Científicos británicos abrieron un ataúd de 1.600 años de antigüedad con el objetivo de conocer más sobre las costumbres de la época del Imperio Romano.
Por las pruebas que se habían realizado hasta ahora, se espera que se confirme que contiene los restos de un niño.
Hecho de plomo, el ataúd fue descubierto el mes pasado en Witherley, en el centro de Inglaterra.
Se espera que sirva para conocer más de los rituales funerarios, la ropa y enfermedades.