El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, visitó este lunes a su par venezolano, Nicolás Maduro, en Caracas. Más allá de las cortesías diplomáticas de rigor, el mandatario centroamericano llegó para intentar cobrar una deuda.
Martinelli viajó a la capital venezolana para hablar de la deuda de los importadores del país sudamericano con los empresarios de la zona franca de Colón. Los panameños la estiman en unos US$300 millones.
Venezuela fue en 2012 el principal cliente de la considerada la zona franca más grande de América, al mover un 20% de los US$15.000 millones que exportó.
El problema está en que los venezolanos no están pudiendo pagar. Sometidos a un estricto control de cambios, tienen dificultades a la hora de acceder a los dólares que legalmente sólo reparte el gobierno.
El presidente panameño, que llegó acompañado de una delegación de empresarios de la Zona Libre de Colón, se entrevistó con Maduro en el Palacio de Miraflores para tratar el asunto.
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"Comisión técnica"
Tras la reunión, ambos gobiernos firmaron un memorando de entendimiento para la creación de una comisión técnica bilateral que, según Maduro, buscará "ir estableciendo fluidez nueva en las relaciones comerciales y económicas".
El presidente Maduro, que habló de una "excelente reunión de trabajo" marcada por "la franqueza del presidente Martinelli", calificó a Panamá como "seguro proveedor del mercado venezolano".
"Queremos tener relaciones buenas, estrechas, dinámicas y permanentes", dijo Maduro.
Por su parte, Martinelli, que públicamente fue el único de los dos mandatarios que habló expresamente del asunto de la Zona Libre Colón, comentó que la creación de la comisión técnica está íntimamente relacionada con el hecho de que Venezuela es el principal mercado de la zona franca panameña.
"Zona Libre puede ser un factor muy importante de abastecimiento de toda clase de productos hacia Venezuela, no solamente por la cercanía sino por la capacidad de suplir al mercado venezolano como lo ha hecho durante muchos años", comentó el presidente panameño.
En la reunión, por parte venezolana, además del canciller, Elías Jaua, estuvieron el ministro de Finanzas, Nelson Merentes, y el presidente de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), Eudomar Tovar, funcionarios clave a la hora de dinamizar el acceso a divisas por parte de los venezolanos en el marco del sistema de control cambiario.
"No hay dólares"
El presidente de la Asociación de Usuarios de la Zona Libre de Colón, Surse Pierpoint, le explicó a BBC Mundo que los empresarios venezolanos justifican la falta de pagos por sus problemas a la hora de acceder a las divisas.
"Los empresarios venezolanos dicen que no hay dólares. Tienen un sistema muy rígido de control de cambios y tienen mucha dificultad para conseguir los dólares que están siendo priorizados a otros rubros y nos dejan a nosotros sin poder cobrar", cuenta Pierpoint.
El empresario panameño calcula la deuda en unos US$300 millones acumulados desde el año pasado, cuando empezaron los mayores problemas en la distribución de la divisa en Venezuela.
"Cuando va un presidente el tema se eleva al más alto nivel político. Lo que esperamos es que dada la relevancia de la visita, el gobierno venezolano tome conciencia del problema", agregó Pierpoint.
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Bolívar sobrevaluado
Los empresarios venezolanos sólo pueden pagar adquiriendo divisas a través de la agencia estatal Cadivi, que las reparte, según analistas, al sobrevaluado 6,3 bolívares por dólar.
El fuerte valor oficial del bolívar hace que los importadores venezolanos tengan una altísimo poder adquisitivo y comprar en el exterior resulte para muchos un mejor negocio que producir dentro, convirtiendo la economía venezolana en fundamentalmente importadora.
A lo largo de 2012, año muy marcado por las elecciones presidenciales que ganó el difunto Hugo Chávez en octubre, Venezuela importó por valor de US$77.000 millones.
"Mantener el tipo de cambio tan sobrevaluado fue una estrategia para hacer las importaciones baratas para que influyera en los bajos precios y la gente tuviera sensación de bienestar", opina el economista Henkel García, director de la firma Econométrica.
Según calcula Econométrica, hasta US$3.000 millones fueron financiados por empresas de fuera, bien trasnacionales o las de la zona franca panameña.
"Mandaban mercancía y decían 'no importa, me pagas después'", comenta García.
Cuello de botella
La clave está en que Cadivi primero autoriza las divisas y después las liquida. "En 2012 se autorizaron muchas más divisas de las que se estaban liquidando", afirma el analista.
Así se formó el cuello de botella que ahora afecta a los empresarios panameños con clientes en Venezuela con divisas autorizadas pero no liquidadas.
"El problema es que con el tipo tan sobrevaluado, la demanda va a ser brutal", cuenta García, que considera que las arcas públicas venezolanas carecen de capacidad para cubrir esa demanda al tipo oficial.
"La demanda supera los US$77.000 millones y no lo tenemos, tendremos un poco más de US$50.000 millones para importación de bienes y servicios", afirma.
"Aunque la escasez es relativa al tipo de cambio. A 17 bolívares por dólar no habría escasez de dólares", calcula el analista.
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Devaluación de facto
Para tratar de paliar la situación, el gobierno venezolano prepara un sistema paralelo para distribuir dólares entre ciudadanos y empresarios a través de un complejo sistema de subastas que dará precios diferenciados en función del sector.
La fórmula, conocida como Sistema Complementario de Administración de Divisas (SICAD), liquidará diariamente unos US$30 millones a entre 13 y 17 bolívares, según estimaciones de Econométrica.
"Es una herramienta para elevar el tipo de cambio promedio de la economía", afirma García, que considera esta especie de devaluación de facto la única manera que tiene el gobierno para satisfacer la demanda de divisas.
El cálculo de García es que en el SICAD dará cabida a alrededor del 20% de las importaciones y, en media con el 6,3 de la tasa Cadivi, el tipo promedio terminará en alrededor de 9.
"La entrega de dólares también sería más eficiente. Terminaríamos importando lo que realmente nos hace falta".