La ilusión de Renato Tapia en el “desconocido mundo” que le espera a Perú en el Mundial de Rusia 2018

La ilusión de Renato Tapia en el “desconocido mundo” que le espera a Perú en el Mundial de Rusia 2018

Si hay una escena que muestra por qué Perú está de vuelta en un Mundial de fútbol después de 36 años fue la que se vivió en los segundos siguientes al gol que certificó su clasificación a Rusia 2018.

En ella hubo una mezcla perfecta de pasión y razón.

Primero con la explosión de júbilo que se vivió cuando el defensor Christian Ramos reventó la red de la portería de Nueva Zelanda con un disparo que retumbó en cada rincón del país.

Y segundo con el obsesionado orden táctico que el seleccionador argentino Ricardo Gareca exigió en ese momento a sus dirigidos pese a la clara ventaja en el marcador.

El gol de Ramos destapó la fiesta en las gradas, una en la que Tapia tuvo que esperar para participar.
Y el principal afectado fue el mediocampista Renato Tapia.

“Normalmente tenemos la regla que si un defensor se encuentra en un tiro de esquina, como ocurrió en esa situación, puede ir a celebrar si se consigue uno el gol”, recordó el futbolista del Feyenoord holandés en entrevista con el periodista Mani Djazmi, del programa BBC World Football.

“Pero yo no pude porque el entrenador me gritaba que volviera, que regresara a mi posición, y lo tuve que hacer. Es por eso que no aparezco en las fotos”, rió Tapia.

Las celebraciones se extendieron durante toda la noche.
Fue ese pequeño sacrificio que hizo cada uno de los hombres que participaron en el largo proceso de las eliminatorias sudamericanas a Rusia lo que terminó siendo clave en la histórica clasificación.

“No lo podíamos creer”, contó Tapia.

“Buscamos estar con nuestras familias primero, tratar de estar con los más cercanos y mantener la calma”, dijo en claro contraste con la euforia que se desató por todo el país.

“Pero en Lima, que es un ciudad que habitualmente sufre del tránsito, al día siguiente no había nadie en la calles. Todos estaban durmiendo”.

Otra generación
Tapia tenía tan sólo tres años cuando Perú estuvo a un paso de clasificar al Mundial de Francia en 1998, pero no pudo al perder el último boleto de la región sudamericana frente a Chile por diferencia de gol.

Tapia anotó uno de los goles en la victoria de Perú sobre Islandia el pasado mes de marzo.
Ya a esa altura lo único que se escuchaba eran los cuentos de una generación de jugadores que había guiado al país hasta la cima del fútbol sudamericano y fue protagonista en los mundiales.

Faltaban referentes en tiempo presente, historias del siglo XXI.

De allí que el gran ídolo de infancia de Tapia no fue ningún futbolista profesional.

“Mi papá era un loco por el fútbol, aunque mi madre no quería que jugará por lo de las lesiones. Cuando tenía nueve años acompañaba a mi padre a todos sus partidos, él jugaba a nivel aficionado, y lo veía jugar, ver cómo lo disfrutaba y la gente gritando”, habló Tapia sobre su inspiración.

“Quería hacer lo mismo, que me reconocieran, así como le pasaba a mi papá, a quien todos conocían. Que me reconocieran no sólo como futbolista sino como persona”.

Pese a su edad, sólo 22 años, Tapia se ha convertido en un miembro con un rol especial en el seleccionado peruano y no sólo en la cancha: ser el administrador del grupo WhatsApp.

“Todo el mundo está mandando mensajes todo el tiempo. Incluso cuando te vas a dormir escuchas sonar el teléfono, pero eso muestra lo bien que nos sentimos como grupo, el buen ambiente que hay”.

Mundo desconocido
Tras lograr el objetivo de estar en Rusia el mediocampista defensivo de Perú reconoce que hay un alto grado de incertidumbre de cómo será la aventura mundialista.

“Será muy emocionante, pero no sabemos exactamente cómo va a ser porque no hemos estado en una”, admitió.

Pese a ser uno de los más jóvenes en el equipo, Tapia cumple un importante papel en el seleccionado peruano, tanto dentro como fuera e la cancha.
“Va a ser como salir de un pueblo para llegar a una gran ciudad. No sólo en términos futbolísticos, también en cuanto a la organización, la concentración, estar juntos un mes en Europa. Algunos de los chicos nunca han estado en Europa”.

Razón de sobra para sentir nervios por el debut contra Dinamarca el próximo 16 de junio, pero no para dejar de ilusionarse de lo que pueden hacer en el grupo C que completan Francia y Australia.

“En realidad será tocar el balón después del pitazo inicial y ver que todos tratarán de ganarnos como nosotros a ellos”, comentó.

“Pero imagino muchas cosas, no sólo jugar, también anotar un gol, muchos sueños que he tenido desde que era un niño”, en especial no quedar por fuera de la celebraciones en Rusia

Radio Roja

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