El británico Mark Wood tiene un oficio poco frecuente: es explorador. Así lo dice en su tarjeta de negocios.
Pero además tiene otra particularidad: durante sus expediciones, Wood conecta las escuelas más remotas que se encuentra en su camino con otros establecimientos en el resto del mundo, a través de videoconferencias.
Los alumnos tienen la oportunidad de seguirlo en sus viajes, pero también de conocer a estudiantes de otros países con los que, tal vez, tengan mucho en común.
A los 46 años, ha estado en los lugares más remotos y desconocidos.
En su última expedición, Wood visitó en solitario los dos polos del planeta. En el camino, grabó todas las semanas varios mensajes en formato podcast que permitieron a medios y curiosos conocer el progreso casi diario de su viaje y las insólitas situaciones con las que se encontraba en tan duro clima.
Esta vez dio un paso más en la misma dirección y ha establecido un programa de seguimiento con escuelas de diez países, en colaboración con Skype, al tiempo que conecta los establecimientos de los pueblos adonde llega en su viaje con otros lugares del planeta.
Además, planea llevar a cabo por primera vez una videoconferencia a través de Skype desde el punto más alto de la Tierra: la cima del monte Everest.
Las escuelas
Wood tiene dos objetivos en sus periplos: explorar y llevar al mundo lo que ven sus ojos. Para cumplir esta última meta, utiliza todos los formatos que están a su alcance: desde fotografías y vídeos hasta grabaciones de voz y entradas de blog.
Sin embargo, cree que lo mejor es que las personas vean, descubran y juzguen por sí mismas.
Hasta esta semana, Wood ha conectado a escuelas de todo el mundo, lo que llama "exploración de sillón", puesto que todos aquellos que participan llegan a conocer a estudiantes y lugares al otro lado de la pantalla sin moverse de su asiento.
La idea ha tenido gran acogida. "¡Qué increíble experiencia la de hoy! La conexión fue perfecta y los estudiantes supieron comunicarse perfectamente. ¡Gracias Mark!", escribía el martes en un blog una profesora del Colegio Internacional Yokohama, en Japón.
La educación que acerca Wood a los alumnos que visita o con los que se conecta consiste en llevar la exploración moderna a las aulas, para crear conciencia entre los alumnos de la necesidad de conservar el planeta y despertar su fascinación por lo desconocido.
"Hago esto para animar a los estudiantes a pensar de manera diferente acerca de sus propias vidas y a que encuentren algo que les inspire de verdad", le dice Wood a BBC Mundo.
En una de sus visitas a Nepal, tras sus expediciones al Polo Sur y al Polo Norte, el explorador británico cuenta que los niños no lo podían creer cuando vieron los osos polares o el océano congelado.
Conciencia ambiental
Otro de los proyectos que forman parte de las expediciones de Mark Wood es mejorar la conciencia ambiental de los estudiantes de Reino Unido.
Acompañado por expertos y estudiantes de la Universidad de Coventry, visita escuelas británicas para instruir a los niños "en lo importante que es conservar nuestro entorno".
Para él, lo principal en sus expediciones y en sus conversaciones con los alumnos es predicar con el ejemplo o, como él lo llama, "tomar una responsabilidad personal para proteger el medio ambiente en lugar de esperar a que otros -los gobiernos- cumplan con la tarea".
Pero esto forma parte de la vuelta de cada travesía. Y, aunque compartir la experiencia y acercar los rincones del planeta a los estudiantes es de lo más emocionante, Wood admite que es lo desconocido lo que más le atrae y lo que echa de menos cuando llega a su ciudad natal de Coventry.
"Me encanta volver a casa, pero no puedo esperar a irme de nuevo… Sin embargo, creo que debería disfrutar de cada día, ser feliz esté donde esté; es lo que he aprendido de toda la gente con la que me he encontrado en el camino".
Aunque como todas las personas, los niños en Nepal quedan fascinados ante lo desconocido, asegura que "hay que dejar atrás el ego".
"No están interesados en cuántas expediciones has hecho o cuáles son tus logros. Quieren saber qué hay en el mundo que los rodea y qué desconocen", confía Wood.
La tecnología, sin embargo, sigue siendo un reto para las escuelas de más difícil acceso, donde aún no forma parte de su día a día.
Pese a que hasta algunos establecimientos han llegado voluntarios de todas partes, es muy costoso que los profesores nepalíes, que enseñan durante todo el año a sus estudiantes, viajen a Katmandú o a alguna otra gran ciudad a formarse en nuevas tecnologías.
"Hicimos varios proyectos en la zona del Himalaya. Trajimos ordenadores y construimos un Internet Café para que los turistas pudieran conectarse a la red, como nos dijeron que necesitaban. Aunque el dinero generado iba a parar a la escuela, no llegaron a utilizar todo el material hasta que trajimos profesores que les enseñaron a utilizarlo".
Las computadoras se guardan bajo llave después de cada uso y esto, a veces, no permite que se normalice su utilización, cuenta Mark. Pero asegura que muchos han hecho progresos y ahora están conectados por Facebook y Skype con otras escuelas.
La tecnología
¿Cómo conectamos con el mundo desde lo alto del Everest? ¿Acaso se puede?
La tecnología que permite este tipo de conexión es aspirante a convertirse en una herramienta de uso diario para exploradores que acudan a los rincones más remotos del planeta.
Wood utilizará una unidad de BGAN (siglas en inglés de Banda Ancha de Red de Área Global), que atraerá satélites para crear una red wifi a la que conectar su dispositivo móvil (un celular o una tableta). Entonces, y sólo si se produce la "magia" de la tecnología, conseguirá hacer la primera videoconferencia via Skype desde el punto más alto de la Tierra.
"Aunque es nueva para mí, esta técnica ya ha sido probada para uso militar y tengo confianza en que funcionará", asegura Wood.
Para probar el sistema, Wood se contactó con BBC Mundo por videoconferencia desde Namche Bazaar, una pequeña aldea entre las nubes en Nepal, a unos 3.450 metros de altura, que es considerada la puerta del Himalaya. Aunque se produjo alguna interrupción, la conexión permitió una conversación.
"Tengo ganas de empezar la escalada pero aún falta una semana hasta que nos reunamos todos los del grupo. Ahora estoy disfrutando de las conexiones que hago en el camino con los estudiantes. Además, todavía tengo que entrenar mucho antes de la escalada y ponerme en forma", dijo Mark durante el ensayo.
El explorador británico acaba de iniciar su camino hacia la cima y se espera que, a su llegada, se contacte en lo que será una conexión grabada desde la oficina de Skype en California, Estados Unidos.