Tras consolidarse como uno de los servicios más populares para escuchar música en internet, Spotify, con 20 millones de usuarios en todo el mundo, se está convirtiendo en el blanco de las críticas de varios músicos con carreras establecidas, que afirman que el modelo no ayuda a los nuevos artistas.
Cuando a finales de los años 90 Napster revolucionó el consumo de música en el mundo eran muchos los que creían que las descargas ilegales iban a acabar con la industria musical.
Después de luchar contra servicios que hacían posible la descarga gratuita de música en internet la industria se dio cuenta (tras el éxito de servicios como iTunes) de que el modelo digital podía ser viable.
Servicios de streaming como Spotify, Grooveshark o Pandora crecieron ofreciendo una tarifa plana o incluso gratuita y sobre la base de que el modelo había cambiado y que la gente ya no quería "tener" la música sino escucharla siempre que tuviese ganas.
Todo esto se vio apoyado por la caída de las ventas de música en soporte físico (excepto del vinilo, que parece estar viviendo una nueva edad dorada) y por el auge de las nuevas tecnologías, especialmente entre los jóvenes.
Pero tras el comienzo de la revolución digital, la caída de las ventas de los soportes físicos y la búsqueda incansable de nuevos modelos, muchos opinan que Spotify no ayuda a los nuevos artistas, que no consiguen una parte "justa" de las regalías.
Y si los artistas no se lo pueden permitir, ¿de dónde va a salir la música?
Controversia
La última controversia relacionada con el mundo de la música digital se produjo este lunes cuando Thom Yorke, conocido principalmente por ser el cantante del grupo británico Radiohead, decidió retirar de Spotify su disco como solista "The Eraser" y el disco de su grupo Atoms for peace "Amok".
A través de la red social Twitter el músico señaló que los nuevos artistas no reciben un pago justo por sus canciones. "Estamos haciendo esto por los demás músicos", afirmó Yorke en su cuenta después de que otro usuario de la red social le recriminase sus declaraciones por "interesadas".
Las declaraciones del músico inglés fueron acompañadas por las del productor Nigel Godrich, también miembro del grupo Atoms for peace, quien se despachó a gusto contra Spotify en Twitter.
"Alguien tiene que decir algo. Es malo para la nueva música", dijo Godrich, conocido productor que ha trabajado con artistas como Beck o Paul McCartney, además de Radiohead.
Godrich cree que los artistas no reciben lo suficiente por su trabajo, y que el modelo es una "ecuación que no funciona".
Según la página web de Spotify el servicio paga la mayor parte de sus ingresos (casi el 70%) a aquellos que tienen los derechos de la música, incluidos artistas, sellos discográficos y sociedades.
"En general, aun así, Spotify paga regalías en relación con la popularidad de un artista en el servicio. Por ejemplo, pagaremos aproximadamente un 2% de nuestras regalías a un artista que represente aproximadamente el 2% de la música que reproducen nuestros usuarios", señala la compañía en su web.
Pero el problema aquí parece ser, para Godrich, que los nuevos artistas no consiguen las reproducciones que necesitan para poder, por ejemplo, financiarse un disco.
¿El único modelo?
"Se trata de establecer un modelo que sea valioso. Mientras tanto los pequeños sellos y los nuevos artistas no pueden continuar. No está bien", señala Godrich en un tuit, y aboga por un debate en torno al modelo.
"Si se tiene un gran catálogo entonces es fácil obtener dinero. Pero para hacer nuevos discos hace falta dinero”, añade Godrich. La clave probablemente radica en si Spotify debe ser o no la principal forma de financiar nueva música.
Según Jim Fusilli, crítico de rock y pop del diario The Wall Street Journal, Spotify es más un vehículo de exposición que de financiación.
"Creo que Spotify, con la estructura actual, funciona mejor como un vehículo para exponer a las audiencias a nuevos artistas. Pero si los datos indican que los consumidores usan Spotify en vez de comprar música, entonces no está haciendo un buen servicio a los artistas, que son últimamente los responsables de que haya música", le dijo Fusilli a BBC Mundo.
La compañía sostiene en su web que en todos los países en los que están presentes la descarga legal de música se ha mantenido o incluso se ha incrementado, y no son pocos los fans que señalan que a veces usan Spotify para conocer a nuevos artistas y despúes, si les gusta lo que escuchan, compran el disco.
Pero Thom Yorke y Nigel Godrich no están solos en su cuestionamiento del modelo. El año pasado el grupo Grizzly Bear tuiteó "Spotify puede que sea bueno para la exposición pero después de unas 10.000 reproducciones te llevas aproximadamente US$ 10."
La meteórica carrera al estrellato de un gigante de la música
- Spotify nació en 2008 de la mano de Daniel Ek y Martin Lorentzon en Estocolmo, Suecia.
- Comenzó repartiendo suscripciones gratuitas y con un servicio de pago. En 2008 reportó pérdidas de US$ 4,4 millones.
- En 2009 cambió el modelo y empezó a ofrecer cuentas gratuitas en Reino Unido.
- En 2010 pagó casi US$ 60 millones en licencias y en 2011 reportó un millón de suscripciones de pago en Europa.
- A finales de 2013 la compañía habrá pagado US$ 1000 millones en licencias, y cuenta ya con 20 millones de usuarios, 5 millones de ellos de pago.
"Los artistas que rompen sus relaciones con Spotify señalan que la estructura de compensación no es justa", afirma Fusilli.
BBC Mundo intentó ponerse en contacto con Spotify en relación con las declaraciones de este lunes y sus responsables remitieron a un comunicado de prensa, en el que señalan que desean construir un servicio que apoye la inversión de nuevos talentos y nueva música.
"Estamos 100% comprometidos a convertir a Spotify en el servicios más amigable para con los artistas, y estamos en permanente contacto con managers y artistas para que nos ayuden a entender cómo construir sus carreras", se lee en el comunicado.
Reacciones
Parece que el modelo de Spotify ha acabado por funcionar para artistas consolidados que han acabado "rindiéndose" al streaming. Tras años de mostrar reticencias los responsables de la música de Pink Floyd aceptaron que gran parte del catálogo del grupo estuviese disponible, y también recientemente Metallica decidió poner disponible los 30 años de su discografía.
Y también parece haber funcionado para otros que no son tan famosos o están empezando, como los españoles Obsidian Kingdom, que pagan un precio asequible a servicios que se encargan de subir su música a los principales lugares de streaming, y quienes piensan que Spotify no es precisamente para obtener dinero.
"Nunca hemos entendido Spotify como una forma de monetizar nuestra música o una vía de negocio, sino como un canal extra de difusión y una herramienta para facilitar a nuestros oyentes el acceso a nuestros discos", dijo a BBC Mundo Isam Alegre, teclista de la banda
"En ese aspecto estamos muy contentos. Más que quejarnos del poco dinero que sacamos en regalías, lo que nos interesaría más es poder tener estadísticas de escuchas con segmentación demográfica, lo cual podría ayudarnos mucho de cara a plantear la comunicación de la banda", señala el músico.
Aun así las declaraciones de Yorke y compañía no han dejado indiferente a nadie, y las reacciones de fans y otros músicos han inundando la red.
El DJ británico Phil Meadly señaló en Twitter que "Hace falta que gente como esta hable en nombre de otros para que se le haga caso a esto. Entre bambalinas hay gente que opina y dice lo mismo."
Lo que parece estar claro es que a pesar de los nuevos modelos y los increíbles cambios que ha sufrido la industria en los últimos años todavía está por llegar el sistema que deje a todos contentos, artistas y consumidores.