La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, según la Organización Mundial de la Salud.
Y cada vez más, niños de países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano, se ven afectados por la obesidad.
Pero no ha pasado desapercibido que la ciudad de Leeds, en el norte de Inglaterra, es la única de Reino Unido que parece seguir la tendencia contraria: en los últimos años, se han reducido los índices de obesidad en un 6,4%.
Un elemento clave en la estrategia que implementó la ciudad para atacar el problema de la obesidad fue centrarse en los niños de edad preescolar y darles clases a sus padres para enseñarles a animar a sus hijos a comer sano.
Pero no siempre es fácil para los padres entender cómo tocar el tema de la comida con sus niños. ¿Cuál es la mejor manera de hacerlo entonces?
1. Ofrece opciones
Tina Le ofrece talleres en Londres para padres similares a los que se hacen en Leeds.
Le dice que hacer participar a los niños en la decisión de qué comer desde una temprana edad, ofreciéndole para elegir entre dos alternativas saludables, puede ayudarlos a elegir alimentos sanos.
“Esto puede contribuir a minimizar el riesgo de rechazar por completo un alimento y los ayuda a sentirse en control“, dice.
“Cuando no les damos una opción, pueden pensar que no los escuchamos y sentirse un poco frustrados”.
2. Pequeños pasos
Anna Groom, nutricionista infantil, admite que no siempre es fácil cuando el niño es mañoso para la comida.
Groom sostiene que empezar con pequeños cambios puede reducir la presióna la hora de las comidas y evitar peleas.
“Es importante que tengan alguna comida que sabemos que les gusta, pero también podemos introducir algo nuevo en su plato en una cantidad muy pequeña“, dice.
A Belinda Mould este método le funcionó muy bien con su hija de 3 años, que antes solo comía salchichas y frijoles.
“Si le dábamos algo distinto lo tiraba al piso o lo ignoraba y no comía nada”, le explica Mould a la BBC.
Pero cuenta que después de darle con regularidad pequeñas cantidades de alimentos nuevos, su hija ahora come casi de todo.
“Yo le digo: ‘Come un bocado solo para probarlo y, si no te gusta, puedes comer otra cosa’”, cuenta Mould.
“Tienes que ser insistente”, añade. “Si lo rechazan, trata nuevamente otro día”.
3. Da el ejemplo
Tina Le dice que sentar un buen ejemplo para un niño en una edad temprana es clave.
“Si comes sano, es más probable que tu niño imite lo que tu haces”, explica.
Anna agrega que es importante que los padres no den opiniones negativas sobre los alimentos que no les gustan delante de sus niños, ya que eso puede influir en su actitud frente a la comida.
4. Premios
Ofrecer premios y felicitaciones por comer sano puede reforzar los buenos hábitos, dice Le.
Sin embargo, enfatiza, los premios no deben ser alimentos sino actividades como ir al parque, colorear un libro o colocar una pegatina en una cartulina que sigue el progreso del niño.
“Siempre decimos que hay que evitar el soborno“, enfatiza sin embargo la experta.
“No digas si comes esto te daré un chocolate o un helado, porque eso les hace sentir que la comida que queremos que coman vale menos que el premio”, explica.
5. Imagen corporal
Sobre todo para los niños más grandes, la comida y el peso pueden ser un tema delicado y la preocupación por cómo se ven puede contribuir a crear baja autoestima.
Un estudio reciente descubrió que la obesidad y la salud mental están íntimamente ligadas, y que los niños obesos son más proclives a sufrir problemas emocionales como ansiedad y depresión.
Le recomienda encarar las conversaciones sobre la comida de forma tal que no se asocie el hábito de comer sano a la apariencia física del niño.
“Aliéntalos a comer sano porque eso los hace sentir bien, más que por que los hace verse de cierta forma”, explica.
Anna concuerda con que el lenguaje es clave cuando se habla sobre el peso.
“Es importante que toda la familia haga cambios para que el niño no se sienta señalado”, dice.
“Decir cosas como ‘convirtámonos en una familia más sana‘ hace que el niño no se dé cuenta de que los padres están preocupados por su peso pero aún así mejora su dieta”.
Fuente: www.bbc.com