Un monumento ubicado en el redondel que distribuye el tráfico hacia Esmeraldas, Santo Domingo y el centro de Quinindé, que hasta hace menos de una década se conocía como el primer cantón palmicultor del Ecuador, queda como evidencia de la productividad que tuvo la zona. Hoy una plaga invade casi la totalidad de las áreas sembradas y la quiebra parece inminente.
Pero la pudrición del cogollo (PC), que acaba matando a la palma infectada, no solo está en este sector esmeraldeño, su presencia se reporta en once de las trece provincias donde se cultiva.
El monumento al palmicultor está a 100 km al suroeste de Esmeraldas, en Quinindé. Foto: Katherine Mendoza
Según el último censo palmero, realizado en 2017, de las 257.120,9 hectáreas (ha) cultivadas a nivel nacional, en el 57% (148.434 ha) se detectó la PC. El coordinador técnico de la Asociación Nacional de Cultivadores de Palma Aceitera (Ancupa), Rafael Chiriboga, sostiene que es complicado hacer una proyección para determinar la afectación actual porque al tratarse de un problema fitosanitario que se genera por la suma de factores climáticos y ambientales que no son controlables, su comportamiento es diferente en cada zona.
No obstante, habla de las áreas de mayor afectación: en la zona oriental, Sucumbíos y Orellana; en la zona occidental, la provincia de Esmeraldas, San Lorenzo y “principalmente el cantón Quinindé, donde cerca del 90% de los predios se encuentran con presencia de pudrición de cogollo y algunos ya tienen un nivel de incidencia sobre el 90%, causando grandes pérdidas en la producción”.
No es un tema que afecte solo a los palmicultores: hay desempleo, el comercio ha bajado significativamente, la industria también se ve disminuida. Según el alcalde de Quinindé, Carlos Barcia, al menos el 80% de las 23 extractoras de aceite rojo han cerrado o fueron absorbidas por las más grandes.
El desabastecimiento de la fruta es evidente en centros de acopio y extractoras. En el punto de recepción de Unipal S. A., continuo a la gasolinera del Sindicato de Choferes de Quinindé, en la vía a Esmeraldas, se recibían 900 toneladas métricas (TM) por semana entre el 2017 y 2018; en la actualidad no se compran más de 600, asegura Juliana Paredes mientras emite la factura a Santiago, un médico que se lamenta de haber dejado su trabajo en el hospital Metropolitano de Quito para dedicarse a la palma hace ya 20 años y hoy se dice quebrado.
Todo esto es un caldo de cultivo para la delincuencia, advierte en el sector de La Gorgona, de Malimpia, Marcelo Boezio. Durante dos décadas él cultivó 70 ha de palma y hace un año la PC, a la que compara con un cáncer de estómago, llegó a su tierra y acabó con todo. Despidió a tres de los cuatro empleados que tenía.
“Aquí la gente viene a pedir que le regalen verde (plátano) o lo que haya y uno les da, pero ¿qué va a pasar cuando se acabe? Cuando un hijo tiene hambre, la gente busca cómo darle de comer, es así”, reflexiona Boezio, quien confiesa que tiene una deuda por $ 40.000, pues había resembrado parte de la finca, considerando que la palma produce de 25 a 30 años y la suya tenía 24 años.
“Que vengan y se lleven la finca, no hay nada más que hacer. No es mala fe, son circunstancias (guarda silencio y sigue)… El Gobierno no ha hecho nada”, expresa y aclara que no solo se refiere al actual y que intentó sin éxito negociar con Banecuador.
Otra palmicultora de la zona, que prefiere mantener la reserva de su nombre, tenía 55 ha en producción. Tras la llegada de la PC a sus fincas despidió a tres de sus seis empleados y vendió 10 ha de tierra.
El 89% de quienes se dedican a esta actividad son pequeños y medianos palmicultores: el 52% tiene hasta 10 ha; el 19%, de 10 a 20 ha; y el 18%, de 20 a 50 ha, según datos de Ancupa.
La historia de la PC no necesita voces en Quinindé. Se cuenta sola en vías principales y de segundo orden que un equipo de EL UNIVERSO recorrió. Hay plantaciones abandonadas que conservan sus hojas, aunque secas y caídas, pero llenas de maleza; en otras ya solo se ven los troncos de las que alguna vez fueron productivas palmas aceiteras, las terceras han sido tumbadas y sus restos están en el suelo, verdaderos cementerios de palma como los bautizaron en el sector.
El precio promedio de la tonelada del fruto de la palma es de $ 110; el récord se alcanzó en el 2011: $ 240. Foto: Katherine Mendoza
Los letreros de ‘Se vende’ son otra evidencia de la crisis. Edwin Chica, quien presta asesoría productiva, cuenta que una hectárea pasó de costar $ 15.000 a $ 6.000 por la PC.
El año pasado en las zonas de Malimpia, comunidad 5 de Agosto, Cupa, Valle del Sade y cercanías de Quinindé, como La Tercera, La Cuarta, La Sexta y Golondrinas, se perdieron aproximadamente 15.000 ha de palma aceitera, dice Chiriboga. Este año se prevé que las pérdidas lleguen a 30.000 ha.
El censo de 2017 determinó que en Esmeraldas la PC amenazaba a 82.948 ha, que representan el 71% de su superficie. La enfermedad está en sus siete cantones, donde Quinindé representaba 66.427 ha, el 81% de su área con presencia de PC. Hoy no hay una hacienda de palma que la pudrición del cogollo haya perdonado en esta jurisdicción, afirman varios técnicos.
El alcalde fue palmicultor por 27 años. Llegó a tener en producción 240 ha y 21 trabajadores. Dice que se ha quedado con cuatro para cambiar de labor agrícola en sus tierras.
Barcia habla de una recesión económica. Los tributos que generaban las extractoras disminuyeron y la capacidad económica en la población que el próximo 3 de julio cumplirá 52 años de cantonización va en caída.
A dos cuadras del municipio de Quinindé Duval Olaya, propietario de una tienda de abastos instalada hace 17 años y con cuentas de hasta $ 660, relata que en su mayoría son trabajadores de fincas palmicultoras o de plantas extractoras que han cerrado y se encienden tres días a la semana, cuando se recopila la cantidad de fruta que amerita convocar al personal.
Barcia vaticina que en julio y agosto ya en Quinindé no habrá palma (producción), aunque aclara que todavía queda algo en la parroquia La Unión.
¿Quinindé dejó de ser el primer cantón palmicultor del Ecuador? Yo pienso que sí, sentencia. (I)
Esto consume usted de la palma
En las extractoras se obtiene aceite crudo o rojo que pasa a industrias para obtener:
Aceite comestible.
Margarinas, grasas vegetales,
Grasas especiales para panificadores y cobertura de pastelería,
Jabón de tocador, cosmética.
Detergentes.
Fuente: www.eluniverso.com