El ADN secuenciado a partir de unos 40 esqueletos antiguos ha arrojado luz sobre los complejos acontecimientos prehistóricos que dieron forma a las poblaciones europeas modernas.
Un estudio de restos procedentes de Europa central sugiere que los fundamentos de la reserva genética moderna se establecieron entre 4.000 y 2.000 antes de Cristo, en el Neolítico.
Estos cambios fueron probablemente provocados por el rápido crecimiento y los movimientos de algunas poblaciones.
El trabajo de el equipo internacional detrás de la investigación ha sido publicado en la revista Nature Communications.
Décadas de estudio de los patrones de ADN de los europeos modernos sugieren que dos importantes eventos en la prehistoria afectaron significativamente el paisaje genético del continente: su poblamiento inicial por cazadores-recolectores en el Paleolítico (hace 35.000 años) y una oleada migratoria de agricultores del Cercano Oriente hace unos 6.000 (en el Neolítico Inicial).
Pero la medida en que las personas de hoy en día son descendientes de cazadores indígenas o de recién llegados que arribaron en el Neolítico ha sido motivo de debate.
Árbol genealógico
El análisis de ADN sobre esqueletos en Europa central y del norte parece demostrar que el legado genético de los cazadores-recolectores fue casi borrado del todo por las migraciones posteriores, incluyendo los pioneros agricultores neolíticos, aunque también posiblemente por las oleadas posteriores de personas.
Aún así, otros advierten que se necesitan más muestras y sugieren que esta imagen podría no ser cierta para todas las regiones del continente.
El estudio revela que eventos ocurridos tiempo después de la migración inicial de los agricultores en Europa, efectivamente, tuvieron un gran impacto en la reserva genética moderna.
En el estudio, un equipo internacional de investigadores se centró en el ADN mitocondrial (mtDNA), la información en las "baterías" de la célula. Este tipo de ADN se transmite, casi inalterado de una madre a sus hijos.
Estudiando las mutaciones, o cambios, en las secuencias de mtDNA, los investigadores pueden sondear las historias maternas de diferentes poblaciones humanas. Esto les ha permitido construir un "árbol genealógico" de la ascendencia materna y agrupar diferentes linajes de ADN mitocondrial en conjunto sobre la base de mutaciones compartidas
Haplogrupo
En el último artículo, los autores optaron por centrarse en una de estas agrupaciones conocidas como haplogrupo H.
El haplogrupo H domina la variación de mtDNA en Europa. En la actualidad, más del 40% de los europeos pertenece a este "clan" genético, con mayores frecuencias en el oeste del continente que en el este.
El equipo seleccionó 39 esqueletos humanos de la región Mitelelbe Saale en Alemania, todos los cuales pertenecían al clan "H". Esta zona cuenta con una muy bien preservada colección de esqueletos humanos, todos los cuales forman un registro continuo de la vida a través de diferentes culturas arqueológicas desde el Paleolítico.
Los esqueletos investigados abarcan 3.500 años de la prehistoria europea, desde el Neolítico Inicial hasta la Edad del Bronce.
Al secuenciar los genomas mitocondriales de estos 39 esqueletos se revelaron cambios dinámicos en los patrones de ADN a través del tiempo. El equipo halló que las firmas genéticas de las personas a principios del Neolítico Temprano eran raras o están ausentes en las poblaciones modernas.
Y sólo el 19% de los esqueletos de Europa central correspondientes al Neolítico Inicial perteneció a este clan genético.
Pero, desde el Neolítico Medio en adelante, los patrones de ADN se parecían más a los de las personas que actualmente viven en la zona, lo que apunta a un importante -y previamente desconocido- evento de cambio en la población alrededor de 4.000 aC.
El profesor Alan Cooper, de la Universidad de Adelaide en Australia y coautor del estudio, dijo: "Lo que es interesante es que los marcadores genéticos de esta primera cultura paneuropea, que fue claramente exitosa, fueron repentinamente reemplazados hace unos 4.500 años, y no sabemos la razón".
"Algo importante sucedió, y el objetivo está ahora en saber qué fue".
El crecimiento demográfico y las migraciones de Europa occidental podrían haber aumentar la frecuencia de personas que llevan haplogrupo H.
Ola migrante
Una significativa contribución parece haber ocurrido en el Neolítico Final, por las poblaciones vinculadas a la cultura arqueológica conocida como de Vaso Campaniforme. Los subtipos del haplogrupo H, que son comunes hoy en día, aparecen por primera vez con la gente de esta culltura y el porcentaje total de personas pertenecientes al clan H salta bruscamente en ese momento.
Los orígenes de la población campaniforme son objeto de mucho debate. Pese a haber sido excavados de la región Mittelelbe Saale de Alemania, los individuos campaniforme en este estudio mostraron similitudes genéticas con gente de la España y Portugal actual.
Otros restos pertenecientes a la cutlrua del Neolítico Final Unetice (se desarrolló entre los ríos Rin y Dnieper, y desde el Mar Báltico hasta el Bajo Danubio) dan fe de los vínculos con las poblaciones más hacia el este.
"Hemos establecido que las bases genéticas de la Europa moderna sólo se establecieron en el Neolítico Medio, después de esta gran transición genética hace unos 4.000 años", dijo el doctor Wolfgang Haak, coautor del estudio.
"La diversidad genética fue luego modificada además por una serie de culturas entrantes y otras en expansión, de Iberia y de Europa Oriental durante el Neolítico Final."
El doctor Spencer Wells, director del Proyecto Genográfico, que está detrás del estudio, comentó: "Los estudios como éste, sobre esqueletos antiguos, sirven como un complemento valioso para el trabajo que estamos haciendo con las poblaciones modernas en el Proyecto Genográfico".
"Aunque el ADN de las personas de hoy en día puede revelar el resultado final de los antiguos movimientos de sus antepasados, si queremos entender realmente la dinámica de cómo fueron creados los patrones genéticos modernos, también necesitamos estudiar material antiguo".