“Los veganos me llaman asesina”: los granjeros que se sienten cada vez más amenazados por los defensores de los animales

“Los veganos me llaman asesina”: los granjeros que se sienten cada vez más amenazados por los defensores de los animales

El veganismo no deja de ganar adeptos y algunos de ellos se convierten además en activistas por los derechos de los animales. Y hay quien dice que con sus actos están llegando demasiado lejos…

“Cuando te llaman asesina y violadora, claramente se están sobrepasando los límites”, le cuenta a la BBC Alison Waugh, una granjera de la localidad inglesa de Northumberland, en el noreste del país.

Sostiene que ha recibido intimidaciones por su trabajo y que tanto ella como otros compañeros de profesión se sienten amenazados.

“Resulta irónico que las mismas personas que defienden la paz para los animales te digan ‘espero que tú y tu familia vayan al infierno por lo que haces”, cuenta en el programa matinal de Victoria Derbyshire, de la BBC.

“Cuando existen personas que atacan los mercados en los que se vende carne, que pintan las paredes de tu granja con grafitis, empiezas a preguntarte si tus vacas estarán seguras por la noche”.

Alison Waugh asegura que ha llegado a recibir amenazas de muerte por su profesión.
Activismo
Un grupo que promueve la conversión al veganismo a nivel global es Save Movement. Y sus miembros aseguran rechazar el uso de la violencia en sus campañas, centradas sobre todo en compartir imágenes en redes sociales sobre el maltrato animal.

Es lo que hace Joey Carbstron, quien se ha convertido en una especie de estrella en Instagram por mostrar lo que la industria alimentaria hace con algunos animales para convertirlos en comida.

“Hoy en día tenemos tecnología, como los iPhone, que te permite dar a conocer las caras de las personas que perpetúan el maltrato animal y le podemos decir al consumidor ‘de aquí es de donde viene tu comida’”, asegura.

Joey filmó un video que fue visto por más de 17.000 personas.
No es extraño ver a activistas en los departamentos de carne del supermercado sosteniendo carteles y pancartas o recreando los ruidos que se escuchan en un matadero.

También hay casos de asaltos a centros en los que se sacrifican los animales que sirven luego de alimentos y a granjas.

Conflictos
La Sociedad Vegana de Reino Unido, la organización más antigua de este tipo en el mundo, describe el veganismo como “el estilo de vida que más rápido crece”. Según la entidad, el 2017 la demanda de estos productos se multiplicó por diez en comparación con el año anterior.

A su vez, la Asociación Porcina de Reino Unido denuncia que algunos de sus socios “no pueden dormir” porque hay activistas de grupos como Save Movement que entran en las granjas y en los mataderos por la noche.

Y la Asociación de Proveedores Independientes de Carne del país se ha reunido incluso con miembros del Centro Nacional de Operaciones contra el Terrorismo de la Policía para discutir cómo responder a este tipo de acciones.

Este mismo mes la compañía de tranvías de la ciudad de Yarra, en Australia, retiró de sus vehículos una campaña a favor del veganismo que contenía imágenes provocadoras, argumentando que iban “en contra de su política de empresa”. Los anuncios buscaban provocar el máximo impacto durante el Open de Australia de tenis.

Algunos activistas en defensa de los derechos de los animales llevan a cabo campañas muy llamativas como esta, en la que un miembro de un grupo animalista simuló ser un producto cárnico envasado.
Alison Waugh no admite que le digan que explota y maltrata a sus animales. “Resulta chocante cuando le pones tanto cariño y sientes tanto orgullo por lo que haces”.

“Creo que no entienden que hay diferencias entre los animales de compañía y aquellos que utilizamos para alimentarnos”.

“Sociedad enferma”
Para el activista Joey Carbstron, sin embargo, la sociedad no se preocupa lo suficiente por los animales.

“No puede ser que queramos los queramos pero luego comamos su carne o paguemos para llevarlos a un matadero”, afirma.

“Los trabajadores de estos lugares son el producto de una sociedad enferma que quiere que consumamos carne animal”.

Los animalistas rechazan el sufrimiento animal provocado por los humanos.
Carbstron rechaza ser un extremista, pero dice que la gente tiene que entender el sufrimiento por el que pasan los animales.

“Si fueran perros, la gente nos ayudaría. Asaltarían granjas y mataderos con nosotros”.

La visión de los granjeros y campesinos es bien distinta, según Alison Waugh.

“Es un ataque a la industria y a personas como yo y mi familia. Siempre existirá el consumo animal y yo seguiré luchando por este oficio tanto como pueda”.

Radio Roja

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