenado nuestro mundo y nos mantienes la esperanza viva de permanecer contigo cuando llegue la hora en que nos llames a la Casa del Padre, por lo que no puedo dejar de sonreír.
Tú has llenado mi copa a rebosar de alegría, y rezo para que cuando los demás vean, a mi familia o a mí, puedan ver el rostro de tu amor, el rostro de tu bondad y el de tu alegría, ¡el rostro de Jesús!
Gracias Padre, por este maravilloso don de la alegría que ha llegado a nosotros a través del nacimiento de nuestro Rey y Salvador, Señor nuestro. ¡Te amamos! Amén.
4.- Por los recuerdos de Navidad
Mi buen y amado Señor, te doy gracias por los recuerdos que hemos compartido en esta mesa durante todos estos años. Nos hemos llenado de gozo cuando nuestros niños despiertan alegres y ven con sus ojos brillosos el árbol de navidad y el pequeño Belén en el rincón de nuestro hogar. Hemos disfrutado tanto de los cantos de villancicos que escuchamos en cada esquina de nuestro pueblo. Me has dado una familia tan impresionante y los recuerdos de cada Navidad que hemos disfrutado juntos nos han hecho estar más unidos que nunca.
Amado Jesús, nos encontramos todo reunidos aquí, en tu presencia, festejando en esta cena que vamos a disfrutar y realmente emocionados por los recuerdos nuevos que crearás hoy.
Bendice, Señor mío, estos alimentos e infunde en nosotros la gracia para que, mediante la generosidad, podamos también compartir un poco de estos alimentos con los más necesitados, causando en ellos, recuerdos alegres que puedan darles la esperanza de transformar el mundo en un lugar mejor para todos.
Padre eterno. Te amamos y damos gracias por Jesucristo, ¡nuestro Señor y Salvador! Amén.
5.- Por la seguridad de los familiares que viajan
Amado Señor, te damos gracias por haber acompañado durante su viaje a estos familiares y amigos que hoy están aquí con nosotros en esta mesa para celebrar la bendición de recibirte en Noche Buena. Les agradezco a todos y cada uno de ellos por el gran esfuerzo realizado y por donar su tiempo para compartir en este hogar.
Padre, bendice estos alimentos, bendice esta ocasión que tenemos de estar juntos para proclamarte como nuestro Señor y Rey. Te pedimos que, en la medida que esta reunión llegue a su fin y nos separemos, puedas enviar la asistencia divina de tus santos ángeles para que los acompañen con seguridad en su viaje de regreso a sus hogares.
Señor Jesús, te amamos, te damos gracias por tu inmenso amor de viajar desde el Trono del Cielo, dejar a un lado todo tu poderío y majestuosidad, para venir con humildad y pobreza a este mundo envuelto en caos, y traernos la paz y la salvación.
Cuando nada podría pagar la deuda de todos nuestros pecados, Tú nos mostraste tu amor definitivo encarnándote en el seno de una joven virgen para caminar con nosotros. Tú viviste, moriste y resucitaste por nosotros, y en este momento siento a tu Espíritu moverse dentro de mí, pensando en lo glorioso y maravilloso de este momento.
Tú eres el Señor y Salvador. Toda la alabanza y gloria sólo para Ti, Señor mío ¡Te amamos! Amén.
6.- Por los alejados y solitarios
Padre lleno de amor y compasión, te doy gracias por cada una de las personas que integran mi hogar y por toda mi familia que se encuentra dispersa en otros lugares y que no pudieron reunirse con nosotros en este momento.
Sabemos Señor, que hay muchas personas hoy que se sienten solos y vacíos. Te pido por cada uno de ellos, para que bendición y tu gracia les traiga la paz durante ese tiempo de soledad.
Te pido por todos aquellos aun conociendo a Jesús se han querido valer sí mismos, se llenan de alegría, pero de una alegría momentánea, una alegría que no perdura y se distraen de sus momentos de soledad sólo por algunos breves instantes. Envuélvelos con tus brazos poderosos y hazles sentir el fuego ardiente de tu amor, que puedan descubrir que sólo en Ti está la felicidad y la alegría eterna.
También te pido por aquellos que se sienten solos y que no han aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador, y no quieren vivir acorde a sus mandatos. Que tu milagro de amor pueda, en esta Noche Buena, tocar ablandar sus duros corazones y revelarles el misterio de tu encarnación.
Habiéndote presentado y encomendado a todas estas personas, te damos toda la Gloria a Ti, Señor nuestro y te agradecemos por haber puesto en esta mesa la comida que vamos a comer, bendícelas y que no falte en ninguna mesa. Te amo y confío en tu poder sanador. Amén.
7.- Por los maravillosos regalos
Padre eterno, hemos compartido en familia un día maravilloso lleno de bendiciones, risas, largas conversaciones y de entrega de regalos. Te pido, Señor de mi vida, que antes de que el día termine, todas las personas que se encuentran celebrando tu nacimiento en esta casa, podamos entender y reconocer el mayor regalo de todos: tu amado Hijo Jesucristo.
Un auto nuevo sería un regalo impresionante, pero no nos llevará al Cielo. Una tarjeta de regalo de $1000 sería algo increíble, pero eso no nos comprará la entrada al Cielo.
Padre de bondad y de misericordia, haznos entender que Jesús es «el camino, la verdad y la vida.» (Juan 14,6) Te alabo y te doy gracias por el regalo del Niño Dios. Bendice en esta ocasión a mi familia y a los míos con la ternura y la pureza del Amor de Jesús. Bendice estos alimentos que en tu Nombre vamos a consumir.
Te amamos y te damos gracias por todos los milagros de amor que has hecho con cada uno de nosotros. En este momento, te ofrecemos el regalo de un corazón transformado y renovado en tu amor para que sea manso y humilde como el tuyo y que podamos donarnos y servir a los demás como Tú mismo lo has hecho con nosotros. Amén.