Shinichi Sakamoto tiene 57 años y trabaja para Shimizu, una de las compañías de construcción más grandes de Japón.
Es parte de una fuerza laboral que envejece.
“Las estadísticas muestran que un tercio de los trabajadores (de la construcción en Japón) tiene más de 54 años y está considerando retirarse pronto”, dice Sakamoto, jefe adjunto de Tecnología de Producción de Shimizu.
Estos empleados no están siendo reemplazados por otros más jóvenes. “El número de trabajadores menores de 30 años está justo por encima del 10%”, detalla.
En septiembre, la firma de Sakamoto adquirió un nuevo y prometedor trabajador: un robot.
Japón enfrenta una escasez nacional de trabajadores de construcción, dice Shinichi Sakamoto, de Shimizu.
El Robo-Carrier trabaja actualmente en la construcción de un edificio en Osaka, transportando placas pesadas de yeso todas las noches.
Pero esta máquina no es la única colega de Sakamoto.
Autónomos
El Robo-Welder suelda columnas de acero, mientras que Robo-Buddy inserta pernos de suspensión e instala tablones de techo.
Los robots que colaboran entre sí pueden realizar distintas partes de un trabajo al mismo tiempo.
Los robots operan de forma autónoma y cumplen funciones que un supervisor les asigna desde una tablet.
El Robo-Carrier puede evadir obstáculos y el Robo-Welder usa un láser para determinar los contornos del objeto que está soldando.
“Debe haber más y más robots en las construcciones”, dice Sakamoto. “La escasez de mano de obra es un problema a nivel nacional”.
El número de trabajadores de construcción de Japón caerá a 2,2 millones para 2025 (de 3,4 millones en 2014), según la constructora Shimizu.
Mercado creciente
En otros países, el negocio de la construcción también recurre cada vez más a los robots.
A nivel mundial, el mercado de robots de la construcción movió US$200 millones en 2017 y en 2025 se espera que esta cantidad aumente a US$420 millones, según la consultora QY Research.
Se espera que el mercado para los robots constructores mueva US$420 millones para 2025.
En Estados Unidos, los trabajadores de construcción también están envejeciendo. La edad promedio es actualmente de 43 años, dice Jeremy Searock, cofundador de la fábrica de robots Advanced Construction Robotics.
Hace una década, la edad media era de unos 35.
El 80% de los contratistas de EE.UU. dicen tener problemas para ocupar las vacantes de trabajadores calificados, según una encuesta realizada en agosto.
El promedio de edad de los trabajadores de la construcción en EE.UU. es de 43 años, casi 10 años más de lo que era hace una década.
Hay una “tendencia clara”, dice Searock. “Las generaciones más jóvenes no están entrando en los campos de la construcción”.
Esta es la razón por la que Shimizu ha invertido US$179 millones desde 2015 para desarrollar robots de construcción, dice el portavoz Hideo Imamura. Sus robots reducen las necesidades de mano de obra para una tarea determinada entre un 70% y un 80%, afirma.
En EE.UU., casi la mitad de los trabajos de construcción podrían ser reemplazados por robots para 2057, según investigadores de la Universidad de Illinois y el Instituto de Política Económica del Medio Oeste.
Además de ser incansables, los robots pueden realizar los trabajos más duros y peligrosos en una obra de construcción, dice Sakamoto, lo que podría prevenir lesiones y muertes.
TyBot acelera el proceso de reforzar barras de acero en estructuras de concreto.
En el futuro, las redes móviles 5G mejorarán la conectividad y facilitarán la cooperación de múltiples robots.
Muchos robots pequeños podrán realizar diferentes partes de una misma tarea.
Un ejemplo son los robots de impresión 3D que está desarrollando la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur, que pueden imprimir concreto siguiendo un mapa de una computadora.
Una ventaja de los robots de construcción es que pueden trabajar toda la noche.
Actualmente, Shimizu controla sus robots con redes 4G móvil y con internet inalámbrico, lo que significa que cuando trabajan en edificios de más de 200 m de altura, deben extender el alcance de la red inalámbrica mediante repetidores de la señal.
La 5G acabará con este inconveniente, dice la firma.
Trabajos difíciles
Una de las partes más difíciles de construir puentes es unir las barras de acero de refuerzo que agregan resistencia al concreto.
Puede haber cientos de miles o incluso millones de intersecciones para acoplar.
Así que en 2017, Advanced Construction Robotics desarrolló un robot, el TyBot, para hacer este trabajo en el puente Freedom Road en Pensilvania.
Empalmó 24.000 intersecciones de barras de refuerzo a una velocidad de 5,5 segundos cada una.
Este robot puede poner 380 ladrillos por hora, una cantidad seis veces mayor que un albañil humano.
Mientras tanto, el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Tokio ha construido un prototipo de robot, llamado HRP-5P, para instalar particiones de yeso.
Construction Robotics, de Nueva York, construyó recientemente un albañil semiautomático que colocó 250.000 ladrillos en un edificio de Virginia.
Según sus creadores, coloca 380 ladrillos por hora, marca que lo hace seis veces más rápido que un albañil humano.
El robot MULE, en EE.UU., está diseñado para levantar materiales de hasta 60 kg.
Ante la escasez de mano de obra, las primeras empresas de construcción que usen robots efectivos tendrán una ventaja significativa, sostiene Will Hughes, profesor de Economía y Administración de la Construcción en la Universidad de Reading, Reino Unido.
Así que no te preocupes si en pocos años abres la puerta de tu vivienda y ves a un robot.
Puede estar ahí para transformar tu apartamento.
Fuente: www.bbc.com