Un museo en China se vio forzado a cerrar sus puertas, después de que se descubriera que su colección de tesoros nacionales estaba lleno de falsificaciones de baja realea.
Medios estatales chinos dijeron el dueño había invertido cerca de US$90 millones en el museo, ubicado en Hengshui, en la provincia de Hebei, en el norte del país.
Las exhibiciones incluyen un jarrón supuestamente perteneciente a la dinastía Qing, pero decorado con personajes de las caricaturas modernas.
Fotografías publicadas por el sitio de la Radio Internacional China (CRI) mostraban el jarrón y sus adornos en verde brillante, incluidos una criatura que parece un calamar sonriente.
También había varios objetos supuestamente firmados por el Emperador Amarillo en el siglo XXVII a.C., que utilizaba caracteres simples introducidos en la escritura china hace menos de cien años, cuando el Partido Comunista tomó el poder.
El periódico Global Times dijo que, de acuerdo con vecinos, el dueño del museo -un oficial de alto rango del Partido Comunista llamado Wang Zongquan- tenía mala reputación por comprar cualquier cosa que le ofrecieran.
Los mismos vecinos fueron quienes denunciaron la farsa y lo acusaron de desperdiciar los recursos de la localidad en la construcción del museo.
Según Global Times, Wang y otros fundadores del museo fueron puestos bajo investigación.