Lewis Hamilton está a un paso de formar parte de un grupo exclusivo en la historia de la Fórmula Uno de confirmarse su cuarto título mundial este fin de semana en el Gran Premio de México.
El británico se colocaría junto al alemán Michael Schumacher, el argentino Juan Manuel Fangio, el francés Alain Prost y el también alemán Sebastian Vettel como los únicos pilotos en ganar cuatro o más campeonatos del mundo.
Lo irónico es que su casi segura coronación se produzca justo en el Gran Premio de México, que se espera sea la mejor carrera del año para la escudería contra la que ha luchado todo el año por el título, Ferrari, y su principal piloto, Vettel.
La razón es que la particularidad y complejidad del Autódromo Hermanos Rodríguez lleva dando vueltas durante meses en la cabeza de los directores de la escudería Mercedes que son conscientes que el circuito de Ciudad de México es uno de los peores para las características de su auto.
Sergio Pérez, consentido de la afición local, buscará subir al podio este domingo.
De ahí el alivio de haber asegurado el título de constructores el fin de semana pasado en Estados Unidos.
A primera vista resulta extraño que un trazado con largas rectas y curvas lentas no favorezca a Mercedes dado el dominio de la escudería alemana en el pasado Gran Premio de Italia en un circuito de características similares como lo es Monza.
La diferencia no está en cómo es la pista, sino en el lugar en que se encuentra.
Hamilton está a un paso de conseguir su cuarto título del mundo de F1.
A nivel del mar, el de México sería un circuito predominantemente de poca carga aerodinámica, donde los monoplazas son configurados para resistir lo menos posible el viento y asegurar que alcancen su máxima velocidad en las rectas.
Pero como la ciudad está ubicada a 2.250 metros sobre el nivel del mar aparece el elemento del aire, que al ser más ligero reduce considerablemente los niveles de adherencia de los vehículos y la capacidad de carga aerodinámica que producen.
Las características del Autódromo Hermanos Rodríguez favorecen a Ferrari.
Es por eso que pese a las largas rectas los mecánicos preparan los vehículos con la mayor carga aerodinámica posible, pegándolos al asfalto, como lo hacen para circuitos como Mónaco y Hungría.
¿Qué equipo dominó esas carreras? Ferrari. ¿Qué equipo tuvo problemas? Mercedes.
Tarde
Ferrari afronta la carrera con el objetivo de causar el mayor daño posible a las aspiraciones de Hamilton, pero puede ser que ya sea demasiado tarde.
El piloto británico sólo tiene que llegar en quinto lugar para coronarse en el caso de que Vettel gane la prueba.
Si el alemán llega segundo le bastará el noveno puesto, mientras que no tendría ni que finalizar la carrera si Vettel llega tercero o por debajo de esa clasificación.
Pese a su impresionante ambiente, los pilotos consideran que no se trata de un circuito desafiante como lo fue en el pasado.
No es extraño entonces que el escenario donde seguramente se proclamará el campeón mundial de 2017 haya sido calificado por Vettel como un circuito “un poco así, así”.
La verdad es que se trata de una versión moderna del magnifico trazado que albergó la F1 entre 1986 y 1992, pero que ha cambiado su personalidad al eliminar varias de las características que lo hicieron famoso en el pasado.
El sector que más exigía a los pilotos fue transformado en una secuencia de curvas sin mayor riesgo y el circuito se desvía justo antes de la famosa curva Peraltada para entrar en una sección de baja velocidad a través de un estadio de béisbol.
La sección del estadio genera una atmósfera única en la F1.
Pero lo que carece de desafío para los pilotos lo compensa de gran manera el ambiente que genera, que ha convertido a México en el mejor Gran Premio del año las dos últimas temporadas.
Más de 300 mil personas asisten durante el fin de semana para apoyar al consentido local de la afición, Sergio Pérez, pero también para ver un espectáculo del que son fieles seguidores.
Eso no pasa desapercibido para los pilotos, que saben que en México vivirán una fiesta única en el calendario.
“En México tienes sombreros, muy buena música, hay una verdadera cultura”, comentó Hamilton.
“La gente ama el tequila. Todos los mexicanos que he conocido siempre estaban sonriendo, por lo que siempre se pasa muy bien”.
Los pilotos celebraron en el podio con el tradicional sombrero mexicano en lugar de la gorra que suele entregar la marca que suministra los neumáticos de la categoría.
“Hago un poco de mi entrenamiento de pretemporada en México, un lugar precioso. La ciudad es imponente, lo grande que es, la cantidad de personas que tiene. Entrar al estadio con sus inmensas tribunas que siempre están llenas, desde abajo hasta arriba”, resaltó el piloto que lidera el mundial.
Pero no sólo en el circuito se ve que se trata de un lugar especial; también por televisión.
Situado en una de las partes menos acomodadas de la ciudad, lo que se aprecia en las imágenes es el espectacular volcán Popocatépetl de fondo.
En ese sentido, la carrera, patrocinada por el gobierno mexicano, cumple su propósito: promocionar la imagen de México por todo el mundo.