Los 32 grados centígrados rebotan en el cemento y hacen todavía más difícil transitar la ruta.
Desde el centro de Cúcuta, en el noreste de Colombia, no demoras más de media hora en llegar al puente binacional Tientidas, que tendría que unir a Colombia con Venezuela.
La construcción está prácticamente lista y no le falta nada para convertirse en un importante paso migratorio entre los dos países.
Sin embargo, pese a la millonaria inversión hecha por ambos gobiernos, desde hace más de tres años que Tienditas no ha sido inaugurado ni puesto en funcionamiento.
Y además, ahora, se ha convertido en el límite que divide a Venezuela de las donaciones que Estados Unidos pretende hacer llegar a ese país a título de “ayuda humanitaria”.
Cerrado
Paul tiene 35 años, le gusta jugar fútbol y dice ser muy hábil para reparar electrodomésticos.
Lo primero no le genera ningún ingreso, pero lo segundo lo ayuda a sobrevivir y ayudar a su familia.
Durante casi todo el año pasado transitaba entre Cúcuta y San Antonio de Táchira (Venezuela), hasta que en noviembre decidió establecerse en la ciudad fronteriza colombiana porque “ya nada tenía que hacer” en su país.
Con un colorido cartel que dice “Que la ayuda humanitaria no se detenga”, el jueves 7 de febrero, Paul celebró la llegada de los primeros camiones cargados de alimento y medicinas hasta el centro de acopio del puente Tienditas.
“No saben todo lo que necesitamos. Todos esos productos tienen que llegar a Venezuela“, asegura Paul.
A no más de unos metros está la frontera de su país, pero el paso es imposible.
No solo el calor vuelve difícil el tránsito. Tanto autoridades colombianas como venezolanas tienen custodiado el puente y avanzar es imposible para un civil.
En el acceso desde Cúcuta existen barreras metálicas que fueron instaladas por la policía y la oficina de migración del país.
En el lado venezolano, muy cerca de la ciudad de Ureña, están dos contenedores y un camión cisterna que cierran el paso.
Tienditas
Tienditas en realidad son tres puentes, dos plataformas de tres carriles cada una para vehículos y un paso para peatones y bicicletas.
El complejo binacional tuvo un costo aproximado de US$32 millones y fue financiado a partes iguales por los dos países
Se esperaba que en 2016 abriera sus puertas, pero las autoridades de Colombia y Venezuela no llegaron a ponerse de acuerdo.
Ambos países se acusan de impedir la apertura de Tienditas.
Mientras la Dirección de Desarrollo e Integración Fronteriza de Colombia señala falta de acuerdos, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente venezolana, Diosdado Cabello, acusa al país vecino de “no colaborar” para abrir el paso.
“Ese puente lo construyó Venezuela solita”, afirmó el líder chavista hace una semana.
Colombia y Venezuela
Frente a centenares de cajas de cereal, bolsas de fideo y paquetes de harina para preparar arepas, el embajador estadounidense Kevin Whitaker aseguró que Colombia es el país que “más apoyo” brinda a los venezolanos.
El experimentado diplomático estadounidense hizo esa aseveración frente a Tienditas, el pasado viernes cuando se inauguró el primer centro de acopio de donaciones.
Ante las varias preguntas de los varios periodistas presentes, Whitaker soltó un dato más: la “ayuda humanitaria” se concentrará en las puertas de Venezuela desde tres países.
El gobierno de Colombia, junto a Brasil, Canadá y Perú, fue uno de los primeros en darle su reconocimiento a Juan Guaidó cuando se proclamó presidente de Venezuela.
Desde entonces ofreció apoyo logístico e infraestructura para que donaciones de la comunidad internacional puedan ingresar a Venezuela.
Por ello fue que un enorme inmueble frente a Tienditas fue convertido en el primer centro de acopio y hay camiones listos para avanzar si se dan las condiciones.
Larga historia
Colombia y Venezuela tienen una historia tan larga como los más de 200 años que existen sus repúblicas.
Durante las últimas cuatro décadas, la tendencia migratoria marcaba la ruta desde territorio colombiano hacia suelo venezolano.
Sin embargo, los años de la “Venezuela Saudita” pasaron hace mucho tiempoy ahora los pasos fronterizos muestran una contrarruta que antes pocos habrían imaginado.
Desde la llegada del chavismo al poder, fueron más los desencuentros que los acuerdos entre los dos países.
Pese a ello, en 2013 llegaron a ponerse de acuerdo para la construcción del paso binacional Tienditas, que sería uno más porque desde la década del 60 que el emblemático puente Simón Bolívar une a los dos países.
Según cifras oficiales, más de 70.000 personas cruzan ese paso, la mayoría de ida y vuelta, todos los días.
Hoy Colombia y Venezuela coexisten lanzándose acusaciones mutuas.
Mientras Bogotá asegura que el país vecino acoge a guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Caracas responde asegurando que al otro lado de la frontera se organiza un complot para derrocar al gobierno bolivariano e incluso (llegaron a decir) asesinar a Nicolás Maduro.
Javier Quijano trabaja como taxista, pero durante los fines de semana es miembro del conjunto musical “La furia parrandera“.
Por su trabajo vio al puente Tienditas “desde la primera piedra” e imaginaba que transitaría por ese paso varias veces al día.
Tiene familia en ambos lados de la frontera, pero las enormes disputas que tienen ambos países hacen difícil que pueda visitarla “todos los días” como él quisiera.
Fuente: www.bbc.com